Text 15
sa cāpi pāṇḍaveya sindhu-sauvīra-patis tattva-jijñāsāyāṁ samyak-śraddhayādhikṛtādhikāras tad dhṛdaya-granthi-mocanaṁ dvija-vaca āśrutya bahu-yoga-grantha-sammataṁ tvarayāvaruhya śirasā pāda-mūlam upasṛtaḥ kṣamāpayan vigata-nṛpa-deva-smaya uvāca.
saḥ—él (Mahārāja Rahūgaṇa); ca—también; api—en verdad; pāṇḍaveya—¡oh, joya de la dinastía Pāṇḍu (Mahārāja Parīkṣit)!; sindhu-sauvīra-patiḥ—el rey de los estados de Sindhu y Sauvīra; tattva-jijñāsāyām—en lo relativo a preguntar acerca de la Verdad Absoluta; samyak-śraddhayā—mediante la fe que consiste en el pleno control de los sentidos y la mente; adhikṛta-adhikāraḥ—quien había llegado a poseer las cualidades necesarias; tat—ese; hṛdaya-granthi—el nudo de conceptos erróneos que está en el corazón; mocanam—que erradica; dvija-vacaḥ—las palabras del brāhmaṇa (Jaḍa Bharata); āśrutya—escuchar; bahu-yoga-grantha-sammatam—aprobado por todos los procesos de yoga y por sus Escrituras; tvarayā—muy rápido; avaruhya—descendiendo (del palanquín); śirasā—con la cabeza; pāda-mūlam—a los pies de loto; upasṛtaḥ—postrándose en el suelo para ofrecer reverencias; kṣamāpayan—obtener el perdón por su ofensa;vigata-nṛpa-deva-smayaḥ—abandonando el prestigio falso de ser rey, y, por consiguiente, digno de adoración; uvāca—dijo.
Śukadeva Gosvāmī continuó: ¡Oh, joya de la dinastía Pāṇḍu [Mahārāja Parīkṣit]!, el rey de los estados de Sindhu y Sauvīra [Mahārāja Rahūgaṇa] tenía mucha fe en los temas relacionados con la Verdad Absoluta. Gracias a esa buena cualidad, escuchó la exposición filosófica que hizo Jaḍa Bharata, exposición que debilita el nudo del corazón y se aprueba en todas las Escrituras que tratan del proceso de yoga místico. De ese modo, su concepto material de sí mismo como rey quedó destruido. Inmediatamente descendió de su palanquín y se postró en el suelo poniendo su cabeza a los pies de loto de Jaḍa Bharata, pidiendo así al gran brāhmaṇa que le perdonase por sus insultos. Entonces oró de la siguiente manera.
SIGNIFICADO: En el Bhagavad-gītā (4.2), el Señor Kṛṣṇa dice:
evaṁ paramparā-prāptam
imaṁ rājarṣayo viduḥ
sa kāleneha mahatā
yogo naṣṭaḥ parantapa
«Esta ciencia suprema se recibió a través de la cadena de sucesión discipular, y los reyes santos la entendieron de ese modo. Pero con el transcurso del tiempo la sucesión se rompió, y, por ello, la ciencia tal y como es parece haberse perdido».
Gracias a la cadena de sucesión discipular, la orden real se encontraba en el mismo nivel que las grandes personas santas(rāja-ṛṣis). Antiguamente los reyes podían comprender la filosofía de la vida, y sabían cómo educar a sus súbditos para que también la entendieran. En otras palabras, sabían cómo liberar a sus súbditos del enredo en el ciclo de nacimientos y muertes. Un día, durante el reinado de Mahārāja Daśaratha, el gran sabio Viśvāmitra se presentó en la corte de Ayodhyā con intención de llevarse al Señor Rāmacandra y a Lakṣmaṇa al bosque para matar a un demonio. Para recibir adecuadamente a Viśvāmitra, aquella gran personalidad santa que visitaba su corte, Mahārāja Daśaratha, el rey, le preguntó: aihiṣṭaṁ yat tat punar janma jayāya. Le preguntó si todo marchaba bien en su esfuerzo por salir del ciclo de nacimientos y muertes. La civilización védica se basa en esto. Debemos saber cómo salir del ciclo de nacimientos y muertes. Mahārāja Rahūgaṇa también conocía el objetivo de la vida; por eso, cuando Jaḍa Bharata expuso ante él la filosofía de la vida, el rey la apreció de inmediato. Esta es la piedra angular de la civilización védica. Los reyes se rodeaban de sabios eruditos, brāhmaṇas, personas santas y sabios plenamente conscientes del objetivo de los Vedas, que les aconsejaban en cómo beneficiar a las masas; esa colaboración beneficiaba al pueblo. De modo que todo era un éxito. Mahārāja Rahūgaṇa comprendía perfectamente el valor de la vida humana; por eso se arrepintió de sus insultos a Jaḍa Bharata. Rápidamente, descendió del palanquín y se postró a sus pies de loto, para obtener su perdón y, de ese modo, poder seguir escuchando su exposición sobre los valores de la vida conocidos como brahma jijñāsā (inquirir acerca de la Verdad Absoluta). En la actualidad, los altos dignatarios del gobierno ignoran los verdaderos valores de la vida, y cuando las personas santas se esfuerzan por propagar el conocimiento védico, esos supuestos dirigentes no les ofrecen reverencias respetuosas, sino que tratan de poner trabas a la propaganda espiritual. Podemos entonces decir que los gobiernos monárquicos del pasado eran como el cielo, y que los gobiernos actuales son como el infierno.