Text 27
adhvany amuṣminn ima upasargās tathā sukha-duḥkha-rāga-dveṣa-bhayābhimāna-pramādonmāda-śoka-moha-lobha-mātsaryerṣyāva-māna-kṣut-pipāsādhi-vyādhi-janma-jarā-maraṇādayaḥ.
adhvani—en la senda de la existencia material; amuṣmin—además de eso; ime—todas estas; upasargāḥ—dificultades eternas; tathā—y también estas; sukha—lo que se llama felicidad; duḥkha—infelicidad; rāga—apego; dveṣa—odio; bhaya—temor; abhimāna—prestigio falso; pramāda—ilusión; unmāda—locura; śoka—lamentación; moha—confusión; lobha—codicia; mātsarya—envidia; īrṣya—enemistad; avamāna—insulto; kṣut—hambre; pipāsā—sed; ādhi—tribulaciones;vyādhi—enfermedad; janma—nacimiento; jarā—vejez; maraṇa—muerte; ādayaḥ—etc.
En la vida materialista hay muchas dificultades, y todas ellas son insuperables. Además de las que acabo de mencionarte, hay dificultades que vienen de lo que se llama felicidad, aflicción, apego, odio, miedo, prestigio falso, ilusión, locura, lamentación, confusión, codicia, envidia, enemistad, insulto, hambre, sed, tribulación, enfermedad, nacimiento, vejez y muerte. Todas ellas se combinan y, de este modo, el alma condicionada materialista sufre constantemente.
SIGNIFICADO: El alma condicionada tiene que aceptar todos esos condicionamientos simplemente para disfrutar de la complacencia de los sentidos en este mundo. Muchas personas se presentan como grandes científicos, economistas, filósofos, políticos y sociólogos, pero en realidad son simples sinvergüenzas. Por eso el Bhagavad-gītā (7.15) les califica demūḍhas y narādhamas:
na māṁ duṣkṛtino mūḍhāḥ
prapadyante narādhamāḥ
māyayāpahṛta-jñānā
āsuraṁ bhāvam āśritāḥ
«Esos malvados sumamente necios, que son lo más bajo de la humanidad, a quienes la ilusión les ha robado el conocimiento, y que participan de la naturaleza atea de los demonios, no se entregan a Mí».
En el Bhagavad-gītā a todos esos materialistas, por necios, se les califica de narādhamas. Han obtenido la forma humana para poder liberarse del cautiverio material, pero en lugar de hacerlo, se complican todavía más en las miserables condiciones materiales. Por eso se les califica de narādhamas, los más bajos de entre los hombres. Tal vez alguien pregunte si los científicos, filósofos, economistas y matemáticos son también narādhamas, los más bajos de entre los hombres; la Suprema Personalidad de Dios contesta que lo son, pues no tienen conocimiento verdadero. Simplemente están orgullosos de su prestigio falso y de su posición, pero en realidad no saben cómo liberarse del condicionamiento material y renovar su vida espiritual de bienaventuranza y conocimiento trascendental. Por consiguiente, malgastan tiempo y energía en la búsqueda de lo que piensan que es felicidad. Esas cualidades son las típicas de los demonios. El Bhagavad-gītā dice que quien tiene todas esas cualidades demoníacas es un mūḍha, y debido a ello, envidia a la Suprema Personalidad de Dios; como resultado, nace en familias demoníacas vida tras vida y transmigra de un cuerpo demoníaco a otro. De ese modo olvida su relación con Kṛṣṇa y permanece vida tras vida en su abominable condición de narādhama.