Text 19
na yasya māyā-guṇa-citta-vṛttibhir
nirīkṣato hy aṇv api dṛṣṭir ajyate
īśe yathā no ’jita-manyu-raṁhasāṁ
kas taṁ na manyeta jigīṣur ātmanaḥ
na—nunca; yasya—cuya; māyā—de la energía ilusoria; guṇa—en las cualidades; citta—del corazón; vṛttibhiḥ—por las actividades (pensar, sentir y desear); nirīkṣataḥ—de Él, que posa Su mirada; hi—ciertamente; aṇu—ligeramente; api—incluso; dṛṣṭiḥ—visión;ajyate—es afectado; īśe—a fin de regular; yathā—como; naḥ—de nosotros; ajita—que no hemos dominado; manyu—de ira;raṁhasām—la fuerza; kaḥ—quién; tam—a Él (el Señor Supremo); na—no; manyeta—adoraría; jigīṣuḥ—aspirando a vencer;ātmanaḥ—los sentidos.
No podemos dominar la fuerza de nuestra ira. Por eso, cuando contemplamos los objetos materiales, no podemos evitar sentimientos de atracción o repulsión. El Señor Supremo, sin embargo, nunca Se ve afectado de ese modo. Él posa Su mirada sobre el mundo material a fin de crearlo, mantenerlo y destruirlo, pero no Se ve afectado ni en lo más mínimo. Por lo tanto, aquel que desee dominar la fuerza de los sentidos, debe refugiarse en los pies de loto del Señor. Entonces logrará la victoria.
SIGNIFICADO: La Suprema Personalidad de Dios posee potencias inconcebibles. La creación se produce debido a Su mirada sobre la energía material, pero Él no Se ve afectado por las modalidades de la naturaleza material. La posición de la Suprema Personalidad de Dios es eternamente trascendental; debido a ello, cuando aparece en el mundo material, las modalidades de la naturaleza material no pueden afectarle. Por esa razón, el Señor recibe el nombre de Realidad Trascendental; todo el que desee protegerse de la influencia de las modalidades de la naturaleza material debe refugiarse en Él.