Text 6
vedān yugānte tamasā tiraskṛtān
rasātalād yo nṛ-turaṅga-vigrahaḥ
pratyādade vai kavaye ’bhiyācate
tasmai namas te ’vitathehitāya iti
vedān—los cuatro Vedas; yuga-ante—al final del milenio; tamasā—por el demonio de la personificación de la ignorancia;tiraskṛtān—robados; rasātalāt—del sistema planetario más bajo (Rasātala); yaḥ—quien (la Suprema Personalidad de Dios); nṛ-turaṅga-vigrahaḥ—adoptando la forma mitad caballo, mitad hombre; pratyādade—devolvió; vai—en verdad; kavaye—al poeta supremo (el Señor Brahmā); abhiyā-cate—cuando él Se los pidió; tasmai—a Él (la forma de Hayagrīva); namaḥ—respetuosas reverencias; te—a Ti; avitatha-īhitāya—cuya resolución nunca fracasa; iti—así.
Al final del milenio, la personificación de la ignorancia adoptó la forma de un demonio y robó todos los Vedas, llevándolos al planeta Rasātala. Pero el Señor Supremo, en Su forma de Hayagrīva, a petición del Señor Brahmā, recuperó los Vedas y se los devolvió. Yo ofrezco respetuosas reverencias al Señor Supremo, cuya determinación nunca fracasa.
SIGNIFICADO: El conocimiento védico es imperecedero; pero en el mundo material a veces está manifiesto, y a veces no lo está. Cuando los habitantes del mundo material están demasiado inmersos en la ignorancia, el conocimiento védico desaparece. Sin embargo, el Señor Hayagrīva o el Señor Matsya siempre lo protegen, y a su debido tiempo, ese conocimiento se propaga de nuevo por intermedio del Señor Brahmā, el representante de confianza del Señor. Por esa razón, cuando Brahmā volvió a pedir el tesoro del conocimiento védico, el Señor satisfizo su deseo.