Text 9
śrī-rājovāca
dṛṣṭa-śrutābhyāṁ yat pāpaṁ
jānann apy ātmano ’hitam
karoti bhūyo vivaśaḥ
prāyaścittam atho katham
śrī-rājā uvāca—Parīkṣit Mahārāja contestó; dṛṣṭa—por ver; śrutābhyām—también por escuchar (de las Escrituras o libros de leyes); at—puesto que; pāpam—acto criminal, pecaminoso; jānan—conociendo; api—aunque; ātmanaḥ—de su ser;ahitam—dañino; karoti—actúa; bhūyaḥ—una y otra vez; vivaśaḥ—sin poder controlarse; prāyaścittam—expiación; atho—por lo tanto; katham—de qué sirve.
Mahārāja Parīkṣit dijo: Sabemos que las actividades pecaminosas son dañinas, pues en la vida real vemos que los delincuentes son castigados por el gobierno y reciben el rechazo de la gente; también las Escrituras y los sabios eruditos nos indican que, si cometemos actos pecaminosos, en la siguiente vida seremos arrojados a los tormentos del infierno. Sin embargo, a pesar de ese conocimiento, nos vemos forzados una y otra vez a incurrir en pecados, incluso después de realizar actos de expiación. ¿De qué sirve entonces esa expiación?
SIGNIFICADO: En algunos grupos religiosos, el pecador acude a un sacerdote, confiesa sus pecados, paga una sanción, y denuevo vuelve a cometer y a confesar los mismos pecados. Esta es la conducta de los pecadores profesionales. Las observaciones de Parīkṣit Mahārāja indican que también hace cinco mil años era frecuente que los criminales expiasen sus delitos para de nuevo volver a cometerlos, como si algo les forzara a hacerlo. Por esa razón, Parīkṣit Mahārāja, basándose en su propia experiencia, veía que el proceso de pecar y expiar el pecado una y otra vez carece de sentido. Por muchos castigos que reciba, la persona apegada al disfrute de los sentidos cometerá actos pecaminosos una y otra vez, hasta que sea educada y aprenda la forma de abstenerse del disfrute de los sentidos. En el verso se emplea la palabra vivaśa, que indica que, incluso si no deseamos realizar actos pecaminosos, el hábito adquirido nos obligará a cometerlos. Por esa razón, Parīkṣit Mahārājaconsideró que el proceso de expiación no servía de mucho para salvarnos de las actividades pecaminosas. En el siguiente verso explica con más detalle las razones que le llevan a rechazar ese proceso.