Text 8
lokāḥ sapālā yasyeme
śvasanti vivaśā vaśe
dvijā iva śicā baddhāḥ
sa kāla iha kāraṇam
lokāḥ—los mundos; sa-pālāḥ—con sus principales deidades o controladores; yasya—de quien; ime—todos estos; śvasanti—viven; vivaśāḥ—con total dependencia; vaśe—bajo el control; dvijāḥ—pájaros; iva—como; śicā—por una red; baddhāḥ—atrapados; saḥ—ese; kālaḥ—factor tiempo; iha—en esta; kāraṇam—la causa.
Todas las entidades vivientes de todos los planetas del universo, y con ellas las deidades regentes de esos planetas, están completamente sometidas al control del Señor. En sus actividades, son como pájaros atrapados en una red, que no pueden moverse independientemente.
SIGNIFICADO: La diferencia entre los suras y los asuras está en que los suras saben que nada puede ocurrir sin el deseo de la Suprema Personalidad de Dios, mientras que los asuras no pueden entender la voluntad suprema del Señor. En esta batalla, Vṛtrāsura es en realidad un sura, mientras que el asura es Indra. Nadie puede actuar independientemente; por el contrario, todo el mundo actúa bajo la dirección de la Suprema Personalidad de Dios. Por lo tanto, la victoria y la derrota vienen conforme a los resultados del propio karma, y es el Señor Supremo quien dicta el juicio (karmaṇā daiva-netreṇa). Actuamos bajo el control del Supremo y en función de nuestro karma; por esa razón, nadie es independiente, desde Brahmā a la insignificante hormiga. Tanto si vencemos como si somos vencidos, la victoria es siempre para el Señor Supremo, pues todo el mundo actúa conforme a Sus directrices.