Text 29
athāha nṛpatiṁ rājan
bhavitaikas tavātmajaḥ
harṣa-śoka-pradas tubhyam
iti brahma-suto yayau
atha—a continuación; āha—dijo; nṛpatim—al rey; rājan—¡oh, rey Citraketu!; bhavitā—habrá; ekaḥ—uno; tava—tuyo; ātmajaḥ—hijo; harṣa-śoka—júbilo y lamentación; pradaḥ—que dará; tubhyam—a ti; iti—así; brahma-sutaḥ—Aṅgirā Ṛṣi, el hijo del Señor Brahmā; yayau—partió.
A continuación, el gran sabio dijo al rey: «¡Oh, gran rey!, ahora tendrás un hijo que será causa de júbilo y también de lamentación». Diciendo esto, el sabio se marchó, sin esperar la respuesta de Citraketu.
SIGNIFICADO: La palabra harṣa significa «júbilo», y śoka significa «lamentación». Al saben que pronto iba a tener un hijo, el rey no cabía en sí de júbilo, y esa gran alegría le impidió entender correctamente la afirmación del sabio Aṅgirā. Él entendió que el nacimiento de su futuro hijo le iba a suponer una gran alegría, pero que ese hijo, como único descendiente del rey, estaría orgulloso de su imperio y de sus enormes riquezas, y no sería demasiado obediente. Así, el rey se sentía satisfecho, pues pensaba: «Que venga un hijo. No importa que no sea muy obediente». Un proverbio bengalí dice que es mejor tener un tío ciego que no tener tío. El rey aceptó esa filosofía, pensando que un hijo desobediente era mejor que no tener ningún hijo. El gran sabio Cāṇakya Paṇḍita dice:
ko ’rthaḥ putreṇa jātena
yo na vidvān na dhārmikaḥ
kāṇena cakṣuṣā kiṁ vā
cakṣuḥ pīḍaiva kevalam
«¿De qué sirve un hijo que no es devoto ni erudito? Ese hijo es como un ojo ciego y enfermo, que siempre causa sufrimiento». Sin embargo, la contaminación del mundo material es tan fuerte que hace desear hijos aunque sean inútiles. La historia del rey Citraketu ilustra esa actitud.