Text 9
eṣa nityo ’vyayaḥ sūkṣma
eṣa sarvāśrayaḥ svadṛk
ātmamāyā-guṇair viśvam
ātmānaṁ sṛjate prabhuḥ
eṣaḥ—esa entidad viviente; nityaḥ—eterna; avyayaḥ—imperecedera; sūkṣmaḥ—muy sutil (no visible para los ojos materiales); eṣaḥ—esa entidad viviente; sarva-āśrayaḥ—la causa de distintos tipos de cuerpos; sva-dṛk—con refulgencia propia; ātma-māyā-guṇaiḥ—por las modalidades de la naturaleza material de la Suprema Personalidad de Dios; viśvam—este mundo material; ātmānam—a sí mismo; sṛjate—aparece; prabhuḥ—el amo.
La entidad viviente es eterna e imperecedera, pues en realidad no tiene ni principio ni fin. Nunca nace ni muere. Es el principio básico de todo tipo de cuerpos, pero no entra en la categoría corporal. El ser vivo es tan sublime que es cualitativamente igual al Señor Supremo. Sin embargo, debido a su insignificante tamaño, tiene la tendencia a verse influenciado por la influencia de la ilusión de la energía externa. De ese modo, se crea diversos cuerpos conforme a sus diversos deseos.
SIGNIFICADO: En este verso se explica la filosofía de la unidad y diferencia simultáneas, acintya-bhedābheda. La entidad viviente es eterna (nitya), como la Suprema Personalidad de Dios; la diferencia está en que el Señor Supremo es el más grande, y nadie es igual o mayor que Él, mientras que la entidad viviente es sūkṣma, es decir, de tamaño insignificante. El śāstra explica que la entidad viviente tiene el tamaño de la diezmilésima parte de la punta de un cabello. El Señor Supremo está en todas partes (aṇḍāntara-stha-paramāṇu-cayāntara-stham). Si nos referimos a la entidad viviente considerándola el más pequeño, de modo natural querremos saber quién es el más grande. El más grande es la Suprema Personalidad de Dios, y el más pequeño, la entidad viviente.
Otra peculiaridad de la jīva es que puede quedar cubierta por māyā. Ātmamāyā-guṇaiḥ: La jīva tiene tendencia a quedar cubierta por la energía ilusoria del Señor Supremo. La entidad viviente es la responsable de su vida condicionada en el mundo material; por eso se la describe con la palabra prabhu («el amo»). Si lo desea, puede venir al mundo material, y, si lo desea, puede ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios. Por haber querido disfrutar del mundo material, la Suprema Personalidad de Dios le dio un cuerpo material por intermedio de la energía material. En el Bhagavad-gītā (18.61), el Señor mismo dice:
īśvaraḥ sarva-bhūtānāṁ
hṛd-deśe ’rjuna tiṣṭhati
bhrāmayan sarva-bhūtāni
yantrārūḍhāni māyayā
«El Señor Supremo Se encuentra en el corazón de todos, ¡oh, Arjuna!, y dirige los movimientos de todas las entidades vivientes, que están situadas como en una máquina hecha de energía material». El Señor Supremo da a la entidad viviente la oportunidad de disfrutar del mundo material conforme a sus deseos, pero también expresa abiertamente que Él, lo que desea, es que la entidad viviente abandone todas las aspiraciones materiales y se entregue por completo a Él y regrese al hogar, de vuelta a Dios.
La entidad viviente es el más pequeño (sūkṣma). En relación con esto, Jīva Gosvāmī dice que a los científicos materialistas les es muy difícil localizar a la entidad viviente dentro del cuerpo, aunque nosotros, gracias a las autoridades, sabemos que la entidad viviente está dentro del cuerpo. El cuerpo es diferente de la entidad viviente.