Text 33
na hy asyāsti priyaḥ kaścin
nāpriyaḥ svaḥ paro ’pi vā
ātmatvāt sarva-bhūtānāṁ
sarva-bhūta-priyo hariḥ
na—no; hi—en verdad; asya—del Señor; asti—hay; priyaḥ—muy querido; kaścit—nadie; na—ni; apriyaḥ—no querido; svaḥ—propio; paraḥ—otro; api—incluso; vā—o; ātmavāt—debido a que es el alma del alma; sarva-bhūtānām—de todas las entidades vivientes; sarva-bhūta—a todas las entidades vivientes; priyaḥ—de lo más querido; hariḥ—el Señor Hari.
Él no tiene preferencia por nadie, ni considera a nadie Su enemigo. Para Él no hay familiares ni extraños. Él es en realidad el alma del alma de todas las entidades vivientes. Así, Él es el amigo auspicioso de todos los seres vivos, para quienes es muy íntimo y querido.
SIGNIFICADO: En Su segundo aspecto, la Suprema Personalidad de Dios es la Superalma de todas las entidades vivientes. Nuestro propio ser nos es muy querido, pero aún más querido es el Superser del ser. Nadie puede ser enemigo de esa amistosa Superalma, que es ecuánime con todos. Las relaciones de cariño o enemistad entre el Señor Supremo y los seres vivos se deben a la intervención de la energía ilusoria. La causa de esas diversas relaciones es la intervención de las tres modalidades de la naturaleza material entre el Señor y las entidades vivientes. En realidad, en su condición pura, la entidad viviente es siempre muy íntima y querida para el Señor, y el Señor Le es muy querido a ella. No hay lugar para preferencias o enemistades.