Text 37
iti bhāgavato devyāḥ
pratiśaptum alantamaḥ
mūrdhnā sa jagṛhe śāpam
etāvat sādhu-lakṣaṇam
iti—así; bhāgavataḥ—el muy excelso devoto; devyāḥ—de Pārvatī; pratiśaptum—responder con otra maldición; alantamaḥ—capaz en todo aspecto; mūrdhnā—con la cabeza; saḥ—él (Citraketu); jagṛhe—aceptó; śāpam—la maldición; etāvat—en este medida; sādhu-lakṣaṇam—la característica del devoto.
Él gran devoto Citraketu era tan poderoso que estaba perfectamente capacitado para responder a madre Pārvatī con otra maldición; sin embargo, en lugar de hacerlo, aceptó la maldición humildemente e inclinó su cabeza ante el Señor Śiva y su esposa. Este comportamiento es digno de elogio, pues es el comportamiento ideal de un vaiṣṇava.
SIGNIFICADO: Informada por el Señor Śiva, madre Pārvatī comprendió su error al maldecir a Citraketu. El rey Citraketu poseía un carácter tan excelso que, a pesar de que Pārvatī le había maldecido injustamente, descendió de su avión e inclinó su cabeza ante la madre, aceptando la maldición. Esto ya se ha explicado: nārayaṇa-parāḥ sarve na kutaścana bibhyati. Citraketu, con una actitud despreocupada sintió que, si la madre había querido maldecirle, él podía aceptar la maldición simplemente para complacerla. Eso se denomina sādhu-lakṣaṇam, la característica del sādhu, del devoto. Como explica Śrī Caitanya Mahāprabhu: tṛnād api sunīcena taror api sahiṣṇunā: El devoto debe ser siempre muy humilde y manso, y debe ofrecer pleno respeto a los demás, y en especial a los superiores. Como está protegido por la Suprema Personalidad de Dios, el devoto siempre es poderoso; pero no desea mostrar su poder si no es necesario. Sin embargo, una persona menos inteligente, cuando posee algún poder, desea utilizarlo para complacer los sentidos. Ese no es el comportamiento del devoto.