Text 38
mamāham iti dehādau
hitvāmithyārtha-dhīr matim
dhāsye mano bhagavati
śuddhaṁ tat-kīrtanādibhiḥ
mama—mío; aham—yo; iti—así; deha-ādau—en el cuerpo y cosas relacionadas con el cuerpo; hitvā—abandonar;amithyā—no falsos; artha—en valores; dhīḥ—con mi conciencia; matim—la actitud; dhāsye—yo ocuparé; manaḥ—mi mente; bhagavati—en la Suprema Personalidad de Dios; śuddham—puro; tat—Su nombre; kīrtana-ādibhiḥ—por cantar, escuchar, etc.
Por el simple hecho de haber cantado el santo nombre del Señor en compañía de devotos, mi corazón se está purificando. Por esa razón, no volveré a caer víctima del engañoso encanto de la complacencia material de los sentidos. A partir de ahora, ya no me identificaré con el cuerpo, pues me he establecido firmemente en el plano de la Verdad Absoluta. Abandonaré los falsos conceptos de «yo» y «mío» y fijaré mi mente en los pies de loto de Kṛṣṇa.
SIGNIFICADO: En este verso se explica con gran claridad la manera en que la entidad viviente cae víctima del condicionamiento material. Todo empieza cuando identifica erróneamente el cuerpo con el ser. Por eso el Bhagavad-gītā comienza con la instrucción espiritual de que no somos el cuerpo, sino que estamos dentro del cuerpo. Solo quien canta el santo nombre de Kṛṣṇa, el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa, y se mantiene siempre en compañía de devotos, puede alcanzar ese estado de conciencia. Ese es el secreto del éxito. Por eso hacemos hincapié en que hay que cantar el santo nombre del Señor y mantenerse libre de las contaminaciones del mundo material, y en especial de las contaminaciones de los deseos de disfrutar de la vida sexual ilícita, de comer carne, de consumir drogas y participar en juegos de azar. Con determinación, debemos hacer voto de seguir esos principios, para, de ese modo, salvarnos de la miserable condición de la existencia material. Lo primero que hay que hacer es liberarse del concepto corporal de la vida.