Text 12
tokānāṁ pitarau bandhū
dṛśaḥ pakṣma striyāḥ patiḥ
patiḥ prajānāṁ bhikṣūṇāṁ
gṛhy ajñānāṁ budhaḥ suhṛt
tokānām—de hijos; pitarau—los padres; bandhū—los amigos; dṛśaḥ—del ojo; pakṣma—el párpado; striyāḥ—de la mujer;patiḥ—el esposo; patiḥ—el protector; prajānām—de los súbditos; bhikṣūṇām—de los mendigos; gṛhī—el casado;ajñānām—del ignorante; budhaḥ—el hombre culto; su-hṛt—el amigo.
Del mismo modo que los padres mantienen a sus hijos y son sus amigos, del mismo modo que el párpado protege el ojo, que el esposo es el sustentador y protector de la mujer, que el hombre casado es quien mantiene y protege a los mendigos, y del mismo modo que el hombre culto es amigo de los ignorantes, el rey da vida a todos sus súbditos y les protege. También los árboles son súbditos del rey, y por lo tanto, deben recibir su protección.
SIGNIFICADO: Por la voluntad suprema de la Personalidad de Dios, las entidades vivientes desamparadas cuentan con una serie de protectores y sustentadores. A los árboles también se les considera prajās, súbditos del rey; por lo tanto, el monarca tiene el deber de proteger incluso a los árboles, y, con mucha más razón, a los demás seres. El rey tiene el deber y la obligación de proteger a las entidades vivientes de su reino. Así, aunque los padres son los responsables directos de la protección y del sustento de sus hijos, el rey tiene el deber de velar porque todos los padres cumplan con su deber adecuadamente. Del mismo modo, también es responsabilidad del rey la supervisión de todos los demás protectores mencionados en este verso. Cabe señalar también que los mendigos a quienes los casados deben mantener no son los mendigos de profesión, sino los sannyāsīs y brāhmaṇas, a quienes los casados deben proporcionar alimento y vestido.