Text 12
ko gṛdhyet paṇḍito lakṣmīṁ
tripiṣṭapa-pater api
yayāham āsuraṁ bhāvaṁ
nīto ’dya vibudheśvaraḥ
kaḥ—quién; gṛdhyet—aceptaría; paṇḍitaḥ—hombre culto; lakṣmīm—opulencias; tri-piṣṭa-pa-pateḥ api—aunque soy el rey de los semidioses; yayā—por lo cual; aham—yo; āsuram—demoníaca; bhāvam—mentalidad; nītaḥ—llevado a; adya—ahora; vibudha—de los semidioses, que están en el plano de la modalidad de la bondad; īśvaraḥ—el rey.
Aunque soy el rey de los semidioses, que se encuentran en el plano de la modalidad de la bondad, me envanecí de mi minúscula opulencia, contaminado por el ego falso. En esas circunstancias, ¿quién, en este mundo, aceptaría esas riquezas, arriesgándose a caer? ¡Ay, malditas sean mi riqueza y mi opulencia!
SIGNIFICADO: Śrī Caitanya Mahāprabhu oró a la Suprema Personalidad de Dios: na dhanaṁ na janaṁ na sundarīṁ kavitāṁ vā jagad-īśa kāmaye: «¡Oh, mi Señor!, no aspiro a la riqueza ni a las opulencias materiales, ni deseo tener un gran número de seguidores que me acepten como guía, ni una bella esposa que me complazca». Mama janmani janmanīśvare bhavatād bhaktir ahaitukī tvayi: «Ni siquiera deseo la liberación. Todo lo que quiero es ser un sirviente fiel de Tu Señoría, vida tras vida». Las leyes de la naturaleza determinan que quien goza de excesiva opulencia, acaba degradándose. Esto se cumple tanto a nivel individual como a nivel colectivo. Los semidioses se encuentran bajo la influencia de la modalidad de la bondad, pero a veces, a causa de la opulencia material, incluso una persona tan excelsa como el rey Indra, que es rey de todos los semidioses, cae de su posición. Esto lo estamos comprobando personalmente en los Estados Unidos. Toda la nación ha buscado el progreso en la senda de la opulencia material sin esforzarse por producir seres humanos de carácter modélico. Como resultado, hoy en día los norteamericanos lamentan la proliferación del crimen en su nación, y se preguntan cómo ha llegado su país a esa condición anárquica e ingobernable. Como se afirma en el Śrīmad-Bhāgavatam (7.5.31): na te viduḥ svārtha-gatiṁ hi viṣṇum: Las personas que no están iluminadas no conocen el objetivo de la vida, que consiste en ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios, y, por esa razón, tratan de disfrutar de las supuestas comodidades materiales tanto individual como colectivamente, volviéndose adictos al vino y a las mujeres. Los hombres producto de semejante sociedad no llegan a hombres de cuarta categoría. Son la población indeseable denominada varṇa-saṅkara, y, como se afirma en elBhagavad-gītā, el aumento de la población varṇa-saṅkara crea una sociedad infernal. Esa es la sociedad con que ahora se encuentran los americanos.
Sin embargo, y por fortuna, tras la llegada del movimiento Hare Kṛṣṇa a los Estados Unidos, son muchos los jóvenes afortunados que están considerando con atención y seriedad este movimiento, que crea hombres de primera categoría, de carácter ideal, que se abstienen por completo de comer carne, de la vida sexual ilícita, del consumo de sustancias embriagantes, y de los juegos de azar. El pueblo americano, si en verdad es serio en su deseo de poner coto a la degradada vida delictiva de su nación, debe seguir al movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa y tratar de crear el tipo de sociedad humana que se aconseja en el Bhagavad-gītā (cātur-varṇyaṁ mayā sṛṣṭaṁ guṇa-karma-vibhāgaśaḥ). Deben dividir su sociedad en cuatro categorías: hombres de primera, de segunda, de tercera y de cuarta clase. En la actualidad solo crean hombres inferiores a los de cuarta clase. ¿Cómo van a evitar entonces los peligros de una sociedad criminal? Hace muchísimo tiempo, el Señor Indra lamentó haber faltado al respeto a su maestro espiritual, Bṛhaspati. Del mismo modo, al pueblo norteamericano se le aconseja que lamente su erróneo progreso en la civilización. Deben seguir el consejo del maestro espiritual, el representante de Kṛṣṇa. Si lo hacen, serán felices, y la suya será una nación ideal, capaz de dirigir al mundo entero.