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Text 49

na veda kṛpaṇaḥ śreya
ātmano guṇa-vastu-dṛk
tasya tān icchato yacched
yadi so ’pi tathā-vidhaḥ


na—no; veda—conoce; kṛpaṇaḥ—una entidad viviente avara; śreyaḥ—la necesidad suprema; ātmanaḥ—del alma; guṇa-vastu-dṛk—que se siente atraído por la creación de las modalidades de la naturaleza material;tasya—de él; tān—cosas creadas por la energía material; icchataḥ—desear; yacchet—concede; yadi—si;saḥ api—él también; tathā-vidhaḥ—de la misma clase (el necio kṛpana que no conoce su verdadero interés personal).


De aquellos que piensan que los bienes materiales lo son todo, o que son el objetivo supremo de la vida, se dice que son avaros [kṛpaṇas]. No conocen la necesidad suprema del alma. Además, a quien cumpla los deseos de esos necios, también se le debe considerar un necio.


SIGNIFICADO: Hay dos clases de hombres: el kṛpaṇa y el brāhmaṇa. El brāhmaṇa es aquel que conoce el Brahman, la Verdad Absoluta, y que, de ese modo, conoce su verdadero interés. El kṛpaṇa, sin embargo, es aquel que tiene un concepto material de la vida, basado en el cuerpo. Sin saber cómo utilizar su vida humana o de semidiós, el kṛpaṇa se ve atraído por cosas creadas por las modalidades materiales de la naturaleza. Loskṛpaṇas, que siempre desean beneficios materiales, son necios, mientras que los brāhmaṇas, que siempre desean beneficios espirituales, son inteligentes. Cuando un kṛpaṇa, que no conoce su verdadero interés personal, comete la necedad de pedir algo material, quien le concede lo que pide, también es un necio. Kṛṣṇa, sin embargo, no es un necio; Él es supremamente inteligente. Si alguien se dirige a Kṛṣṇa para pedirle beneficios materiales, Kṛṣṇa no le dará las cosas materiales que desea. En cambio, le dará inteligencia para que olvide sus deseos materiales y se apegue a los pies de loto del Señor. En esos casos, el kṛpaṇa ofrece oraciones al Señor Kṛṣṇa pidiendo cosas materiales, pero el Señor le quita todas sus posesiones materiales y le da la inspiración para que sea Su devoto. En el Caitanya-caritāmṛta (Madhya 22.39), el Señor afirma:

āmi-vijña, ei mūrkhe ‘viṣaya’ kene diba?
sva-caraṇāmṛta diyā ‘viṣaya’ bhulāiba


«Yo soy muy inteligente. Así pues, ¿por qué tendría que dar prosperidad material a este necio? Mejor, voy a inducirle a tomar el néctar del refugio de Mis pies de loto y a hacerle olvidar el disfrute material, que es ilusorio». Cuando alguien ora sinceramente a Dios para obtener bienes materiales a cambio de servicio devocional, el Señor, que no es un tonto como ese devoto sin inteligencia, le favorecerá de un modo especial; para ello, le privará de todas sus posesiones materiales, y poco a poco le irá dando inteligencia para que solo se sienta satisfecho al ofrecer servicio a Sus pies de loto. En relación con esto, Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura comenta que, si un niño tonto pide veneno a su madre, ella, que es más inteligente, no se lo dará de ninguna manera, por mucho que se lo pida. El materialista no sabe que aceptar bienes materiales es aceptar el veneno del ciclo de nacimientos y muertes. La persona inteligente, el brāhmaṇa, aspira a liberarse del cautiverio material. Ese es el verdadero interés personal del ser humano.

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