Text 4
nānyathā te ’khila-guro
ghaṭeta karuṇātmanaḥ
yas ta āśiṣa āśāste
na sa bhṛtyaḥ sa vai vaṇik
na—no; anyathā—de otra manera; te—de Ti; akhila-guro—¡oh, instructor de la creación entera!; ghaṭeta—eso puede suceder; karuṇā-ātmanaḥ—la Persona Suprema, que es sumamente bondadoso con Sus devotos;yaḥ—toda persona que; te—de Ti; āśiṣaḥ—beneficios materiales; āśāste—desea (a cambio de servirte); na—no; saḥ—esa persona; bhṛtyaḥ—un servidor; saḥ—esa persona; vai—en verdad; vaṇik—un comerciante (que desea beneficios materiales de sus negocios).
Por lo demás, ¡oh, mi Señor!, ¡oh, instructor supremo del mundo entero!, Tú eres tan bondadoso con Tu devoto que no podrías inducirle a hacer nada que no fuese beneficioso para él. Por otra parte, el que desea beneficios materiales a cambio de su servicio devocional no puede ser Tu devoto puro. En verdad, no es mejor que un comerciante que quiere ganar algo a cambio de su servicio.
SIGNIFICADO: A veces vemos personas que acuden a un devoto o a un templo del Señor en busca de beneficios materiales. En este verso, a esas personas se las califica de comerciantes. El Bhagavad-gītā habla de ārto jijñāsur arthārthī. La palabra ārta se refiere a una persona con padecimientos físicos, y arthārthī es el que necesita dinero. Esas personas se ven obligadas a acudir a la Suprema Personalidad de Dios para aliviar sus sufrimientos o conseguir algo de dinero mediante la bendición del Señor. En el Bhagavad-gītā se las califica de sukṛtī, personas piadosas, ya que, en su estado de sufrimiento o de necesidad económica, han acudido al Señor Supremo. Solo la persona que es piadosa puede acudir a la Suprema Personalidad de Dios para recibir algún beneficio material; sin embargo, aquel cuyo interés es obtener beneficios materiales no puede ser un devoto puro. Las opulencias materiales que el devoto puro pueda recibir no se deben a sus actividades piadosas, sino que son para el servicio del Señor. Quien se ocupa en servicio devocional es, de modo natural, piadoso. El devoto puro es anyābhilāṣitā-śūnyam. No desea ganancias materiales; además, el Señor tampoco le induce a obtener esa clase de beneficios materiales. Cuando un devoto necesita algo, la Suprema Personalidad de Dios se lo da (yoga-kṣemaṁ vahāmy aham).
A veces los materialistas van a un templo a ofrecer flores y frutas al Señor, porque han aprendido en elBhagavad-gītā que el Señor acepta las flores y las frutas que el devoto Le ofrece. En el Bhagavad-gītā (9.26), el Señor explica:
patraṁ puṣpaṁ phalaṁ toyaṁ
yo me bhaktyā prayacchati
tad ahaṁ bhakty-upahṛtam
aśnāmi prayatātmanaḥ
«Si alguien Me ofrece con amor y devoción una hoja, una flor, fruta o agua, Yo lo aceptaré». De este modo, la persona de mentalidad mercantil piensa que es buen negocio ofrecer un poco de fruta y agua, si, por ese simple gesto, puede obtener algún beneficio material, como una cantidad sustancial de dinero. A esas personas no se las considera devotos puros. Como sus deseos no están purificados, siguen siendo comerciantes, aunque vayan a los templos para que todo el mundo diga que son devotos. Sarvopādhi-vinirmuktaṁ tat-paratvena nirmalam: Solo el que está completamente libre de deseos materiales puede purificarse, y solo en ese estado purificado se puede ofrecer servicio al Señor. Hṛṣīkena hṛṣīkeśa-sevanaṁ bhaktir ucyate. Ese es el nivel de la devoción pura.