Text 58
ābādhito ’pi hy ābhāso
yathā vastutayā smṛtaḥ
durghaṭatvād aindriyakaṁ
tadvad artha-vikalpitam
ābādhitaḥ—rechazado; api—aunque; hi—ciertamente; ābhāsaḥ—un reflejo; yathā—como; vastutayā—una forma de realidad; smṛtaḥ—aceptado; durgha-ṭatvāt—por ser muy difícil de probar la realidad; aindriyakam—conocimiento que se deriva de los sentidos; tadvat—de manera similar; artha—realidad; vikalpitam—especulado o dudoso.
Se podría pensar que el reflejo del Sol en un espejo es falso, pero su existencia es real. Teniendo esto en cuenta, sería sumamente difícil demostrar, mediante el conocimiento especulativo, que la realidad no existe.
SIGNIFICADO: Los impersonalistas tratan de demostrar que las diversidades que el filósofo empírico percibe son falsas. La filosofía impersonalista, vivarta-vāda, suele ilustrar esta cuestión con el ejemplo de la cuerda que se confunde con una serpiente. Según ese ejemplo, las diversidades comprendidas en el campo de nuestra visión son falsas, del mismo modo que es falsa la cuerda que se confunde con una serpiente. Sin embargo, según los vaiṣṇavas, lo que es falso es la idea de que la cuerda es una serpiente, pero la serpiente en sí no es falsa; una serpiente se puede percibir en la realidad; por ello, aunque la imagen de la cuerda como serpiente sea falsa o ilusoria, sabemos que las serpientes tienen existencia real. Del mismo modo, este mundo, que está lleno de diversidades, no es falso; es un reflejo de la realidad del mundo Vaikuṇṭha, el mundo espiritual.
El reflejo del Sol en un espejo no es más que luz en la oscuridad. Así, aunque no sea exactamente luz solar, el reflejo no sería posible sin la luz solar. Del mismo modo, las diversidades de este mundo no serían posibles sin la existencia de un prototipo real en el mundo espiritual. Esto no puede comprenderlo el filósofo māyāvādī, pero el verdadero filósofo debe estar convencido de que no es posible la existencia de luz sin la existencia previa de la luz solar. Por lo tanto, los juegos de palabras de que se vale el filósofo māyāvādī para demostrar que el mundo material es falso pueden asombrar a niños inexpertos, pero un hombre con pleno conocimiento sabe perfectamente que, sin Kṛṣṇa, ninguna existencia es posible. Por esa razón, el vaiṣṇava insiste en la postura de aceptar a Kṛṣṇa en toda circunstancia (tasmāt kenāpy upāyena manaḥ kṛṣṇe niveśayet).
Cuando cultivamos la fe sin mezclas en los pies de loto de Kṛṣṇa, todo se revela. Kṛṣṇa dice también en elBhagavad-gītā (7.1):
mayy āsakta-manāḥ pārtha
yogaṁ yuñjan mad-āśrayaḥ
asaṁśayaṁ samagraṁ māṁ
yathā jñāsyasi tac chṛṇu
«Ahora escucha, ¡oh, hijo de Pṛthā!, cómo practicando el yoga con plena conciencia de Mí, con la mente apegada a Mí, puedes conocerme por completo, libre de toda duda». Por el simple hecho de cultivar una fe firme en Kṛṣṇa y en Sus instrucciones, podemos comprender la realidad sin la menor duda (asaṁśayaṁ samagraṁ mām). Podemos comprender la forma en que actúan las energías material y espiritual de Kṛṣṇa, y la manera en que Él está presente en todas partes aunque no todo es Él. Esa filosofía de acintya-bhedābheda, la inconcebible unidad y diferencia, es la filosofía perfecta enunciada por los vaiṣṇavas. Todo es emanación de Kṛṣṇa, pero esto no significa que haya que adorarlo todo. El conocimiento especulativo no puede darnos la visión de la realidad tal y como es, sino que siempre será nefasto e imperfecto. Los supuestos científicos tratan de demostrar que Dios no existe y que las leyes de la naturaleza son la causa de todo; sin embargo, ese conocimiento es imperfecto, pues nada puede funcionar sin la dirección de la Suprema Personalidad de Dios. Esto lo explica el propio Señor en el Bhagavad-gītā (9.10):
mayādhyakṣeṇa prakṛtiḥ
sūyate sacarācaram
hetunānena kaunteya
jagad viparivartate
«Esta naturaleza material, que es una de Mis energías, actúa bajo Mi dirección, ¡oh, hijo de Kuntī!, y produce todos los seres móviles e inmóviles. Bajo su control, se crea y se aniquila una y otra vez esta manifestación cósmica». En relación con esto, Śrīla Madhvācārya ofrece la siguiente nota: durghaṭatvād arthatvena parameśvareṇaiva kalpitam. La Suprema Personalidad de Dios, Vāsudeva, es el trasfondo de todo lo que existe. Vāsudevaḥ sarvam iti sa mahātmā sudurlabhaḥ. Esto puede comprenderlo el mahātmā de conocimiento perfecto. Es muy difícil encontrar a un mahātmā de ese nivel.