Text 22
hiraṇyakaśipur uvāca
prahrādānūcyatāṁ tāta
svadhītaṁ kiñcid uttamam
kālenaitāvatāyuṣman
yad aśikṣad guror bhavān
hiraṇyakaśipuḥ uvāca—el rey Hiraṇyakaśipu dijo; prahrāda—mi querido Prahlāda; anūcyatām—que se diga; tāta—mi querido hijo; svadhītam—bien aprendido;kiñcit—algo; uttamam—muy bueno; kālena etāvatā—durante tanto tiempo; āyuṣman—¡oh, tú, que gozas de larga vida!; yat—que; aśikṣat—has aprendido;guroḥ—de tus maestros; bhavān—tú mismo.
Hiraṇyakaśipu dijo: Mi querido Prahlāda, ¡oh, tú que gozas de larga vida!, en todo este tiempo has aprendido muchas cosas de tus maestros. Ahora, por favor, repíteme lo que te haya parecido mejor de todo lo que te han enseñado.
SIGNIFICADO: En este verso, Hiraṇyakaśipu pregunta a su hijo qué ha aprendido de su guru. Prahlāda Mahārāja tuvo dos tipos de gurus: por un lado, los gurusque su padre le había designado, es decir, Ṣaṇḍa y Amarka, los hijos de Śukrācārya en sucesión discipular seminal; su otro guru, sin embargo, era el excelso Nārada Muni, quien había instruido a Prahlāda cuando este se encontraba en el vientre de su madre. Prahlāda Mahārāja respondió a la pregunta de su padre con las enseñanzas que había recibido de su maestro espiritual, Nārada. Así, de nuevo se planteaban diferencias de opinión, porque Prahlāda quería contar lo mejor que había aprendido de su maestro espiritual, mientras que Hiraṇyakaśipu esperaba que le hablase de las cuestiones políticas y diplomáticas que Ṣaṇḍa y Amarka le habían enseñado. Ahora que Prahlāda comenzaba a recitar lo que había aprendido de su guru, Nārada Muni, las diferencias entre padre e hijo iban a hacerse todavía más agudas.