Text 26
dharmārtha-kāma iti yo ’bhihitas tri-varga
īkṣā trayī naya-damau vividhā ca vārtā
manye tad etad akhilaṁ nigamasya satyaṁ
svātmārpaṇaṁ sva-suhṛdaḥ paramasya puṁsaḥ
dharma—la religión; artha—el crecimiento económico; kāmaḥ—la complacencia regulada de los sentidos; iti—así; yaḥ—que; abhihitaḥ—prescritos; tri-vargaḥ—el grupo de tres; īkṣā—autorrealización; trayī—las ceremonias rituales de los Vedas; naya—lógica; damau—y la ciencia de la ley y el orden; vividhā—diversidad de; ca—también; vārtā—deberes propios de la ocupación, o el propio sustento; manye—considero; tat—a ellos; etat—estos; akhilam—todos; nigamasya—de los Vedas; satyam—verdad; sva-ātma-arpaṇam—la entrega plena del propio ser; sva-suhṛdaḥ—al amigo supremo; paramasya—la suprema; puṁsaḥ—personalidad.
La religión, el crecimiento económico y la complacencia de los sentidos se definen en los Vedas como tres vías hacia la salvación, tri-varga. En esas tres categorías se incluyen la educación y la autorrealización, las ceremonias rituales ejecutadas conforme a los mandatos védicos, la lógica, la ciencia de la ley y el orden, y los distintos medios para ganarse el sustento. Esos son los temas externos que se estudian en los Vedas, y por ello los considero materiales. Sin embargo, considero trascendental la entrega a los pies de loto del Señor Viṣṇu.
SIGNIFICADO: Estas instrucciones de Prahlāda Mahārāja hacen hincapié en la posición trascendental del servicio devocional. Como se confirma en el Bhagavad-gītā (14.26):
māṁ ca yo ’vyabhicāreṇa
bhakti-yogena sevate
sa guṇān samatītyaitān
brahma-bhūyāya kalpate
«Aquel que se dedica por completo al servicio devocional, firme en todas las circunstancias, trasciende de inmediato las modalidades de la naturaleza material y llega así al plano del Brahman». Aquel que se dedica por completo al servicio devocional del Señor, se eleva de inmediato a la posición trascendental, la etapa brahma-bhūta. Toda educación o actividad que no esté situada en el plano de brahma-bhūta, el plano de la autorrealización, debe considerarse material, y Prahlāda Mahārāja dice que nada material puede ser la Verdad Absoluta, ya que la Verdad Absoluta pertenece al plano espiritual. Esto lo confirma también el Señor Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā (2.45), donde dice: traiguṇya-viṣayā vedā nistrainguṇyo bhavārjuna: «Los Vedas tratan principalmente el tema de las tres modalidades de la naturaleza material. ¡Oh, Arjuna!, ¡trasciende esas tres modalidades!». Las actividades en el plano material, incluso si cuentan con la aprobación de los Vedas, no son el objetivo supremo de la vida. El objetivo supremo de la vida es permanecer en el plano espiritual, completamente entregados al parama-puruṣa, la persona suprema. La misión de la vida humana no tiene otro objetivo. En resumen, las ceremonias rituales y los mandamientos védicos no se deben dejar de lado, pues son medios para elevarse al plano espiritual. Pero si no nos elevamos hasta ese plano, esas ceremonias védicas son una simple pérdida de tiempo. Esto se confirma en el Śrīmad-Bhāgavatam (1.2.8):
dharmaḥ svanuṣṭhitaḥ puṁsāṁ
viṣvaksena-kathāsu yaḥ
notpādayed yadi ratiṁ
śrama eva hi kevalam
«Los deberes [dharma] que realice un hombre, cualquiera que sea su ocupación, si no hacen que nazca en él una atracción por el mensaje del Señor Supremo, no son más que un esfuerzo inútil». Cuando alguien ejecuta muy estrictamente sus diversos deberes religiosos, pero en fin de cuentas no se eleva al plano de la entrega al Señor Supremo, debe entenderse que sus métodos para alcanzar la salvación o la elevación no son más que una pérdida de tiempo y energía.