Texts 3-4
kopāveśa-calad-gātraḥ
putraṁ hantuṁ mano dadhe
kṣiptvā paruṣayā vācā
prahrādam atad-arhaṇam
āhekṣamāṇaḥ pāpena
tiraścīnena cakṣuṣā
praśrayāvanataṁ dāntaṁ
baddhāñjalim avasthitam
sarpaḥ padāhata iva
śvasan prakṛti-dāruṇaḥ
kopa-āveśa—muy furioso; calat—temblar; gātraḥ—todo el cuerpo; putram—a su hijo; hantum—matar;manaḥ—mente; dadhe—fijó; kṣiptvā—reñir; paruṣayā—con muy ásperas; vācā—palabras; prahrādam—a Prahlāda Mahārāja; a-tat-arhaṇam—que no merecía ser castigado (debido a su carácter noble y su tierna edad); āha—dijo; īkṣamāṇaḥ—mirándole con ira; pāpena—debido a sus actividades pecaminosas;tiraścīnena—malvados; cakṣuṣā—con ojos; praśraya-avanatam—muy amable y manso; dāntam—muy contenido; baddha-añjalim—con las manos juntas; avasthitam—situado; sarpaḥ—una serpiente; pada-āhataḥ—al ser pisada; iva—como; śvasan—siseando; prakṛti—por naturaleza; dāruṇaḥ—muy malvado.
Al enterarse de lo que estaba ocurriendo, Hiraṇyakaśipu se puso tan terriblemente furioso que todo el cuerpo le temblaba. Entonces tomó la decisión de matar a su hijo Prahlāda. Hiraṇyakaśipu era muy cruel por naturaleza, y, sintiéndose insultado, siseaba como una serpiente que ha sido pisada por alguien. Su hijo Prahlāda, pacífico, manso, amable, con los sentidos perfectamente controlados, permanecía ante él con las manos juntas. Por su edad y por su comportamiento, Prahlāda no merecía ningún castigo, pero Hiraṇyakaśipu, clavando en él sus malvados ojos, le riñó con ásperas palabras.
SIGNIFICADO: Quien falte al respeto a un devoto elevado y autorizado será castigado por las leyes de la naturaleza. La duración de su vida disminuirá, y perderá las bendiciones de sus superiores y los resultados de sus actividades piadosas. Hiraṇyakaśipu, por ejemplo, con el enorme poder que había alcanzado en el mundo material, pudo conquistar la práctica totalidad de los sistemas planetarios del universo, incluyendo los planetas celestiales (Svargaloka). Pero ahora, por maltratar a un vaiṣṇava de la talla de Prahlāda Mahārāja, todos los resultados de su tapasya disminuyeron. Como se afirma en el Śrīmad-Bhāgavatam (10.4.46):
āyuḥ śriyaṁ yaśo dharmaṁ
lokān āśiṣa eva ca
hanti śreyāṁsi sarvāṇi
puṁso mahad-atikramaḥ
«Quien trata mal a las grandes almas echa a perder la duración de su vida, su opulencia, su reputación, sus prácticas religiosas, sus propiedades y su buena fortuna».