Text 6
kruddhasya yasya kampante
trayo lokāḥ saheśvarāḥ
tasya me ’bhītavan mūḍha
śāsanaṁ kiṁ balo ’tyagāḥ
kruddhasya—cuando está enfadado; yasya—aquel que; kampante—tiemblan; trayaḥ lokāḥ—los tres mundos; saha-īśvarāḥ—con sus líderes; tasya—de eso; me—de mí (Hiraṇyakaśipu); abhīta-vat—sin temor;mūḍha—sinvergüenza; śāsanam—orden de mando; kim—qué; balaḥ—fuerza; atyagāḥ—has pasado por alto.
Prahlāda, hijo sinvergüenza, sabes que cuando yo me enfado tiemblan todos los planetas de los tres mundos con sus respectivos gobernantes, pero tú pareces no tenerme miedo y pasas por alto mi autoridad sobre ti. ¿Quién ha dado ese poder a un insolente sinvergüenza como tú?
SIGNIFICADO: La relación entre el devoto puro y la Suprema Personalidad de Dios es sumamente agradable. El devoto nunca se considera muy poderoso, sino que se entrega por completo a los pies de loto de Kṛṣṇa, confiando en que Kṛṣṇa protegerá a Su devoto en todas las situaciones de peligro. En el Bhagavad-gītā (9.31), el propio Kṛṣṇa dice: kaunteya pratijānīhi na me bhaktaḥ praṇaśyati: «¡Oh, hijo de Kuntī!, declara abiertamente que Mi devoto jamás perece». Podría haberlo declarado Él mismo, pero prefirió pedir a Arjuna que lo proclamase, porque Kṛṣṇa a veces cambia de opinión, de manera que la gente podría no creerle. Así, Kṛṣṇa pidió a Arjuna que declarase que el devoto del Señor jamás es vencido.
Hiraṇyakaśipu estaba perplejo de que su hijo de cinco años no sintiera el más mínimo temor e hiciera caso omiso de la orden de su padre, que era tan grande y poderoso. El devoto solo puede seguir órdenes de la Suprema Personalidad de Dios. Esa es la posición del devoto. Hiraṇyakaśipu se daba cuenta de que aquel niño debía de ser muy poderoso, ya que no hacía caso de sus órdenes. Hiraṇyakaśipu preguntó a su hijo: kiṁ balaḥ: «¿Cómo has desobedecido mi orden? ¿Quién te ha dado la fuerza para hacerlo?».