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Este capítulo explica que el Señor Śiva, al ver a la hermosa encarnación Mohinī-mūrti de la Suprema Personalidad de Dios, quedó confundido, aunque más tarde recobró el buen juicio. Cuando escuchó acerca de los pasatiempos que la Suprema Personalidad de Dios, Hari, había realizado en la forma de una atractiva mujer, el Señor Śiva montó en su toro y fue a ver al Señor. Acompañado por su esposa, Umā, y por sus sirvientes, los bhūta-gaṇa, los fantasmas, llegó a los pies de loto del Señor. El Señor Śiva ofreció reverencias al Señor Supremo, que es el Señor omnipresente, la forma universal, el controlador supremo de la creación, la Superalma, el lugar de reposo de todos, y la causa de todas las causas, completamente independiente. De esa forma, oró ofreciendo descripciones verdaderas del Señor. A continuación, expresó su deseo. La Suprema Personalidad de Dios, que es muy bondadoso con Sus devotos, satisfizo el deseo de Su devoto, el Señor Śiva, expandiendo Su energía y manifestándose en la forma de una mujer muy hermosa y atractiva. Al ver aquella forma, hasta el Señor Śiva quedó cautivado. Más tarde, por la gracia del Señor, pudo dominarse. Esto demuestra que la energía externa del Señor es tan poderosa que todos los que viven en el mundo material se ven cautivados por la forma de la mujer. Sin embargo, por la gracia de la Suprema Personalidad de Dios, la influencia de māyā también puede superarse. La prueba de esto la tenemos en el Señor Śiva, el devoto más elevado del Señor. Al principio quedó cautivado, pero más tarde, por la gracia del Señor, pudo contenerse. En relación con esto, se declara que solo el devoto puro puede conservar el dominio de sí mismo ante el atractivo aspecto de māyā. Pero la entidad viviente común, tan pronto como queda atrapada por el aspecto externo de māyā, ya no puede superarlo. Después de obtener el favor del Señor Supremo, el Señor Śiva, acompañado por su esposa, Bhavānī, y por su séquito de fantasmas, caminó dando vueltas alrededor del Señor. Luego partió hacia su propia morada. Śukadeva Gosvāmī concluye el capítulo explicando las cualidades trascendentales de Uttamaśloka, la Suprema Personalidad de Dios, y declarando que hay nueve clases de servicio devocional mediante las cuales se puede glorificar al Señor, que comienzan con śravaṇaṁ kīrtanam.

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