Text 24
yadṛcchayopapannena
santuṣṭo vartate sukham
nāsantuṣṭas tribhir lokair
ajitātmopasāditaiḥ
yadṛcchayā—ofrecido por la autoridad suprema conforme al propio karma; upapannena—con aquello que se obtenga;santuṣṭaḥ—hay que sentirse satisfecho; vartate—hay; sukham—felicidad; na—no; asantuṣṭaḥ—el que está insatisfecho;tribhiḥ lokaiḥ—aunque posea los tres mundos; ajita-ātmā—el que no puede controlar sus sentidos; upasāditaiḥ—aunque haya obtenido.
Debemos sentirnos satisfechos con lo que nuestro destino nos tiene reservado, pues el descontento nunca es causa de felicidad. Una persona sin dominio de sí misma no será feliz ni aunque posea los tres mundos.
SIGNIFICADO: Si el objetivo supremo de la vida es la felicidad, debemos sentirnos satisfechos con la posición en que la providencia nos haya situado. Prahlāda Mahārāja nos da la misma instrucción:
sukham aindriyakaṁ daityā
deha-yogena dehinām
sarvatra labhyate daivād
yathā duḥkham ayatnataḥ
«Mis queridos amigos nacidos en familias demoníacas, la sensación de felicidad que se percibe por el contacto de los objetos de los sentidos con el cuerpo depende de las actividades fruitivas pasadas y se puede obtener en cualquier forma de vida. Esa felicidad viene por sí sola y sin esfuerzo alguno por nuestra parte, al igual que ocurre con el sufrimiento» (Bhāg. 7.6.3). Esta es la filosofía perfecta para quien desea obtener la felicidad.
La felicidad verdadera se describe en el Bhagavad-gītā (6.21):
sukham ātyantikaṁ yat tad
buddhi-grāhyam atīndriyam
vetti yatra na caivāyaṁ
sthitaś calati tattvataḥ
«En el estado de dicha espiritual, se alcanza una felicidad trascendental ilimitada, que se percibe a través de los sentidos trascendentales. Quien alcanza esa posición, ya nunca se aparta de la verdad». La felicidad debe percibirse con los sentidos superiores, que no son los sentidos ligados a los elementos materiales. Cada uno de nosotros es un ser espiritual (ahaṁ brahmāsmi), cada uno de nosotros es una persona individual. Nuestros sentidos ahora están cubiertos por elementos materiales, y la ignorancia nos hace pensar que los sentidos materiales que nos cubren son nuestros verdaderos sentidos. Sin embargo, los verdaderos sentidos están dentro de la cubierta material. Dehino 'smin yathā dehe: Los sentidos espirituales están dentro de la cubierta de elementos materiales. Sarvopādhi-vinirmuktaṁ tat-paratvena nirmalam: Si los sentidos espirituales no se encuentran cubiertos, por medio de ellos podemos ser felices. La satisfacción de los sentidos espirituales se explica de la siguiente manera: hṛṣīkena hṛṣīkeśa-sevanaṁ bhaktir ucyate: Los sentidos están completamente satisfechos cuando se ocupan en el servicio devocional de Hṛṣīkeśa. Podemos tratar de satisfacer nuestros sentidos materiales, pero, sin este conocimiento superior acerca de la complacencia de los sentidos, nunca podremos alcanzar la felicidad. Podemos aumentar nuestro deseo de complacer los sentidos, e incluso ver cumplidos nuestros deseos de placer sensorial; sin embargo, como todo ello se basa en el plano material, nunca alcanzaremos la satisfacción ni nos saciaremos.
Según la cultura brahmínica, debemos darnos por satisfechos con lo que podamos obtener sin mayores esfuerzos, y debemos cultivar nuestra conciencia espiritual. Entonces seremos felices. El movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa tiene por objeto la difusión de estas conclusiones. La gente que carece de conocimiento espiritual científico considera erróneamente que los miembros del movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa son irresponsables que tratan de evadirse de las actividades materiales. Sin embargo, lo cierto es que las actividades en que nos ocupamos traen realmente la felicidad suprema en la vida. Quien no se eduque en la satisfacción de los sentidos espirituales y continúe absorto en la complacencia material de los sentidos, nunca logrará la felicidad eterna y bienaventurada. Por eso el Śrīmad-Bhāgavatam (5.5.1), recomienda:
tapo divyaṁ putrakā yena sattvaṁ
śuddhyed yasmād brahma-saukhyaṁ tv anantam
Debemos practicar austeridades a fin de purificar nuestra existencia y alcanzar una vida de ilimitada bienaventuranza.