Text 46
śrī-rājovāca
anādy-avidyopahatātma-saṁvidas
tan-mūla-saṁsāra-pariśramāturāḥ
yadṛcchayopasṛtā yam āpnuyur
vimuktido naḥ paramo gurur bhavān
śrī-rājā uvāca—el rey ofreció oraciones con las siguientes palabras; anādi—desde tiempo inmemorial; avidyā—por ignorancia; upahata—se ha perdido; ātma-saṁvidaḥ—conocimiento acerca del Señor; tat—que es; mūla—la raíz;saṁsāra—cautiverio material; pariśrama—lleno de miserias y grandes esfuerzos; āturāḥ—sufrimiento; yadṛcchayā—por la voluntad suprema; upasṛtāḥ—favorecidos por el ācārya; yam—a la Suprema Personalidad de Dios; āpnuyuḥ—pueden alcanzar; vimukti-daḥ—el proceso de liberación; naḥ—nuestro; paramaḥ—el supremo; guruḥ—maestro espiritual; bhavān—Tu Señoría.
El rey dijo: Aquellos que, desde tiempo inmemorial, han perdido el conocimiento de su propio ser, y que, debido a esa ignorancia, se enredan en una vida material condicionada y llena de miserias, por la gracia del Señor reciben la oportunidad de encontrarse con el devoto del Señor. Yo acepto a esa Suprema Personalidad de Dios como maestro espiritual supremo.
SIGNIFICADO: La Suprema Personalidad de Dios es, en realidad, el maestro espiritual supremo. El Señor Supremo lo sabe todo acerca del sufrimiento del alma condicionada; por esa razón, hace Su advenimiento en el mundo material, a veces en persona, a veces en forma de encarnación y, a veces, autorizando a una entidad viviente para que actúe en Su nombre. Sin embargo, Él es, en todos los casos, el maestro espiritual original que ilumina a las almas condicionadas que sufren en el mundo material. El Señor siempre está atareado ayudando a las almas condicionadas de muchas maneras. Por esa razón, en este verso recibe el nombre de paramo gurur bhavān. El representante de la Suprema Personalidad de Dios que actúa para difundir el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa también recibe la guía del Señor Supremo para cumplir Su orden del modo más conveniente. Esa persona puede parecer un ser humano corriente, pero, debido a que actúa en nombre de la Suprema Personalidad de Dios, el maestro espiritual supremo, no se le debe considerar un ser humano común. Por consiguiente, en las Escrituras se dice: ācāryaṁ māṁ vijānīyāt: El ācārya que actúa en nombre de la Suprema Personalidad de Dios debe ser tenido en la misma consideración que el propio Señor Supremo.
sākṣād dharitvena samasta-śāstrair
uktas tathā bhāvyata eva sadbhiḥ
kintu prabhor yaḥ priya eva tasya
vande guroḥ śrī-caraṇāravindam
Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura nos aconseja que adoremos al maestro espiritual que actúa en nombre del Señor Supremo al mismo nivel que el propio Señor Supremo, pues es el sirviente más íntimo del Señor y propaga Su mensaje para beneficio de todas las almas condicionadas enredadas en el mundo material.