Text 3
tan naicchan daitya-patayo
mahā-puruṣa-ceṣṭitam
na gṛhṇīmo vayaṁ puccham
aher aṅgam amaṅgalam
svādhyāya-śruta-sampannāḥ
prakhyātā janma-karmabhiḥ
tat—aquel orden; na aicchan—sin gustarles; daitya-patayaḥ—los líderes de los demonios; mahā-puruṣa—de la Suprema Personalidad de Dios; ceṣṭitam—intento; na—no; gṛhṇīmaḥ—sujetaremos; vayam—todos nosotros (los daityas); puccham—la cola; aheḥ—de la serpiente; aṅgam—parte del cuerpo;amaṅgalam—poco auspiciosa, inferior; svādhyāya—con estudio de los Vedas; śruta—y conocimiento védico; sampannāḥ—perfectamente dotados; prakhyātāḥ—destacados; janma-karmabhiḥ—por nacimiento y actividades.
Los líderes de los demonios pensaron que no era sabio tirar de la cola, la parte menos auspiciosa de la serpiente. Ellos querían tirar de la parte frontal, donde se habían situado la Personalidad de Dios y los semidioses, pues aquella parte era auspiciosa y gloriosa. Así, alegando que eran estudiantes muy avanzados del conocimiento védico, famosos por su nacimiento y actividades, los demonios protestaron diciendo que querían sujetar a la serpiente por su parte delantera.
SIGNIFICADO: Los demonios pensaron que la parte delantera de la serpiente era auspiciosa, y que sería más honroso tirar de ese extremo. Además, los daityassiempre tienen que llevar la contraria a los semidioses. Es su naturaleza. Esto lo hemos visto en relación con nuestro movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa. Nosotros abogamos por la protección de la vaca y animamos a la gente a beber más leche y a comer deliciosos manjares preparados con leche, pero los demonios, en su afán de protestar contra esos planteamientos, proclaman ser grandes científicos, con un conocimiento muy avanzado, como se explica en este verso con las palabras svādhyāya-śruta-sampannāḥ. Así, conforme a su método científico, dicen haber descubierto que la leche es peligrosa y que los filetes que se obtienen matando vacas son muy nutritivos. Esa diferencia de opinión continuará por siempre, y, en verdad, ha existido desde el pasado más remoto. Es un enfrentamiento que ya se daba hace millones de años. Los demonios, como resultado de sus supuestos estudios védicos, prefirieron tirar de la serpiente por la parte más cercana a la boca. La Suprema Personalidad de Dios juzgó más prudente situarse en la parte peligrosa de la serpiente y dejar que los demonios tirasen de la cola, que no era peligrosa, pero, debido a su afán de competir, los demonios creyeron que sería mejor tirar de la serpiente por la parte más cercana a la boca. Si los semidioses fueran a beber veneno, los demonios decidirían: «¿Por qué no compartir el veneno y tener una muerte gloriosa por beberlo?».
En relación con las palabras svādhyāya-śruta-sampannāḥ prakhyātā janma-karmabhiḥ, puede plantearse otra pregunta: ¿Por qué se considera demonio a una persona educada en el conocimiento védico, famosa por cumplir con sus actividades prescritas y nacida en una familia de la más alta aristocracia? La respuesta es que, pese a su gran educación, y pese a haber nacido en una familia de la aristocracia, la persona que es atea, que no escucha las instrucciones de Dios, es un demonio. En la historia abundan los ejemplos de hombres como Hiraṇyakaśipu, Rāvaṇa y Kaṁsa, quienes, a pesar de la buena educación que recibieron y de haber nacido en familias de la aristocracia, y a pesar de que eran muy poderosos y heroicos en el combate, se consideran rākṣasas, demonios, pues menospreciaron a la Suprema Personalidad de Dios. Puede que hayan recibido muy buena educación, pero si su actitud no es consciente de Kṛṣṇa y no demuestran obediencia al Señor Supremo, son demonios. Esto lo explica el propio Señor en el Bhagavad-gītā (7.15):
na māṁ duṣkṛtino mūḍhāḥ
prapadyante narādhamāḥ
māyayāpahṛta-jñānā
āsuraṁ bhāvam āśritāḥ
«Esos malvados sumamente necios, que son lo más bajo de la humanidad, a quienes la ilusión les ha robado el conocimiento, y que participan de la naturaleza atea de los demonios, no se entregan a Mí». Āsuraṁ bhāvam se refiere a no aceptar la existencia de Dios o las instrucciones trascendentales de la Personalidad de Dios. Es obvio que todo el Bhagavad-gītā consiste en instrucciones trascendentales impartidas directamente por la Suprema Personalidad de Dios. Sin embargo, los asuras, en lugar de aceptar esas instrucciones directamente, elaboran comentarios caprichosos conforme a sus propios métodos, y descarrían a todos, sin beneficio ni siquiera para ellos mismos. Por lo tanto, hay que cuidarse mucho de las personas demoníacas, de los ateos. Según las palabras del Señor Kṛṣṇa, un demonio ateo debe ser considerado mūḍha, narādhama y māyayāpahṛta-jñāna, por mucha educación que tenga.