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Cuando los demonios tuvieron en sus manos la vasija del néctar, apareció ante ellos una mujer de extraordinaria belleza. Todos los demonios quedaron cautivados por la belleza de aquella joven y se apegaron a Ella. Como estaban peleándose entre sí por adueñarse del néctar, decidieron que fuese aquella hermosa mujer quien mediase para resolver la disputa. Aprovechándose de esa debilidad de los demonios, Mohinī, la encarnación de la Suprema Personalidad de Dios, les hizo prometer que aceptarían Su decisión, cualquiera que esta fuese. Cuando los demonios lo prometieron, la hermosa mujer, Mohinī-mūrti, hizo que los semidioses y los demonios se sentasen en filas separadas, para poder repartir el néctar. Ella sabía que los demonios no merecían en absoluto beber el néctar, de modo que les engañó y repartió todo el néctar entre los semidioses. Los demonios, cuando vieron que Mohinī-mūrti les estaba engañando, permanecieron en silencio. Sin embargo, uno de ellos, llamado Rāhu, se vistió como los semidioses y se sentó entre ellos, al lado del Sol y de la Luna. La Suprema Personalidad de Dios, al darse cuenta del engaño, le cortó inmediatamente la cabeza. Rāhu, sin embargo, ya había probado el néctar, de modo que siguió vivo a pesar de haber sido decapitado. Cuando los semidioses terminaron de beber el néctar, la Suprema Personalidad de Dios adoptó Su propia forma. Śukadeva Gosvāmī termina el capítulo explicando lo poderoso que es el proceso de glorificar los santos nombres, los pasatiempos y los enseres de la Suprema Personalidad de Dios.
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