Text 10
dehaṁ nāvarurutse ’haṁ
duḥkha-śoka-bhayāvaham
sarvatrāsya yato mṛtyur
matsyānām udake yathā
deham—un cuerpo material; na—no; avarurutse—deseo recibir; aham—yo; duḥkha-śoka-bhaya-āvaham—que es la causa de todo tipo de sufrimientos, lamentaciones y temores; sarvatra—siempre y en todas partes en el universo; asya—de las entidades vivientes que han recibido cuerpos materiales; yataḥ—puesto que; mṛtyuḥ—muerte; matsyānām—del pez; udake—que vive en el agua; yathā—como.
No deseo recibir un cuerpo material, pues ese cuerpo es la fuente de todos los sufrimientos, lamentaciones y temores en todo el universo. Es la misma situación que vive el pez en el agua, siempre angustiado por el temor de morir.
SIGNIFICADO: El cuerpo material está destinado a morir, tanto en el sistema planetario superior como en el inferior. En el sistema planetario inferior o en especies inferiores, la muerte viene muy pronto, y en los planetas superiores o en especies superiores, se puede vivir durante muchísimo tiempo, pero la muerte es inevitable. Debemos entender esto. En la forma de vida humana, tenemos que aprovechar la oportunidad de poner fin al ciclo del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades mediante la práctica de tapasya. Ese es el objetivo de la civilización humana: detener el ciclo de nacimientos y muertes, que recibe el nombre de mṛtyu-saṁsāra-vartmani. Ello es posible cuando somos conscientes de Kṛṣṇa, cuando hemos logrado el servicio de los pies de loto del Señor. De lo contrario, tendremos que pudrirnos en el mundo material y recibir un cuerpo material sujeto al ciclo del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades.
El ejemplo que se da en este verso es que el pez dentro del agua se encuentra en su elemento natural, pero nunca puede verse libre de la angustia de la muerte, pues los peces grandes siempre quieren comerse a los más chicos. Phalgūni tatra mahatām: Todas las entidades vivientes son comidas por otras entidades vivientes mayores que ellas. Así funciona la naturaleza material.
ahastāni sahastānām
apadāni catuṣ-padām
phalgūni tatra mahatāṁ
jīvo jīvasya jīvanam
«Los que no tienen manos son presa de los que tienen manos; los que no tienen patas son presa de los que tienen cuatro patas. Los débiles son el sustento de los fuertes, y es norma general que un ser vivo es comida para otro» (Bhāg. 1.13.47). La Suprema Personalidad de Dios ha creado el mundo material de tal manera que toda entidad viviente es la comida de otra. Como consecuencia, existe una lucha por la existencia; pero, aunque hablemos de la supervivencia del más apto, con excepción del devoto del Señor nadie puede salvarse de la muerte. Hariṁ vinā naiva sṛtiṁ taranti: No es posible salirse del ciclo de nacimientos y muertes sin ser devoto. Esto se confirma también en el Bhagavad-gītā (9.3): aprāpya māṁ nivartante mṛtyu-saṁsāra-vartmani: Quien no alcanza el refugio de los pies de loto de Kṛṣṇa tiene que vagar hacia arriba y hacia abajo en el ciclo de nacimientos y muertes.