Text 32
rāja-putryārthito ’patye
dharmaṁ cāvekṣya dharmavit
smarañ chukra-vacaḥ kāle
diṣṭam evābhyapadyata
rāja-putryā—por Śarmiṣṭha, que era la hija de un rey; arthitaḥ—serle rogado; apatye—un hijo; dharmam—principios religiosos; ca—así como; avekṣya—considerando; dharma-vit—consciente de todos los principios religiosos; smaran—recordando; śukra-vacaḥ—la advertencia de Śukrācārya; kāle—en el momento; diṣṭam—circunstancialmente; eva—en verdad; abhyapadyata—aceptó (satisfacer el deseo de Śarmiṣṭhā).
Cuando la princesa Śarmiṣṭhā pidió un hijo al rey Yayāti, este, que era bien consciente de los principios de la religión, consintió en satisfacer su deseo. Aunque recordaba la advertencia de Śukrācārya, pensó que aquella unión era la voluntad del Supremo, de modo que tuvo relación sexual con Śarmiṣṭhā.
SIGNIFICADO: El rey Yayāti era plenamente consciente de su deber como kṣatriya. Un kṣatriya no puede rechazar a una mujer que desee relacionarse con él. Se trata de un principio religioso. Por esa razón, Dharmarāja, Yudhiṣṭira, al ver la infelicidad de Arjuna a su regreso de Dvārakā, le preguntó si acaso había rechazado a una mujer que le había pedido un hijo. Mahārāja Yayāti, aunque recordaba la advertencia de Śukrācārya, no pudo decir que no a Śarmiṣṭhā. Pensó que lo más correcto era darle un hijo, de modo que tuvo relaciones sexuales con ella después del período menstrual. Ese tipo de disfrute sexual no es contrario a los principios religiosos. Como se afirma en el Bhagavad-gītā (7.11): dharmāviruddho bhūteṣu kāmo 'smi: La vida sexual que no es contraria a los principios religiosos cuenta con la aprobación de Kṛṣṇa. Puesto que Śarmiṣṭhā, que era hija de un rey, había pedido un hijo a Yayāti, su unión no era un acto de lujuria sino un acto de religión.