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El hijo de Bharadvāja fue Manyu, y los hijos de Manyu fueron Bṛhatkṣatra, Jaya, Mahāvīrya, Nara y Garga. De entre ellos, Nara tuvo un hijo llamado Saṅkṛti, el cual, a su vez, tuvo dos hijos: Guru y Rantideva. Rantideva, un devoto excelso, veía a todas las entidades vivientes en relación con la Suprema Personalidad de Dios, y por ello dedicaba por entero su mente, sus palabras y su mismo ser al servicio del Señor Supremo y de Sus devotos. Rantideva era tan excelso que a veces daba su propia comida en caridad, teniendo que ayunar él y su familia. En cierta ocasión, después de un ayuno de cuarenta y ocho días en los que ni siquiera tomó agua, le llevaron sabrosos alimentos preparados con ghī. Sin embargo, cuando estaba a punto de comer, se presentó un brāhmaṇa de visita. Rantideva, en lugar de comer, ofreció parte de su comida al brāhmaṇa. Cuando este se despidió y Rantideva se dispuso a comer lo que quedaba, se presentó un śūdra. Rantideva, entonces, compartió los remanentes de la comida con el śūdra. Y de nuevo, cuando estaba a punto de probar aquellos remanentes, se presentó otro invitado. Rantideva dio al nuevo visitante el resto de la comida, dispuesto a contentarse con un vaso de agua para saciar la sed. Sin embargo, tampoco pudo hacerlo, pues recibió la visita de una persona sedienta y le dio el agua. Todo ello había sido dispuesto por la Suprema Personalidad de Dios a fin de glorificar a Su devoto y mostrar su carácter tolerante en el servicio del Señor. La Suprema Personalidad de Dios, sumamente complacido con Rantideva, le confió un servicio muy confidencial. El poder especial para ofrecer los servicios más confidenciales se lo confiere la Suprema Personalidad de Dios al devoto puro, y no a devotos corrientes.
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