Text 112
bhaṭṭa kahe, — tumi yei kaha, sei vidhi-dharma
ei rāga-mārge āche sūkṣma-dharma-marma
bhaṭṭa kahe—el Bhaṭṭācārya dijo; tumi yei kaha—todo lo que dices; sei vidhi-dharma—eso es un principio regulativo; ei rāga-mārge—en este amor espontáneo; āche—hay; sūkṣma-dharma-marma—complejidades sutiles del sistema religioso.
El Bhaṭṭācārya dijo al rey: «Lo que tú dices es correcto según los principios regulativos que rigen las visitas a lugares sagrados, pero hay otra senda, la senda del amor espontáneo. Según esos principios, en la puesta en práctica de los principios religiosos hay muchas complejidades muy sutiles.
SIGNIFICADO: Según los principios regulativos védicos, para visitar un lugar sagrado de peregrinaje hay que practicar abstinencia sexual. Por lo general, la gente es muy adicta a la complacencia de los sentidos, y por la noche, si no tienen vida sexual, no pueden dormir. Por esa razón, los principios regulativos ordenan al hombre común que observe completa abstinencia sexual antes de ir a un lugar sagrado de peregrinaje. Cuando llega al lugar sagrado, debe observar ayuno durante el día, y después de afeitarse la cabeza, debe bañarse en un río o playa próximo a ese lugar sagrado. Esos métodos se siguen para neutralizar los efectos de las actividades pecaminosas. Visitar un lugar sagrado de peregrinaje significa neutralizar las reacciones de la vida pecaminosa. Quienes van a los lugares sagrados de peregrinaje sueltan la carga de las reacciones de sus vidas de pecado; como consecuencia, los lugares sagrados están sobrecargados con las actividades pecaminosas que dejan allí los visitantes.
La persona santa o devoto puro que visita uno de esos lugares sagrados absorbe los efectos pecaminosos dejados por los hombres comunes y purifica de nuevo el lugar sagrado. Tirthī-kurvanti tīrthāni (Bhāg. 1.13.10). Así pues, tanto el hombre corriente como las personas santas y excelsas visitan los lugares sagrados, pero sus visitas no son iguales. El hombre común deja sus pecados en el lugar sagrado, y la persona santa, el devoto, limpia esos pecados con su sola presencia. Los devotos del Señor Caitanya Mahāprabhu no eran hombres comunes, y no estaban sujetos a las reglas y regulaciones que rigen la visita a los lugares sagrados. Al contrario, ellos manifestaban su amor espontáneo por Śrī Caitanya Mahāprabhu. Apenas llegaron al lugar sagrado, fueron a ver al Señor Caitanya, y, conforme a Su orden, tomaron mahā-prasādam sin seguir las regulaciones que se siguen en los lugares sagrados.