Text 135
ei-mata puradvāra-āge patha yata
sakala śodhila, tāhā ke varṇibe kata
ei-mata—de ese modo; pura-dvāra—de la puerta de entrada al templo; āge—frente a; patha yata—todas las avenidas; sakala—todas; śodhila—estaban limpias; tāhā—eso; ke varṇibe—quién puede explicar; kata—cuánto.
Fuera de las puertas de entrada al templo, todos los caminos estaban también perfectamente limpios, sin que nadie pudiera decir exactamente cómo había ocurrido.
SIGNIFICADO: Al comentar la limpieza del templo de Guṇḍicā, Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura dice que Śrī Caitanya Mahāprabhu, como líder del mundo, estaba instruyendo personalmente acerca de cómo debemos recibir al Señor Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, en nuestro corazón, limpio y pacífico. Si queremos ver a Kṛṣṇa sentado en el corazón, primero tenemos que limpiar el corazón, como Śrī Caitanya Mahāprabhu aconseja en Su Śikṣāṣṭaka: ceto-darpaṇa-mārjanam (Cc. Antya 20.12). En la era actual, todo el mundo tiene el corazón especialmente sucio. Así lo confirma el Śrīmad-Bhāgavatam: hṛdy antaḥ-stho hy abhadrāṇi. Para limpiar todas las impurezas del corazón, Śrī Caitanya Mahāprabhu nos aconseja que cantemos el mantra Hare Kṛṣṇa. El primer resultado será la limpieza del corazón (ceto-darpaṇa-mārjanaṁ). De manera similar, el Śrīmad-Bhāgavatam (1.2.17) confirma esa declaración:
śṛṇvatāṁ sva-kathāḥ kṛṣṇaḥ puṇya-śravaṇa-kīrtanaḥ
hṛdy antaḥ-stho hy abhadrāṇi vidhunoti suhṛt satām
«Śrī Kṛṣṇa, la Personalidad de Dios, que es el Paramātmā [la Superalma] en el corazón de todos y el benefactor del devoto veraz, limpia de deseos de disfrute material el corazón del devoto que saborea Sus mensajes, que son virtuosos en sí mismos cuando se escuchan y se cantan del modo adecuado».
El devoto que verdaderamente desee limpiar su corazón, debe cantar y escuchar las glorias del Señor, Śrī Kṛṣṇa (śṛṇvatāṁ sva-kathāḥ kṛṣṇaḥ) (Bhâg. 1.2.17). Es un proceso sencillo. Kṛṣṇa le ayudará a limpiar el corazón, porque Él ya Se encuentra allí. Kṛṣṇa quiere continuar viviendo en el corazón, y desea darnos indicaciones, pero el corazón debe estar tan limpio como el templo de Guṇḍicā tras la limpieza que realizó el Señor Caitanya Mahāprabhu. Por lo tanto, el devoto tiene que limpiar el corazón del mismo modo que el Señor limpió el templo de Guṇḍicā. Así podrá sentirse pacífico y enriquecido con el servicio devocional. El corazón, mientras esté lleno de pajas, granos de arena, malas hierbas o polvo (en otras palabras, anyābhilāṣa-pūrṇa), no es un trono adecuado para la Suprema Personalidad de Dios. Es necesario limpiar el corazón de todas las motivaciones materiales, producto de las actividades fruitivas, el conocimiento especulativo, el sistema de yoga místico y tantas otras formas de mal llamada meditación. El corazón debe estar limpio de toda motivación oculta. En palabras de Śrīla Rūpa Gosvāmī: anyābhilāṣitā-śūnyaṁ jñāna-karmādy-anāvṛtam (B.r.s. 1.1.11). Es decir, no debe haber ninguna motivación externa. No debemos buscar la elevación material, ni la comprensión del Supremo mediante el conocimiento especulativo, las actividades fruitivas o rigurosas austeridades y penitencias, etc. Todas esas actividades van en contra del crecimiento natural del amor espontáneo por Dios. Tan pronto como se manifiestan en el corazón, debemos entender que el corazón está impuro y que, por lo tanto, no es digno de servir de asiento a Kṛṣṇa. Mientras el corazón no esté limpio, no podremos percibir en él la presencia del Señor.
El deseo material se define como el deseo de disfrutar al máximo del mundo material. En lenguaje actual, eso se denomina crecimiento económico. Los deseos desmedidos de crecimiento económico se consideran pajas y granos de arena en el corazón. Si estamos plenamente dedicados a las actividades materiales, el corazón estará siempre perturbado. Narottama dāsa Ṭhākura afirma:
saṁsāra viṣānale, divā-niśi hiyā jvale,
juḍāite nā kainu upāya
En otras palabras, los esfuerzos por disfrutar de opulencia material van en contra del principio del servicio devocional. En las actividades de disfrute material se incluyen los grandes sacrificios en aras de la actividad auspiciosa, la caridad, la austeridad, la elevación al sistema planetario superior, e incluso llevar una vida feliz en el mundo material.
Los beneficios materiales de nuestro tiempo son como el polvo de la contaminación material. Agitado por el remolino de la actividad fruitiva, ese polvo acaba por cubrir el corazón. Debido a ello, el espejo del corazón se encuentra cubierto de polvo. Hay muchos deseos de realizar actividades auspiciosas y no auspiciosas, pero la gente no sabe que, vida tras vida, su corazón sigue impuro. Si alguien no puede abandonar el deseo de realizar actividades fruitivas, debemos entender que está cubierto por el polvo de la contaminación material. Los karmīs suelen pensar que la interacción de las actividades fruitivas se puede neutralizar con otro karma, con otra actividad fruitiva. Ciertamente, se trata de un concepto erróneo. Confundidos por esa idea, somos engañados por nuestras propias actividades. Esa forma de actuar se compara al baño del elefante. El elefante se baña concienzudamente, pero, tan pronto como sale del río, recoge polvo de la orilla y se lo lanza sobre el cuerpo. El sufrimiento resultante de las actividades fruitivas pasadas no se puede neutralizar con la práctica de actividades auspiciosas. Los sufrimientos de la sociedad humana no se pueden neutralizar con planes materiales. La única manera de mitigar el sufrimiento es el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa. Quien adopta el sendero de conciencia de Kṛṣṇa y se ocupa en el servicio devocional del Señor —que comienza cantando y escuchando las glorias del Señor—, empieza el proceso de purificación del corazón. Cuando su corazón está ya limpio, puede ver claramente en él al Señor, libre de toda perturbación. En el Śrīmad-Bhāgavatam (9.4.68), el Señor confirma que Él Se encuentra en el corazón del devoto puro: sādhavo hṛdayaṁ mahyaṁ sādhūnāṁ hṛdayaṁ tv aham.
La especulación impersonal, el monismo (fundirse en la existencia del Supremo), el conocimiento especulativo, el yoga místico y la meditación se comparan a granos de arena. Sólo causan irritación en el corazón. Con esas actividades, ni se puede satisfacer a la Suprema Personalidad de Dios, ni damos al Señor la oportunidad de sentarse tranquilamente en nuestro corazón. Al contrario, lo único que hacemos es perturbar al Señor. A veces, los yogīs y los jñānīs emprenden el canto del mahā-mantra Hare Kṛṣṇa como una forma de dar comienzo a sus diversas prácticas. Pero cuando piensan, equivocadamente, que han logrado liberarse del cautiverio de la existencia material, dejan de cantar. No se plantean que el objetivo supremo sea la forma del Señor o el nombre del Señor. Esas criaturas desafortunadas nunca reciben el favor de la Suprema Personalidad de Dios, pues no saben qué es el servicio devocional. El Señor Kṛṣṇa las describe en la Bhagavad-gītā con las siguientes palabras:
tān ahaṁ dviṣataḥ krūrān saṁsāreṣu narādhamān
kṣipāmy ajasram aśubhān āsurīṣv eva yoniṣu
«A los envidiosos y malvados, lo más bajo entre los hombres, Yo les arrojo perpetuamente al océano de la existencia material, en diversas especies de vida demoníaca» (Bg. 16.19).
Con Su ejemplo práctico, Śrī Caitanya Mahāprabhu nos ha mostrado que debemos recoger cuidadosamente todos los granos de arena y tirarlos fuera. Por temor a que los granos de arena volviesen a entrar, Śrī Caitanya Mahāprabhu limpió también el exterior del templo.
A este respecto, Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura explica que, aunque estemos libres del deseo de realizar actividades fruitivas, a veces ese deseo surge de nuevo sutilmente en el corazón. Es frecuente que un devoto piense en hacer negocios para mejorar las actividades devocionales. Pero la contaminación es tan fuerte, que más tarde puede dar lugar a una comprensión errónea, definida con los términos kuṭi-nāṭi (buscar defectos) y pratiṣṭhāśā (el deseo de fama, renombre y una posición elevada), jīva-hiṁsā (envidia de otras entidades vivientes), niṣidhācāra (aceptar cosas prohibidas en los śāstras), kāma (deseo de ganancia material) y pūjā (ansia de popularidad). La palabra kuṭi-nāṭi significa «duplicidad». Podemos, por ejemplo, tratar de imitar a Haridāsa Ṭhākura e ir a vivir a un lugar solitario. En realidad, lo que deseamos es fama y renombre; en otras palabras, pensamos que, por el simple hecho de vivir en un lugar aislado, los necios van a creer que somos como Haridāsa Ṭhākura. En ese caso, estamos siendo afectados por pratiṣṭhāśā. Todo eso son deseos materiales. El devoto neófito se verá, sin duda, asaltado también por otros deseos materiales: el dinero y las mujeres. De ese modo, el corazón se llena de nuevo de cosas sucias y se vuelve cada vez más duro, como el de un materialista. Poco a poco, surge el deseo de ser un devoto de renombre o un avatāra (encarnación).
La palabra jīva-hiṁsā (envidia hacia otras entidades vivientes), en realidad, significa detener la prédica de conciencia de Kṛṣṇa. La labor de prédica se define con las palabras paropakāra, actividad benéfica para los demás. Los que ignoran los beneficios del servicio devocional deben ser educados mediante la prédica. Si dejamos de predicar y simplemente nos sentamos en un lugar solitario, nuestra actividad es material. También se ocupa en actividad material quien desea hacer concesiones a los māyāvādīs. El devoto nunca debe hacer concesiones a los no devotos. Quien actúa como guru profesional, yogī místico o hacedor de milagros, puede engañar y confundir a la gente y alcanzar fama de místico maravilloso, pero todo ello se considera polvo, paja y granos de arena en el corazón. Además, es necesario seguir los principios regulativos y no desear vida sexual ilícita, juegos de azar, productos embriagantes o carne.
Para instruirnos de forma práctica, el Señor Śrī Caitanya Mahāprabhu limpió el templo dos veces. La segunda limpieza fue todavía más concienzuda. Se trataba de apartar todos los obstáculos de la senda del servicio devocional. Śrī Caitanya Mahāprabhu limpió el templo con plena convicción, como lo demuestra el hecho de que usase Sus propias ropas para limpiar. Śrī Caitanya Mahāprabhu quería ver personalmente que el templo se limpiaba a fondo, hasta que quedara limpio como el mármol. El mármol limpio tiene un efecto refrescante. Servicio devocional quiere decir alcanzar la paz, verse libre de todas las perturbaciones causadas por la contaminación material. En otras palabras, es el proceso mediante el cual se refresca la mente. Cuando ya no deseamos otra cosa que el servicio devocional, la mente puede estar en paz y profundamente limpia.
Aunque saquemos todas las cosas sucias, en la mente pueden permanecer todavía tendencias sutiles hacia el impersonalismo, el monismo, el éxito y los cuatro principios de la actividad religiosa (dharma, artha, kāma y mokṣa). Esos deseos son como manchas en una tela limpia. Śrī Caitanya Mahāprabhu también quería limpiarlos y hacerlos desaparecer.
Con Su actividad práctica, Śrī Caitanya Mahāprabhu nos informó acerca de cómo limpiar el corazón. Una vez limpio el corazón, debemos invitar al Señor Śrī Kṛṣṇa a sentarse en él, y debemos celebrar el festival repartiendo prasādam y cantando el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa. Śrī Caitanya Mahāprabhu enseñaba a cada devoto con Su propio ejemplo. Todo el que propaga la misión de Śrī Caitanya Mahāprabhu acepta esa misma responsabilidad. Durante la limpieza, el Señor reñía o alababa personalmente a cada devoto, y quienes aceptan el papel de ācāryas deben aprender de Śrī Caitanya Mahāprabhu a educar a los devotos con su ejemplo personal. El Señor estaba muy complacido con quienes podían limpiar el templo sacando fuera las cosas indeseables acumuladas dentro. Eso se llama anartha-nivṛtti, limpiar el corazón de todo lo indeseable. De modo que Śrī Caitanya Mahāprabhu dirigió la limpieza del Guṇḍicā-mandira para hacernos saber que, si queremos recibir al Señor Śrī Kṛṣṇa en el corazón y deseamos que Se siente en él libre de perturbaciones, antes es necesario limpiar y refrescar el corazón.