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Text 185

dharma-sthāpana-hetu sādhura vyavahāra
purī-gosāñira ye ācaraṇa, sei dharma sāra

dharma-sthāpana-hetu—para establecer los principios de la religión; sādhura vyavahāra—el comportamiento de un devoto; purī-gosāñira—de Mādhavendra Purī; ye ācaraṇa—el comportamiento; sei—eso; dharma sāra—la esencia de toda religión.

«El comportamiento del devoto establece el verdadero propósito de los principios religiosos. El comportamiento de Mādhavendra Purī Gosvāmī es la esencia de esos principios religiosos.»

SIGNIFICADO: Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura ofrece el siguiente comentario de este pasaje. El sādhu, la persona honesta, recibe el nombre de mahājana o mahātmā. En la Bhagavad-gītā, el Señor Kṛṣṇa describe al mahātmā con las siguientes palabras:

mahātmānas tu māṁ pārthadaivīṁ prakṛtim āśritāḥ
bhajanty ananya-manaso
jñātvā bhūtādim avyayam

«¡Oh, hijo de Pṛthā!, aquellos que no están bajo la ilusión, las grandes almas, se hallan bajo la protección de la naturaleza divina. Están plenamente ocupados en el servicio devocional, porque saben que Yo soy la Suprema Personalidad de Dios, original e inagotable» (Bg. 9.13).

En el mundo material, los practicantes de las diversas religiones entienden la palabra mahātmā de maneras distintas. También las personas mundanas presentan sus diversos puntos de vista. El alma condicionada ocupada en complacer los sentidos reconoce al mahājana en función de la proporción de complacencia sensorial que ofrece. Por ejemplo, un hombre de negocios puede considerar mahājana a determinado banquero, y los karmīs que desean el disfrute material pueden considerar mahājanas a filósofos como Jaimini. Hay muchos yogīs que aspiran a controlar los sentidos; para ellos, Patañjali Ṛṣi es un mahājana. Para los jñānīs, son mahājanas Kapila el ateo, Vasiṣṭha, Durvāsā, Dattātreya y otros filósofos impersonalistas. Los demonios consideran mahājanas a Hiraṇyākṣa, Hiraṇyakaśipu, Rāvaṇa y su hijo Meghanāda, Jarāsandha, etc. Para los antropólogos materialistas que especulan con la evolución del cuerpo, una persona como Darwin es un mahājana. Los científicos que están confundidos por la energía externa de Kṛṣṇa no tienen ninguna relación con la Suprema Personalidad de Dios, pero, aun así, hay quien les acepta como mahājanas. Del mismo modo, a veces son considerados mahājanas los filósofos, historiadores, literatos, oradores y líderes políticos y sociales. Esos mahājanas reciben el respeto de cierta clase de hombres de quienes el Śrīmad-Bhāgavatam (2.3.19) dice:

śva-viḍ-varāhoṣṭra-kharaiḥ
saṁstutaḥ puruṣaḥ paśuḥ
na yat-karṇa-pathopeto

jātu nāma gadāgrajaḥ

«Personas que son como perros, cerdos, camellos y asnos alaban a los hombres que nunca escuchan los pasatiempos trascendentales del Señor Śrī Kṛṣṇa, el que libera de todo mal».

Así, en el plano material, líderes que son como animales son adorados por animales. A veces, los médicos, los psiquiatras y los asistentes sociales tratan de aliviar el dolor del cuerpo, el sufrimiento y el miedo, pero carecen de conocimiento acerca de la identidad espiritual y no tienen relación con Dios. Aun así, quienes se hallan bajo la influencia de la ilusión, les consideran mahājanas. Personas que se engañan a sí mismas, a veces aceptan líderes o maestros espirituales de una orden sacerdotal nombrada oficialmente conforme a los códigos de la vida material. De ese modo, son engañados por el sacerdocio oficial. La gente a veces acepta como mahajānas a aquellos que Śrīla Vṛndāvana dāsa Ṭhākura ha calificado de ḍhaṅga-vipras (brāhmaṇas impostores). Esos impostores imitan las características de Śrīla Haridāsa Ṭhākura, y de hecho envidian a Haridāsa Ṭhākura, el cual sí era un mahājana. Hacen grandes esfuerzos artificiales, anunciándose como grandes devotos del Señor o como místicos hipnotizadores conocedores del arte de la brujería, el hipnotismo y los milagros. A veces, la gente considera mahājanas a demonios como Pūtanā, Tṛṇāvarta, Vatsa, Baka, Aghāsura, Dhenuka, Kālīya y Pralamba. Hay gente que acepta a los imitadores y adversarios de la Suprema Personalidad de Dios, como Pauṇḍraka, Śṛgāla Vāsudeva, el maestro espiritual de los demonios (Śukrācārya), o a ateos como Cārvāka, el rey Vena, Sugata y Arhat. La gente que considera mahājanas a esos imitadores no tiene fe en que Śrī Caitanya Mahāprabhu es la Suprema Personalidad de Dios. En lugar de ello, aceptan a engañadores ateos que se presentan como encarnaciones de Dios y que engañan con juegos de palabras a los tontos que se encuentran en el mundo material. Infinidad de sinvergüenzas de esa calaña son considerados mahājanas.

Quienes carecen de servicio devocional, a veces confunden con mahājanas a personas con motivaciones mundanas. La única motivación debe ser el kṛṣṇa-bhakti, el servicio devocional del Señor. A veces son considerados mahājanas los trabajadores fruitivos, los áridos filósofos, los no devotos, los yogīs místicos y las personas apegadas a la opulencia material, las mujeres y el dinero. Pero el Śrīmad-Bhāgavatam (6.3.25), dice lo siguiente acerca de esos mahājanas no autorizados:

prāyeṇa veda tad idaṁ na mahājano ’yaṁ
devyā vimohita-matir bata māyayālam
trayyāṁ jaḍī-kṛta-matir madhu-puṣpitāyāṁ
vaitānike mahati karmaṇi yujyamānaḥ

En el mundo material, los necios que no conocen el valor del servicio devocional aceptan como mahājanas a karmīs (trabajadores fruitivos). La inteligencia mundana y los métodos de especulación mental de esos necios se hallan bajo el control de la tres modalidades de la naturaleza material. Por consiguiente, no pueden entender el servicio devocional puro. Se sienten atraídos por las actividades materiales, y se convierten en adoradores de la naturaleza material. Así pues, se les conoce como trabajadores fruitivos. Incluso se enredan en actividades materiales simulando que son actividades espirituales. La Bhagavad-gītā define a esas personas con la palabra veda-vāda-ratāḥ. Aunque no entienden el verdadero objetivo de los Vedas, se consideran a sí mismos autoridades védicas. Las personas versadas en el conocimiento védico deben saber que Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios. Vedaiś ca sarvair aham eva vedyaḥ (Bg. 15.15).

En el mundo material, una persona puede ser famosa como karma-vīra, es decir, por tener éxito en las actividades fruitivas, o puede alcanzar un gran éxito en la práctica de deberes religiosos; también puede ser reconocido como héroe de la especulación mental (jñāna-vīra), o puede ser un renunciante muy famoso. En todo caso, en relación con esto el Śrīmad-Bhāgavatam (3.23.56) ofrece la siguiente opinión:

neha yat karma dharmāyana virāgāya kalpate
na tīrtha-pada-sevāyai
jīvann api mṛto hi saḥ

«Cualquier persona cuyo trabajo no tenga como finalidad elevarla a la vida religiosa, cualquier persona cuya ejecución de rituales religiosos no la eleve a la renunciación, y cualquier persona cuya renunciación no la lleve al servicio devocional a la Suprema Personalidad de Dios, debe considerarse que está muerta, aunque respire».

La conclusión es que las actividades piadosas, las actividades fruitivas, los principios religiosos y la renunciación deben, en última instancia, llevar al servicio devocional. Hay distintas clases de procesos para ofrecer servicio. Se puede servir al país, a la gente y a la sociedad, al sistema de varṇāśrama-dharma, a los enfermos, a los pobres, a los ricos, a las mujeres, a los semidioses, etc. Todos esos servicios entran en la categoría de complacencia de los sentidos, de disfrute en el mundo material. Es una gran desgracia que la gente se sienta en mayor o menor medida atraída por esas actividades materiales y que los líderes de esas actividades sean considerados mahājanas, grandes líderes ideales. En realidad, lo único que hacen es desencaminar a la gente, pero el hombre común no puede entender cómo le están desencaminando.

Narottama dāsa Ṭhākura dice: sādhu-śāstra-guru-vākya, cittete kariyā aikya: «Debemos aceptar como guía las palabras de los sādhus, los śāstras y el guru». Un sādhu es una gran personalidad como Śrī Caitanya Mahāprabhu, los śāstras son los mandamientos de las Escrituras reveladas, y el guru, el maestro espiritual, es quien nos confirma los mandamientos de las Escrituras. Estos tres factores constituyen el verdadero camino que las grandes personalidades (mahājanas) nos han marcado para que avancemos realmente en la vida (mahājano yena gataḥ sa panthāḥ).

Una persona cubierta por la ilusión no puede entender las cosas correctamente; por eso Śrī Caitanya Mahāprabhu dice: dharma-sthāpana-hetu sādhura vyavahāra: «El comportamiento del devoto es el criterio para todo otro comportamiento». El propio Śrī Caitanya Mahāprabhu siguió los principios devocionales y enseñó a otros a seguirlos. Purī-gosāñira ye ācaraṇa, sei dharma sāra. Śrī Caitanya Mahāprabhu siguió personalmente el comportamiento de Mādhavendra Purī y aconsejó a otros que siguiesen sus principios. Por desgracia, la gente permanece atraída por el cuerpo material desde tiempo inmemorial.

yasyātma-buddhiḥ kuṇape tri-dhātuke
sva-dhīḥ kalatrādiṣu bhauma ijya-dhīḥ
yat-tīrtha-buddhiḥ salile na karhicij
janeṣv abhijñeṣu sa eva go-kharaḥ

«El ser humano que identifica el ser con este cuerpo hecho de tres elementos, que considera que los subproductos del cuerpo son sus familiares, que considera digna de adoración la tierra en que ha nacido, y que va a los lugares de peregrinaje simplemente para bañarse, en vez de buscar a los hombres de conocimiento trascendental que allí se encuentran, debe ser considerado como un asno o una vaca» (Bhāg. 10.84.13). Quienes aceptan la lógica de gaḍdālikā-pravāha y siguen los pasos de los seudo mahājanas son arrastrados por las olas de māyā. Bhaktivinoda Ṭhākura, por ello, nos advierte:

miche māyāra vaśe,yāccha bhese’,
khāccha hābuḍubu, bhāi
jīva kṛṣṇa-dāsa,
e viśvāsa,
ka’rle ta’ āra duḥkha nāi

«No te dejes arrastrar por las olas de māyā. Sencillamente, entrégate a los pies de loto de Kṛṣṇa, y todas tus miserias terminarán». Aquellos que siguen las costumbres y el comportamiento social se olvidan de seguir la senda trazada por los mahājanas; de ese modo, son ofensores a los pies de loto de los mahājanas. A veces piensan que esos mahājanas son muy conservadores, o se crean sus propios mahājanas. De ese modo, ignoran los principios del sistema de paramparā. Eso es una gran desgracia para todos. Cuando alguien no sigue los pasos del verdadero mahājana, sus planes para alcanzar la felicidad acabarán por fracasar. Esto se explica con detalle en un pasaje posterior del Mādhya-līlā (25.55-56 y 58). Allí se dice:

parama kāraṇa īśvare keha nāhi māne
sva-sva-mata sthāpe para-matera khaṇḍane

tāte chaya darśana haite ‘tattva’ nāhi jāni
‘mahājana’ yei kahe, sei ‘satya’ māni

śrī-kṛṣṇa-caitanya-vāṇī — amṛtera dhāra
tiṅho ye kahaye vastu, sei ‘tattva’ — sāra

La gente es tan desdichada que no acepta las instrucciones de la Suprema Personalidad de Dios. En lugar de ello, quieren contar con el respaldo de los supuestos mahājanas, de las supuestas autoridades. Tāte chaya darśana haite ‘tattva’ nahi jāni: Siguiendo a los especuladores, no podremos comprender la auténtica verdad. Tenemos que seguir los pasos de los mahājanas conforme a la sucesión discipular. Entonces, nuestro intento se verá coronado por el éxito. Śrī-kṛṣṇa-caitanya-vāṇīamṛtera dhāra: «Todo lo que Śrī Caitanya Mahāprabhu habla es un incesante flujo de néctar». Todo el que acepta que Sus palabras son la realidad, puede entender la esencia de la Verdad Absoluta.

Siguiendo la filosofía sāṅkhya o el sistema de yoga de Patañjali nadie puede llegar a comprender la Verdad Absoluta, pues ni los seguidores de la filosofía sāṅkhya ni los yogīs que siguen a Patañjali aceptan que el Señor Viṣṇu es la Suprema Personalidad de Dios (na te viduḥ svārtha-gatiṁ hi viṣṇum). Las aspiraciones de esas personas no se ven nunca satisfechas; por ello, sucumben a la atracción de la energía externa. Los especuladores mentales pueden tener fama mundial como grandes autoridades, pero en realidad no lo son. Son esos líderes quienes son conservadores, y en absoluto liberales. Sin embargo, si predicamos esta filosofía, la gente piensa que los vaiṣṇavas son demasiado sectáreos. Śrī Mādhavendra Purī era un verdadero mahājana, pero la gente, falta de una buena guía, no puede distinguir lo real de lo irreal. Pero la persona que está despierta en el estado de conciencia de Kṛṣṇa puede entender la verdadera senda de la religión trazada por el Señor y Sus devotos puros. Śrī Mādhavendra Purī era un verdadero mahājana, porque entendía correctamente la Verdad Absoluta y se comportó como un devoto puro durante toda su vida. Śrī Caitanya Mahāprabhu aprobó el método de Śrī Mādhavendra Purī. Debido a ello, consideró al brāhmaṇa sanoḍiyā situado en el plano más elevado de la comprensión espiritual, aunque desde el punto de vista material se encontrase en un nivel inferior.

El Śrīmad-Bhāgavatam (6.3.20) explica que hay doce mahājanas: Brahmā, Nārada, Śambhu, los cuatro Kumāras, Kapila, Manu, Prahlāda, Janaka, Bhīṣma, Bali, Śukadeva y Yamarāja.

Para hacer una selección de los mahājanas de la Gaudīya-sampradāya, tenemos que seguir los pasos de Śrī Caitanya Mahāprabhu y de Sus representantes. Su más inmediato representante es Śrī Svarūpa Dāmodara Gosvāmī, y los siguientes representantes son los Seis Gosvāmīs: Śrī Rūpa, Śrī Sanātana, Bhaṭṭa Raghunātha, Śrī Jīva, Gopāla Bhaṭṭa y Dāsa Raghunātha. Un seguidor de Viṣṇu Svāmī fue Śrīdhara Svāmī, el más conocido comentarista del Śrīmad-Bhāgavatam. También él era un mahājana. De forma similar, Caṇḍīdāsa, Vidyāpati y Jayadeva también fueron mahājanas. Ciertamente, quien trata de imitar a los mahājanas, para ser un maestro espiritual de imitación, está muy lejos de seguir los pasos de los mahājanas. A veces, la gente no puede entender realmente la forma en que un mahājana sigue a los demás mahājanas. De ese modo, cometen ofensas y caen del servicio devocional.

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