Texts 108-109
jīvera ‘svarūpa’ haya — kṛṣṇera ‘nitya-dāsa’
kṛṣṇera ‘taṭasthā-śakti’ ‘bhedābheda-prakāśa’
sūryāṁśa-kiraṇa, yaiche agni-jvālā-caya
svābhāvika kṛṣṇera tina-prakāra ‘śakti’ haya
jīvera—de la entidad viviente; svarūpa—la posición constitucional; haya—es; kṛṣṇera—del Señor Kṛṣṇa; nitya-dāsa—sirviente eterno; kṛṣṇera—del Señor Kṛṣṇa; taṭasthā—marginal; śakti—potencia; bheda-abheda—una y diferente; prakāśa—manifestación; sūrya-aṁśa—parte integral del Sol; kiraṇa—un rayo de Sol; yaiche—como; agni-jvālā-caya—partícula molecular de fuego; svābhāvika—naturalmente; kṛṣṇera—del Señor Kṛṣṇa; tina-prakāra—tres tipos; śakti—energías; haya—hay.
«Por su posición constitucional, la entidad viviente es un sirviente eterno de Kṛṣṇa, pues es la energía marginal de Kṛṣṇa y una manifestación simultáneamente una con el Señor y diferente de Él, como una partícula molecular de luz solar o de fuego. Kṛṣṇa tiene tres tipos de energías.
SIGNIFICADO: Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura explica estos versos con las siguientes palabras: Śrī Sanātana Gosvāmī preguntó a Śrī Caitanya Mahāprabhu: «¿Quién soy yo?». Como respuesta, el Señor contestó: «Tú eres una entidad viviente pura. No eres ni el cuerpo material denso ni el cuerpo sutil compuesto de mente e inteligencia. En realidad eres un alma espiritual, eternamente parte integral del Alma Suprema, Kṛṣṇa. Por lo tanto, eres Su sirviente eterno. Tú perteneces a la potencia marginal de Kṛṣṇa. Hay dos mundos, el mundo espiritual y el mundo material, y tú estás situado entre la potencia material y la espiritual. Tienes una relación con ambos mundos, el material y el espiritual; por eso recibes el nombre de potencia marginal. Con respecto a Kṛṣṇa, eres uno con Él y al mismo tiempo diferente de Él. Como alma espiritual que eres, eres cualitativamente uno con la Suprema Personalidad de Dios, pero, al ser una partícula diminuta de alma espiritual, también eres diferente del Alma Suprema. Por lo tanto, por naturaleza eres una con el Alma Suprema y a la vez diferente de Ella. Se presentan los ejemplos del Sol propiamente dicho y las partículas de luz solar, y de un fuego ardiente y las pequeñas partículas de fuego». Otra explicación de estos versos puede hallarse en el Ādi-līlā, Capítulo Segundo, Verso 96.