Text 32
gopālera āge vipra kahite lāgila
‘tumi jāna, nija-kanyā ihāre āmi dila’
gopālera āge—frente a la Deidad de Gopāla; vipra—el brāhmaṇa mayor; kahite—a decir; lāgila—comenzó; tumi jāna—mi Señor, por favor, debes saber; nija-kanyā—mi hija; ihāre—a este muchacho; āmi—yo; dila—he dado en caridad.
El brāhmaṇa mayor fue ante la Deidad de Gopāla y dijo: «Mi querido Señor, por favor, atestigua que he dado a este joven la mano de mi hija.»
SIGNIFICADO: En la India sigue todavía vigente la costumbre de casar a las hijas ofreciendo su mano a alguien mediante un simple contrato de palabra. Eso se denomina vāg-datta. Eso significa que el padre, el hermano o el tutor de la muchacha dan su palabra de casarla con determinado hombre. Por consiguiente, la muchacha no podrá casarse con ningún otro hombre. Está prometida, en virtud de las honestas palabras del padre o tutor. Hay muchos ejemplos de padres que hacen a otros padres la promesa verbal de casar a su hija con su hijo varón. Ambas partes consienten en esperar hasta que los dos niños sean adultos, y es entonces cuando se consuma el matrimonio. Siguiendo esa costumbre, muy antigua en la India, el brāhmaṇa mayor prometió dar la mano de su hija en caridad al brāhmaṇa más joven, y confirmó su promesa ante la Deidad de Gopāla. En la India, la costumbre es respetar toda promesa realizada ante la Deidad. Esas promesas no pueden dejar de cumplirse. En las aldeas hindúes, siempre que hay una rencilla entre dos grupos, ambos grupos van al templo a dirimir la cuestión. Todo lo que se dice ante la Deidad se considera cierto, pues nadie se atrevería a mentir ante la Deidad. Ese mismo principio se siguió en la batalla de Kurukṣetra. Por esa razón, en el comienzo mismo de la Bhagavad-gītā se dice: dharma-kṣetre kuru-kṣetre (Bg. 1.1).
Por no ser consciente de Dios, la sociedad humana se está degradando hasta el nivel más bajo de vida animal. El movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa es de suma importancia para revivir la conciencia de Dios entre la gente. Si la gente se vuelve consciente de Dios, todos los pleitos se pueden solventar sin acudir a los tribunales, como ocurrió en el caso de la disputa entre los dos brāhmaṇas, que fue resuelta por Gopāla el testigo.