Capítulo 46
Uddhava visita Vṛndāvana
Nanda Mahārāja regresó a Vṛndāvana sin Kṛṣṇa ni Balarāma. Lo acompañaron solo los pastorcillos y los pastores de vacas. Fue una escena bastante patética para las gopīs, para madre Yaśodā, para Śrīmatī Rādhārāṇī y para todos los residentes de Vṛndāvana. Muchos devotos han tratado de explicar la estadía de Kṛṣṇa fuera de Vṛndāvana, debido a que, de acuerdo con la opinión de los expertos, Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad original de Dios, nunca sale ni siquiera un paso fuera de Vṛndāvana. Él siempre permanece allí. La explicación que dan los devotos expertos es que Kṛṣṇa realmente no estuvo ausente de Vṛndāvana; Él regresó con Nanda Mahārāja tal como lo había prometido.
Cuando Kṛṣṇa se iba a Mathurā en la cuadriga que Akrūra manejaba, y las gopīs prácticamente bloqueaban el camino, Él les aseguró que regresaría apenas terminara Sus asuntos en Mathurā. Les dijo que no se dejaran sobrecoger, y de esa forma las tranquilizó. Pero al no regresar con Nanda Mahārāja, pareció que las había engañado o que no había podido mantener Su promesa. Sin embargo, los devotos expertos han decidido que Kṛṣṇa no era ni un engañador ni un quebrantador de promesas. Kṛṣṇa, en Su identidad original, regresó con Nanda Mahārāja, y permaneció con las gopīs y con madre Yaśodā en Su expansión bhava. Kṛṣṇa y Balarāma permanecieron en Mathurā en Sus expansiones Vāsudeva y Saṅkarṣaṇa, y no en Sus formas originales. Los verdaderos Kṛṣṇa y Balarāma estaban en Vṛndāvana en Su manifestación bhava, mientras que en Mathurā aparecieron en las expansiones prabhava y vaibhava. Esa es la opinión de los devotos de Kṛṣṇa expertos y avanzados. Cuando Nanda Mahārāja se preparaba para regresar a Vṛndāvana, hubo una conversación entre él, Kṛṣṇa y Balarāma, de cómo podrían vivir los muchachos estando separados de Nanda. Se llegó a la conclusión de separarse, de mutuo acuerdo.
Vasudeva y Devakī, quienes eran en realidad los padres verdaderos de Kṛṣṇa y Balarāma, ahora querían quedarse con Ellos a causa de la muerte de Kaṁsa. Mientras Kaṁsa vivía, Kṛṣṇa y Balarāma estaban bajo la protección de Nanda Mahārāja en Vṛndāvana. Ahora, naturalmente, los padres de Kṛṣṇa y Balarāma querían que Estos permanecieran con ellos, específicamente para la función reformatoria de purificación: la ceremonia del cordón sagrado. Además, querían darles una buena educación, pues ese es el deber del padre. Otra consideración era que todos los amigos de Kaṁsa que se encontraban fuera de Mathurā, estaban planeando atacar Mathurā. También por esa razón se requería la presencia de Kṛṣṇa. Kṛṣṇa no quería que Vṛndāvana fuera perturbada por enemigos tales como Dantavakra y Jarāsandha. Si Kṛṣṇa iba a Vṛndāvana, estos enemigos no solo atacarían Mathurā, sino que seguirían hacia Vṛndāvana, y perturbarían a los pacíficos habitantes de Vṛndāvana. Por lo tanto, Kṛṣṇa decidió permanecer en Mathurā, y Nanda Mahārāja regresó a Vṛndāvana. Si bien los habitantes de Vṛndāvana sentían la separación de Kṛṣṇa, Kṛṣṇa siempre estaba presente entre ellos a través de Su līlā, o pasatiempos, y eso los volvía extáticos.
Desde que Kṛṣṇa había partido de Vṛndāvana a Mathurā, los habitantes de Vṛndāvana, especialmente madre Yaśodā, Nanda Mahārāja, Śrīmatī Rādhārāṇī, las gopīs y los pastorcillos de vacas, estaban simplemente pensando en Kṛṣṇa en todo momento. Ellos pensaban: «Kṛṣṇa jugaba de esta manera, Kṛṣṇa tocaba Su flauta, Kṛṣṇa bromeaba con nosotros y Kṛṣṇa nos abrazaba». Esto se llama līlā-smaraṇa, y es el proceso de asociarse con Kṛṣṇa que más recomiendan los grandes devotos; aun el Señor Caitanya, cuando se encontraba en Purī, disfrutaba de la asociación līlā-smaraṇa con Kṛṣṇa. Aquellos que están en la más elevada posición de servicio devocional y éxtasis, pueden vivir con Kṛṣṇa siempre, recordando Sus pasatiempos. Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura nos ha dado una obra literaria trascendental titulada Kṛṣṇa-bhāvanāmṛta, la cual está llena de los pasatiempos de Kṛṣṇa. Los devotos pueden permanecer absortos en pensamientos de Kṛṣṇa leyendo tales libros. Cualquier libro de Kṛṣṇa-līlā, aun este libro, Kṛṣṇa, o nuestro libro Las enseñanzas del Señor Caitanya, son realmente un solaz para los devotos que están sintiendo la separación de Kṛṣṇa.
El hecho de que Kṛṣṇa y Balarāma no regresaran a Vṛndāvana puede interpretarse de la siguiente manera: Ellos no rompieron Su promesa de regresar a Vṛndāvana ni tampoco se ausentaron de allí, pero Su presencia era necesaria en Mathurā.
Mientras tanto, Uddhava, un primo hermano de Kṛṣṇa, fue desde Dvārakā a ver a Kṛṣṇa. Él era el hijo del hermano de Vasudeva, y tenía casi la misma edad de Kṛṣṇa. Sus rasgos corporales eran casi iguales a los de Kṛṣṇa. Después de regresar del hogar de Su maestro, Kṛṣṇa se sintió complacido de ver a Uddhava, quien resultaba ser Su amigo más querido. Kṛṣṇa quería enviarlo a Vṛndāvana con un mensaje para los residentes, con el propósito de tranquilizar su profundo sentimiento de separación.
Como se afirma en el Bhagavad-gītā: ye yathā māṁ prapadyante. Kṛṣṇa es muy recíproco. Él corresponde recíprocamente en proporción al avance del servicio devocional del devoto. Las gopīs pensaban en Kṛṣṇa con sentimientos de separación, veinticuatro horas al día. También Kṛṣṇa pensaba siempre en las gopīs, en madre Yaśodā, en Nanda Mahārāja y en los residentes de Vṛndāvana, a pesar de que parecía estar separado de ellos. Él sabía cuán apesadumbrados, trascendentalmente, se encontraban ellos, y así, quiso enviar a Uddhava inmediatamente para que les diera un mensaje de consuelo.
A Uddhava se le describe como la personalidad más elevada de la dinastía Vṛṣṇi, por ser casi igual a Kṛṣṇa. Él era un gran amigo, y por ser estudiante directo de Bṛhaspati, el maestro y sacerdote de los planetas celestiales, era muy inteligente y agudo al tomar decisiones. Desde el punto de vista intelectual, era altamente capacitado. Kṛṣṇa, siendo un amigo muy afectuoso de Uddhava, quería enviarlo a Vṛndāvana especialmente para que estudiara el elevadísimo y extático servicio devocional que allí se practicaba. Aun si alguien se encuentra en un elevado nivel de educación material y es discípulo de Bṛhaspati, aun así tiene que aprender de las gopīs y de los residentes de Vṛndāvana a amar a Kṛṣṇa en el más alto grado. Enviar a Uddhava a Vṛndāvana con un mensaje para los residentes de Vṛndāvana con el fin de tranquilizarlos, era el favor especial de Kṛṣṇa hacia Uddhava.
Un nombre del Señor Kṛṣṇa es Hari, que significa aquel que quita todo el pesar de las almas rendidas. El Señor Caitanya afirma que en ningún momento puede existir una adoración tan elevada como la que realizan las gopīs. Estando muy preocupado por el dolor de las gopīs, Kṛṣṇa habló con Uddhava, y amablemente le pidió que fuera a Vṛndāvana. Estrechando la mano de Uddhava con las Suyas propias, dijo: «Mi querido y benigno amigo Uddhava, por favor ve inmediatamente a Vṛndāvana y trata de tranquilizar a Mis padres, Nanda Mahārāja y Yaśodā-devī, y a las gopīs. Ellos están muy afligidos, como si estuvieran sufriendo de grandes dolencias. Ve y dales un mensaje. Espero que sus dolencias se alivien parcialmente. Las gopīs están siempre absortas, pensando en Mí. Me han dedicado sus cuerpos, sus deseos, sus vidas y sus almas. Me preocupo no solamente por las gopīs, sino por cualquiera que sacrifique por Mí el disfrutar de la sociedad, la amistad, el amor y las comodidades personales. Es Mi deber proteger a tales devotos excelsos. Las gopīs son las más queridas. Ellas están siempre pensando en Mí de una forma tal, que permanecen sobrecogidas y casi muertas de ansiedad debido a sus sentimientos de separación de Mí. Se mantienen vivas simplemente pensando que voy a regresar a ellas muy pronto».
A pedido del Señor Kṛṣṇa, Uddhava inmediatamente partió en su cuadriga y llevó el mensaje a Gokula. Él llegó a Vṛndāvana durante la puesta del Sol, cuando las vacas regresaban de los pastizales al hogar. Uddhava y su cuadriga estaban cubiertos por el polvo que levantaron las pezuñas de las vacas. Él vio a los toros que corrían detrás de las vacas con el fin de aparearse; otras vacas, con ubres sobrecargadas, corrían detrás de los terneros para llenarlos de leche. Uddhava vio que toda la tierra de Vṛndāvana estaba llena de vacas blancas y de sus terneros, que corrían de un lado para otro por toda Gokula, y él podía oír el sonido del ordeño. Toda residencia de Vṛndāvana estaba decorada para la adoración del dios del Sol y del dios del fuego, y para la recepción de invitados, vacas, brāhmaṇas y semidioses. Todo hogar estaba santificado con luces e incienso. Por toda Vṛndāvana había bellas guirnaldas de flores, pájaros que volaban y el sonido zumbante de las abejas. Los lagos estaban llenos de flores de loto, y de patos y cisnes.
Uddhava entró al hogar de Nanda Mahārāja, y se le recibió como a un representante de Vasudeva. Nanda Mahārāja le ofreció un lugar donde sentarse, y se sentó con él para preguntarle si traía mensajes de Kṛṣṇa, de Balarāma y de otros miembros de la familia que se encontraban en Mathurā. Él se daba cuenta de que Uddhava era un amigo muy confidente de Kṛṣṇa, y, por lo tanto, debía de haber venido con buenos recados. «Mi querido Uddhava —dijo él— ¿está disfrutando de la vida mi amigo Vasudeva? Ahora se ha liberado de la prisión de Kaṁsa, y está con sus amigos y con sus hijos, Kṛṣṇa y Balarāma. Así que debe de estar muy feliz. Háblame de él y de cómo le va. Nosotros también estamos muy contentos de que Kaṁsa, el más pecador de los demonios, esté ahora muerto. Siempre le tuvo envidia a la familia de los Yadus, a sus amigos y sus parientes. Ahora, debido a sus actividades pecaminosas, está muerto, junto con todos sus hermanos.
«Por favor, dinos si Kṛṣṇa recuerda a Sus padres y a Sus amigos y compañeros de Vṛndāvana. ¿Le gusta recordar a Sus vacas, a Sus gopīs, Su colina Govardhana, Sus pastizales de Vṛndāvana? ¿O se ha olvidado ahora de todo eso? ¿Hay alguna posibilidad de que Él regrese donde Sus amigos y parientes para que podamos otra vez ver Su hermosa cara de nariz alzada y ojos semejantes a los lotos? Recordamos cómo nos salvó del incendio del bosque, cómo nos salvó de la gran serpiente Kāliya en el Yamunā y cómo nos salvó de tantos otros demonios, y simplemente pensamos cuán endeudados estamos con Él por habernos protegido de tantas situaciones peligrosas. Mi querido Uddhava, cuando pensamos en la bella cara y en los hermosos ojos de Kṛṣṇa, y en las diferentes actividades que realizaba aquí en Vṛndāvana, nos sobrecogemos tanto, que todas nuestras actividades cesan. Simplemente pensamos en Kṛṣṇa, en cómo solía sonreír y cómo nos miraba. Cuando vamos a las riberas del Yamunā, o a los lagos de Vṛndāvana, o cerca de la colina Govardhana, o a los pastizales, vemos que las huellas de Kṛṣṇa todavía se encuentran en la superficie de la tierra. Lo recordamos cuando jugaba en aquellos lugares, debido a que Él los visitaba constantemente. Cuando Su aparición en nuestras mentes se manifiesta, inmediatamente nos absorbemos en pensar en Él.
«Creemos, por lo tanto, que quizás Kṛṣṇa y Balarāma sean semidioses importantes del cielo, que han aparecido ante nosotros como muchachos ordinarios para ejecutar deberes particulares en la Tierra. Esto también fue predicho por Gargamuni cuando estaba haciendo el horóscopo de Kṛṣṇa. Si Kṛṣṇa no fuera una gran personalidad, ¿cómo habría Él podido matar a Kaṁsa, que poseía la fuerza de diez mil elefantes? Además de Kaṁsa, había luchadores muy fuertes y se encontraba también el gigantesco elefante Kuvalayāpīḍa. Kṛṣṇa mató a todos estos animales y demonios de la misma manera en que un león mata a un animal ordinario. ¡Cuán maravilloso es que Kṛṣṇa tomara en una mano el arco grande y pesado, hecho de tres palmeras unidas y lo rompiera muy rápidamente! ¡Cuán maravilloso es que durante siete días continuos mantuviera levantada la colina Govardhana con una mano! ¡Cuán maravilloso es que haya matado a todos los demonios, como Pralambāsura, Dhenukāsura, Ariṣṭāsura, Tṛṇāvarta y Bakāsura! Ellos eran tan fuertes, que aun los semidioses de los planetas celestiales les temían, pero Kṛṣṇa los mató tan fácilmente como si nada».
Mientras describía las inusitadas actividades de Kṛṣṇa ante Uddhava, Nanda Mahārāja gradualmente se sobrecogió y no pudo hablar más. En lo que concierne a madre Yaśodā, ella estaba sentada al lado de su esposo y oyó los pasatiempos de Kṛṣṇa sin hablar. Tan solo lloraba incesantemente, y la leche brotaba de sus pechos. Cuando Uddhava vio a Nanda Mahārāja y a Yaśodā tan extraordinariamente sobrecogidos de pensar en Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, y cuando experimentó el extraordinario afecto que sentían por Él, también se sobrecogió, y habló de la siguiente manera: «Mis queridos madre Yaśodā y Nanda Mahārāja, ustedes son muy respetables entre los seres humanos, debido a que nadie más que ustedes pueden meditar con tal éxtasis trascendental».
Uddhava continuó: «Tanto Balarāma como Kṛṣṇa son las Personalidades originales de Dios, de quienes emana la manifestación cósmica. Ellos son las principales de todas las personalidades. Ambos son la causa eficiente de esta creación material. Las encarnaciones puruṣa, que actúan todas bajo la dirección de Kṛṣṇa y Balarāma, conducen la naturaleza material. Por medio de Su representación parcial, Ellos entran en los corazones de toda entidad viviente. Ellos son la fuente de todo conocimiento y también de todo olvido». Esto se confirma en el Bhagavad-gītā, capítulo décimo quinto: «Yo estoy situado en el corazón de todos, y de Mí provienen la memoria, el conocimiento y el olvido. Yo soy lo que ha de ser conocido a través de todos los Vedas. Yo soy el compilador de El Vedanta, y Yo soy el verdadero conocedor de los Vedas». Uddhava continuó: «Si en el momento de la muerte, una persona puede fijar su mente pura en Kṛṣṇa tan siquiera por un momento, se vuelve merecedor de abandonar este cuerpo material y aparecer en su cuerpo espiritual original, de la misma manera en que sale el Sol con todo su poder iluminador. Al dejar su vida de esta forma, inmediatamente entra al reino espiritual, Vaikuṇṭha.
Este es el resultado de cultivar conciencia de Kṛṣṇa. Si cultivamos conciencia de Kṛṣṇa en este cuerpo actual, simplemente por medio del canto del santo mahā-mantra, Hare Kṛṣṇa, y mientras estamos en una condición sana y con un buen estado mental, podemos con toda probabilidad fijar nuestra mente en Kṛṣṇa en el momento de la muerte. Si se hace eso, nuestra vida se vuelve un éxito sin duda alguna. Pero si mantenemos nuestra mente siempre absorta en actividades fruitivas para el disfrute material, entonces, naturalmente, en el momento de la muerte pensaremos en esas actividades, y otra vez seremos forzados a entrar en un cuerpo material condicionado, para sufrir las tres clases de sufrimientos de la existencia material. Por lo tanto, permanecer siempre absorto en el estado de conciencia de Kṛṣṇa era el canon de los habitantes de Vṛndāvana, tal como Mahārāja Nanda, Yaśodā y las gopīs lo exhibieron. Si simplemente podemos seguir sus pasos, aun en una proporción diminuta, es seguro que nuestras vidas serán un éxito, y entraremos en el reino espiritual, Vaikuṇṭha.
»Mi querida madre Yaśodā y Nanda Mahārāja —continuó Uddhava— ustedes han fijado, pues, sus mentes completa y únicamente en esa Suprema Personalidad de Dios, Nārāyaṇa, en Su forma trascendental, la causa del Brahman impersonal. La refulgencia Brahman es tan solo el rayo corporal de Nārāyaṇa, y debido a que ustedes están siempre absortos en pensamientos extáticos acerca de Kṛṣṇa y Balarāma, ¿qué actividad les falta por ejecutar? He traído un mensaje de Kṛṣṇa que indica que Él pronto regresará a Vṛndāvana y los satisfará a ambos con Su presencia personal. Kṛṣṇa prometió que regresaría a Vṛndāvana después de terminar Sus asuntos en Mathurā. Ciertamente cumplirá esta promesa. Por lo tanto, les pido a ustedes dos, que son los mejores entre todos los afortunados, que no se sientan acongojados por la ausencia de Kṛṣṇa.
»Ustedes ya están percibiendo Su presencia veinticuatro horas al día; aun así, Él regresará y los verá muy pronto. En realidad, Él está presente en todas partes y en el corazón de todos, así como el fuego está presente en la madera. Debido a que Kṛṣṇa es la Superalma, nadie es Su enemigo, nadie es Su amigo, nadie es igual a Él, y nadie está por debajo ni por encima de Él. En realidad, Él no tiene padre, madre, hermano ni pariente, ni requiere de la sociedad, la amistad y el amor. Él no tiene cuerpo material; nunca aparece ni nace como un ser humano ordinario. Él no aparece en especies de vida elevadas ni bajas, tal como lo hacen las entidades vivientes ordinarias, quienes son forzadas a nacer debido a sus actividades previas. Él aparece mediante Su potencia interna, tan solo para darle protección a Su devoto. A Él nunca lo influencian las modalidades de la naturaleza material, pero cuando aparece en este mundo material, parece actuar como una entidad viviente ordinaria que se encuentra bajo el hechizo de las modalidades de la naturaleza material. De hecho, Él es el supervisor de esta creación material y no es afectado por las modalidades materiales de la naturaleza. Él crea, mantiene y disuelve toda la manifestación cósmica. Erróneamente pensamos en Kṛṣṇa y en Balarāma como si fueran seres humanos ordinarios. Somos como hombres mareados, que ven el mundo entero dando vueltas a su alrededor. La Personalidad de Dios no es el hijo de nadie; Él realmente es el padre, la madre y el supremo controlador de todo el mundo. No hay ninguna duda de ello. Cualquier cosa que se esté experimentando, cualquier cosa que ya exista, cualquier cosa que no exista, cualquier cosa que haya de existir alguna vez en el futuro, cualquier cosa que sea la más pequeña y cualquier cosa que sea la más grande, no tiene existencia independiente de la Suprema Personalidad de Dios. Todo descansa en Él, pero a Él no lo toca nada de lo manifestado».
Nanda y Uddhava pasaron así toda la noche conversando sobre Kṛṣṇa. En la mañana, las gopīs se prepararon para el ārati matutino encendiendo sus lámparas y salpicando mantequilla mezclada con yogur. Después de terminar su maṅgala-ārati, se ocuparon en hacer la mantequilla batiendo el yogur. Mientras las gopīs estaban ocupadas de esa forma, las lámparas que se reflejaban en sus ornamentos hicieron que estos brillaran aún más. Las varas de sus mantequeras, sus brazos, sus zarcillos, sus ajorcas, sus pechos,... todo se movía, y el polvo de kuṅkuma les daba a sus caras un brillo azafrán semejante al del Sol naciente. Mientras batían la mantequilla, ello producía sonidos, y además ellas cantaban las glorias de Kṛṣṇa. Las dos vibraciones sonoras, juntas, ascendieron al cielo y santificaron toda la atmósfera.
Tras la salida del Sol, las gopīs fueron como de costumbre a ofrecerles sus respetos a Nanda Mahārāja y a Yaśodā, pero cuando vieron en la puerta la cuadriga de oro de Uddhava, empezaron a hacerse preguntas entre ellas. ¿Qué hacía esa cuadriga allí, y a quién pertenecía? Algunas preguntaron si Akrūra, que se había llevado a Kṛṣṇa, había regresado otra vez. Ellas no estaban muy complacidas con Akrūra, debido a que, estando ocupado en el servicio de Kaṁsa, se llevó a Kṛṣṇa a la ciudad de Mathurā. Todas las gopīs conjeturaron que Akrūra podría haber regresado para llevar a cabo su plan cruel. Pero pensaron: «Sin Kṛṣṇa, nuestro amo supremo, ahora somos cuerpos muertos. ¿Qué otra acción puede él perpetrar contra estos cuerpos muertos?». Mientras hablaban de esta manera, Uddhava terminó sus abluciones, oraciones y cantos matutinos, y se fue donde ellas.
Así termina el significado de Bhaktivedanta del capítulo cuadragésimo sexto del libro Kṛṣṇa, titulado: «Uddhava visita Vṛndāvana».