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Capítulo 52

Kṛṣṇa, el Ranchor


Cuando Mucukunda, el célebre descendiente de la dinastía Ikṣvāku, fue favorecido por el Señor Kṛṣṇa, dio vueltas alrededor del Señor dentro de la cueva y luego salió. Al salir de la cueva, Mucukunda vio que la estatura de la especie humana se había reducido sorprendentemente al tamaño de pigmeos. De forma similar, los árboles también habían reducido mucho su tamaño, y Mucukunda se dio cuenta de inmediato que la presente edad era Kali-yuga. Por lo tanto, sin desviar su atención, comenzó a viajar hacia el Norte. Por fin llegó a la montaña conocida como Gandhamādana. Parece ser que había muchos árboles en esa montaña, tales como el sándalo y otros árboles de flores, cuyo aroma hacía que todo aquel que los alcanzara se tornara jubiloso. Él decidió permanecer en la región de la montaña Gandhamādana para ejecutar austeridades y penitencias por el resto de su vida. Parece que ese lugar está situado en la parte más septentrional de las montañas Himalayas, donde se encuentra la morada de Nara-Narāyana. Este lugar todavía existe, y se llama Badarikā rama. En Badarikā rama, él se ocupó en la adoración del Señor Kṛṣṇa, olvidando todo dolor y placer así como también las demás dualidades de este mundo material. El Señor Kṛṣṇa a Su vez regresó a la vecindad de la ciudad de Mathurā, y comenzó a luchar con los soldados de Kālayavana, y a matarlos uno tras otro. Después de esto, cogió todo el botín que había en los cadáveres, y bajo Su dirección, grandes hombres lo cargaron en carretas de bueyes, y así fue llevado a Dvārakā.


Mientras tanto, Jarāsandha atacaba de nuevo a Mathurā, esta vez con divisiones más grandes de soldados que sumaban veintitrés akṣauhiṇīs.


El Señor Śrī Kṛṣṇa quería salvar a Mathurā del decimoctavo ataque de las grandes divisiones militares del rey Jārasandha. Para prevenir la matanza de más soldados, y para atender otros asuntos importantes, el Señor Kṛṣṇa abandonó el campo de batalla sin haber luchado. En realidad, no tenía miedo en absoluto, pero fingió ser un ser humano ordinario asustado por la inmensa cantidad de soldados y recursos de Jārasandha. Sin arma alguna, abandonó el campo de batalla. A pesar de que Sus pies de loto eran tan suaves como pétalos de la flor de loto, prosiguió a pie por una muy larga distancia.


Esta vez, Jarāsandha pensó que Kṛṣṇa y Balarāma estaban muy temerosos de su poder militar y que estaban huyendo del campo de batalla, y comenzó a seguirlos con todas sus cuadrigas, caballos e infantería. Pensando que Kṛṣṇa y Balarāma eran como los seres humanos ordinarios, trataba de medir las actividades del Señor. A Kṛṣṇa se le conoce como Ranchor, lo que significa, «aquel que ha abandonado el campo de batalla». En la India, especialmente en Gujarat, hay muchos templos de Kṛṣṇa que se conocen como templos Ranchorjī. Ordinariamente, si un rey abandona el campo de batalla sin luchar, se le llama cobarde, pero cuando Kṛṣṇa ejecuta este pasatiempo de abandonar el campo de batalla sin luchar, el devoto lo adora. Un demonio siempre trata de medir la opulencia de Kṛṣṇa, mientras que el devoto nunca trata de medir Su fuerza y opulencia, sino que siempre se rinde a Él y lo adora. Por seguir los pasos de los devotos puros, podemos saber que Kṛṣṇa, el Ranchorjī, no abandonó el campo de batalla debido a que estaba temeroso, sino porque tenía algún otro propósito. El propósito, tal como se revelará, era el de atender a una carta confidencial enviada por Rukmiṇī, Su futura primera esposa. El hecho de que Kṛṣṇa abandonara el campo de batalla es un despliegue de una de Sus seis opulencias. Kṛṣṇa es el poderoso supremo, el opulento supremo, el famoso supremo, el erudito supremo, el hermoso supremo; de forma similar, es el renunciante supremo. El Śrīmad-Bhāgavatam claramente afirma que Él abandonó el campo de batalla a pesar de tener suficiente fuerza militar. No obstante, aun sin Su milicia, Él solo hubiera podido derrotar al ejército de Jarāsandha, tal como lo hizo en diecisiete ocasiones, anteriormente. Por lo tanto, Su abandono del campo de batalla es un ejemplo de Su opulencia más excelsa: la renunciación.


Después de que recorrieron una gran distancia, los hermanos fingieron estar muy cansados. Para mitigar Su fatiga, subieron una montaña que se erguía varios kilómetros por encima del nivel del mar. Esta montaña se llama Pravarṣaṇa a causa de la lluvia que caía sobre ella constantemente. El pico siempre estaba cubierto con nubes que Indra enviaba. Jarāsandha tomó por sentado que los dos hermanos estaban temerosos de su poder militar y que se habían escondido en la cima de la montaña. Al principio, trató de encontrarlos buscando por un largo tiempo, pero cuando fracasó, decidió atraparlos y matarlos prendiendo fuego alrededor del pico. Por lo tanto, rodeó el pico con aceite y le prendió fuego. A medida que las llamas se esparcían más y más, Kṛṣṇa y Balarāma saltaron de la cima de la montaña al suelo, una distancia de ciento cuarenta y dos kilómetros. De esta forma, mientras el pico se quemaba, Kṛṣṇa y Balarāma escaparon sin que Jarāsandha los viera. Jarāsandha concluyó que los dos hermanos habían sido reducidos a cenizas y que no había necesidad de luchar más. Creyéndose exitoso en sus esfuerzos, abandonó la ciudad de Mathurā y regresó a su hogar en el reino de Magadha. Gradualmente Kṛṣṇa y Balarāma llegaron a la ciudad de Dvārakā que estaba rodeada completamente por el mar.


Luego, Śrī Balarāma se casó con Revatī, la hija del rey Raivata, el gobernante de la Provincia de Ānarta. Esto está explicado en el canto noveno del Śrīmad-Bhāgavatam. Después del matrimonio de Baladeva, Kṛṣṇa se casó con Rukmiṇī. Rukmiṇī era la hija del rey Bhīṣmaka, gobernante de la provincia conocida como Vidarbha. Así como Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios, Vāsudeva, Rukmiṇī es la suprema diosa de la fortuna, Mahā-Lakṣmī. De acuerdo con la autoridad del El Śrī Caitanya-cartāmṛta, la expansión de Kṛṣṇa y de Śrī Rādhārāṇī es simultánea; Kṛṣṇa se expande en varias formas viṣṇu-tattva y Śrīmatī Rādhārāṇī se expande en varias formas śakti-tattva, mediante Su potencia interna, como múltiples formas de las diosas de la fortuna.


De acuerdo con la costumbre védica, hay ocho clases de matrimonios. En el sistema de matrimonio de primera clase, los padres de la novia y los del novio arreglan la fecha del matrimonio. Luego, con estilo real, el novio va a la casa de la novia, y en presencia de los brāhmaṇas, sacerdotes y parientes, se le da la novia en caridad al novio. Además de este, hay otros sistemas, tales como matrimonios gandharva y rākṣasa. Rukmiṇī se casó con Kṛṣṇa al estilo rākṣasa debido a que Él la raptó en presencia de Sus muchos rivales como Śiśupāla, Jarāsandha, Śālva y otros. Mientras Rukmiṇī era entregada en caridad a Śiśupāla, Kṛṣṇa la arrebató de la arena del matrimonio de la misma manera en que Garuḍa le arrebató el pote de néctar a los demonios. Rukmiṇī, la única hija del rey Bhīṣmaka, era exquisitamente hermosa. A ella se le conocía como Rucirānanā, que significa, «aquella que tiene una cara hermosa que se expande como una flor de loto».


Los devotos de Kṛṣṇa siempre están ansiosos por oír acerca de las actividades trascendentales del Señor. Situadas en la plataforma absoluta, Sus actividades de luchar, raptar y huir del campo de batalla son todas trascendentales, y los devotos tienen un interés trascendental en oír acerca de ellas. El devoto puro no hace la distinción de que algunas actividades del Señor deben oírse y otras deben evitarse. Sin embargo, hay una clase de así llamados devotos conocidos como prākṛta-sahajiyā quienes están muy interesados en oír acerca del rāsa-līlā de Kṛṣṇa con las gopīs, pero no sobre Sus actividades de lucha con Sus enemigos. Ellos no saben que Sus actividades belicosas y Sus actividades amistosas con las gopīs son igualmente trascendentales, encontrándose en la plataforma absoluta. Los devotos puros se deleitan con los pasatiempos trascendentales de Kṛṣṇa descritos en el Śrīmad-Bhāgavatam, a través de la recepción auditiva y sumisa. Ellos no rechazan ni siquiera una gota.


La historia del matrimonio de Kṛṣṇa con Rukmiṇī se describe así: el rey de Vidarbha, Mahārāja Bhīṣmaka, era un príncipe muy capacitado y devoto. Tenía cinco hijos y una sola hija. El primer hijo era conocido como Rukmī; el segundo, Rukmaratha; el tercero como Rukmabāhu; el cuarto, Rukmakeśa; y el quinto y menor Rukmamālī. Los hermanos tenían una joven hermana, Rukmiṇī. Ella era hermosa y casta, y estaba destinada a casarse con el Señor Kṛṣṇa. Muchas personas santas y sabios como Nārada Muni y otros solían visitar el palacio del rey Bhīṣmaka. Por supuesto que Rukmiṇī tenía oportunidad de hablar con ellos, y de esta manera, obtuvo información acerca de Kṛṣṇa. A ella se le informó acerca de las seis opulencias de Kṛṣṇa, y simplemente oyendo acerca de Él, deseó rendirse a Sus pies de loto, y convertirse en Su esposa. Kṛṣṇa también había oído hablar acerca de Rukmiṇī. Ella era la fuente de todas las cualidades trascendentales: inteligencia, mente abierta, belleza exquisita y comportamiento virtuoso. Kṛṣṇa, por lo tanto, decidió que ella estaba calificada para ser Su esposa. Todos los miembros de la familia y los parientes del rey Bhīṣmaka decidieron que Rukmiṇī debía ser entregada a Kṛṣṇa en matrimonio. Sin embargo, Su hermano mayor, Rukmī, a pesar del deseo de los demás, dispuso su matrimonio con Śiśupāla, un enemigo determinado de Kṛṣṇa. Cuando la hermosa Rukmiṇī de ojos oscuros oyó el arreglo, inmediatamente se entristeció. Sin embargo, siendo la hija de un rey, comprendía la diplomacia política y decidió que no tenía sentido el simplemente entristecerse. Algunas medidas debían tomarse inmediatamente. Después de alguna deliberación, decidió enviarle un mensaje a Kṛṣṇa, y para no ser engañada, seleccionó a un brāhmaṇa calificado como su mensajero. Un brāhmaṇa calificado siempre es veraz y es un devoto de Viṣṇu. Sin demora, el brāhmaṇa fue enviado a Dvārakā.


Habiendo alcanzado el portón de Dvārakā, el brāhmaṇa le informó al portero sobre su llegada, y este lo llevó al lugar donde Kṛṣṇa estaba sentado en un trono de oro. Debido a que el brāhmaṇa tuvo la oportunidad de ser el mensajero de Rukmiṇī, fue lo suficientemente afortunado como para ver a la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, quien es la causa original de todas las causas. Un brāhmaṇa es el maestro espiritual de todas las divisiones sociales. El Señor Śrī Kṛṣṇa, para enseñar a todo el mundo la etiqueta védica de respeto que debe ser ofrecido a un brāhmaṇa, inmediatamente se levantó y le ofreció Su trono. Cuando el brāhmaṇa estuvo sentado en el trono de oro, el Señor Śrī Kṛṣṇa comenzó a adorarlo de la misma forma en que los semidioses adoran a Kṛṣṇa. De esa manera, le enseñó a todo el mundo que adorar a Su devoto es más valioso que adorarlo a Él Mismo.


A su debido tiempo, el brāhmaṇa se bañó, aceptó su comida y descansó en un lecho completamente adornado con tela suave. Mientras descansaba, el Señor Śrī Kṛṣṇa silenciosamente se aproximó, y con gran respeto, colocó las piernas del brāhmaṇa sobre Su regazo y comenzó a darles masajes. De esta manera, Kṛṣṇa apareció ante el brāhmaṇa y le dijo: «Mi querido brāhmaṇa, espero que esté ejecutando los principios religiosos sin ninguna dificultad, y que su mente esté siempre en una condición apacible». En el sistema social, las diferentes clases de personas se ocupan de diversas profesiones, y cuando alguien pregunta acerca del bienestar de una persona en particular, esto debe hacerse en relación con la ocupación de dicha persona. Por lo tanto, cuando alguien pregunta acerca del bienestar de un brāhmaṇa, las preguntas deben formularse de acuerdo con su condición de vida para no perturbarlo. El tener una mente apacible es la base para uno tornarse veraz, limpio, equilibrado, autocontrolado y tolerante. De esta manera, adquiriendo conocimiento, y sabiendo su aplicación práctica en la vida, uno se convence acerca de la Verdad Absoluta. El brāhmaṇa sabía que Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios, y aun así, aceptó el servicio respetuoso del Señor basándose en la costumbre social védica. El Señor Śrī Kṛṣṇa estaba actuando tal como un ser humano. Perteneciendo a la división kṣatriya del sistema social, y siendo un joven, era Su deber mostrar respeto a tal brāhmaṇa.


El Señor Kṛṣṇa continuó: «¡Oh, el mejor de todos los brāhmaṇas! Siempre debe permanecer satisfecho, porque si un brāhmaṇa siempre está autosatisfecho, él no se desviará de sus deberes prescritos; y simplemente por permanecer fijo en los deberes prescritos propios, todo el mundo, especialmente los brāhmaṇas, podrá alcanzar la más elevada perfección de todos sus deseos. Aun si una persona es tan opulenta como el rey del cielo, Indra, si no está satisfecha, inevitablemente tiene que transmigrar de un planeta a otro. Tal persona nunca puede ser feliz bajo ninguna circunstancia; pero si la mente de una persona está satisfecha, aun si se le despoja de su alta posición, ella puede ser feliz viviendo en cualquier lugar».


Esta instrucción que Kṛṣṇa le dio al brāhmaṇa es muy significativa. El significado es que un verdadero brāhmaṇa no debe perturbarse en ninguna situación. En esta era moderna, Kali-yuga, los así llamados brāhmaṇas han aceptado la posición abominable de los śūdras o de los que son menos que śūdras, y aun así quieren hacerse pasar como brāhmaṇas calificados. En realidad, un brāhmaṇa calificado siempre persevera en sus propios deberes y nunca acepta aquellos que atañen a un śūdra o a alguien menos que un śūdra. Se aconseja en las Escrituras autorizadas que un brāhmaṇa puede, bajo circunstancias difíciles, aceptar la posición de un kṣatriya o aun de un vaiśya, pero nunca debe aceptar la profesión de un śūdra. El Señor Kṛṣṇa declaró que un brāhmaṇa nunca se perturbaría por ninguna condición adversa de la vida si se atiene escrupulosamente a sus principios religiosos. En conclusión, el Señor Kṛṣṇa dijo: «Ofrezco Mis respetuosas reverencias a los brāhmaṇas y vaiṣṇavas, debido a que los brāhmaṇas siempre están autosatisfechos, y los vaiṣṇavas siempre están ocupados en las verdaderas actividades benéficas para la sociedad humana. Ellos son los mejores amigos de la gente en general; ambos están libres del egoísmo falso y siempre tienen la mente en una condición apacible».

El Señor Kṛṣṇa luego deseó saber acerca de los gobernantes (kṣatriyas) del reino de donde procedía el brāhmaṇa, así que preguntó si los ciudadanos del reino eran todos felices. La capacidad de un rey se juzga a través del temperamento expresado por la gente del reino. Si son muy felices en todo aspecto, se debe concluir que el rey es honrado y ejecuta sus deberes correctamente. Kṛṣṇa dijo que el rey en cuyo reino los ciudadanos son felices es muy querido por Él. Por supuesto que Kṛṣṇa comprendió que el brāhmaṇa había venido con un mensaje confidencial; por lo tanto dijo: «Si no tiene ninguna objeción, le doy permiso para hablar acerca de su misión». 

Así, estando muy satisfecho por estos pasatiempos trascendentales con el Señor, el brāhmaṇa narró la historia completa de su misión, de venir para encontrarse con Kṛṣṇa. Sacó la carta que Rukmiṇī le había escrito a Kṛṣṇa y dijo: «Estas son las palabras de la princesa Rukmiṇī: “Mi querido Kṛṣṇa, ¡oh, infalible y sumamente hermoso! Todo ser humano que por alguna razón escuche de Tus pasatiempos y forma trascendentales, inmediatamente absorbe a través de sus oídos, Tu nombre, fama y cualidades; así todos sus dolores materiales ceden y él fija Tu forma en su corazón. A causa de tal amor trascendental por Ti, Te ve siempre dentro de si mismo; y mediante este proceso, todos sus deseos se cumplen. De forma similar, he oído acerca de Tus cualidades trascendentales. Puede que sea descarada en expresarme tan directamente, pero Tú me has cautivado y Te has llevado mi corazón. Puede que sospeches que soy una muchacha soltera, joven, y puede que dudes de la estabilidad de mi carácter, pero, mi querido Mukunda, Tú eres el león supremo entre los seres humanos, la Suprema Persona entre las personas. Toda muchacha, aunque no esté aún fuera de su hogar, o toda mujer aunque posea la más alta castidad, desearía casarse contigo, cautivada por Tu carácter, conocimiento, opulencia y posición sin paralelo. Sé que eres el esposo de la diosa de la fortuna y que eres muy bondadoso con Tus devotos; por lo tanto he decidido convertirme en Tu eterna y humilde sirvienta. Mi querido Señor, dedico mi vida y mi alma a Tus pies de loto. He aceptado a Su Señoría como el esposo que he elegido, y por lo tanto, Te pido que me aceptes como Tu esposa. Eres el poderoso supremo, ¡oh, el de los ojos de loto! Ahora Te pertenezco. Si el chacal se lleva aquello que le es disfrutable al león para comer, este será un asunto ridículo; por lo tanto, Te pido que inmediatamente me tomes a Tu cuidado antes de que Śiśupāla y otros príncipes como él me lleven. Mi querido Señor, en mi vida previa puede ser que yo haya hecho trabajos de beneficencia pública como excavar pozos y sembrar árboles, o actividades piadosas tales como ejecutar ceremonias rituales y sacrificios, y servir al maestro espiritual superior, a los brāhmaṇas y a los vaiṣṇavas. Por esas actividades, quizás he complacido a la Suprema Personalidad de Dios, Nārāyaṇa. Si esto es cierto, entonces deseo que Tú, el Señor Kṛṣṇa, el hermano del Señor Balarāma, por favor vengas aquí y me tomes de la mano para que no pueda ser tocada por Śiśupāla ni por sus compañeros”».

El matrimonio de Rukmiṇī con Śiśupāla ya estaba arreglado; por lo tanto ella le sugirió a Kṛṣṇa que la raptara para que esto pudiera cambiarse. Este tipo de matrimonio, en el cual la muchacha es raptada a la fuerza, se conoce como rākṣasa y se practica entre los kṣatriyas, o el tipo de hombres administradores de espíritu marcial. Debido a que su matrimonio ya estaba concertado para el día siguiente, Rukmiṇī sugirió a Kṛṣṇa que fuera allí de incógnito para raptarla y entonces que luchara contra Śiśupāla y contra sus aliados, tales como el rey de Magadha. Sabiendo que nadie podía conquistar a Kṛṣṇa y que Él ciertamente saldría victorioso, ella se dirigió a Él como Ajita —el inconquistable—. 

Rukmiṇī le dijo a Kṛṣṇa que no se preocupara de que muchos de los miembros de su familia, incluyendo a otras mujeres, pudieran resultar heridos o aun muertos si la lucha se llevaba a cabo dentro del palacio. Tal como el rey de un país piensa en métodos diplomáticos para alcanzar su objetivo, de forma similar, Rukmiṇī, siendo la hija de un rey, estaba haciendo uso de la diplomacia al sugerir cómo podría evitarse esta matanza innecesaria y no deseable.
Ella explicó que era la costumbre de su familia visitar el templo de la diosa Dūrga, la deidad de la familia, antes de un matrimonio. (Los reyes kṣatriyas eran en su mayoría vaiṣṇavas muy decididos que adoraban al Señor Viṣṇu, ya sea en la forma de Rādhā-Kṛṣṇa o de Lakṣmī-Nārāyaṇa; aún así, para su bienestar material, solían adorar a la diosa Dūrga. Sin embargo, nunca cometían el error de aceptar a los semidioses como si fueran el Señor Supremo, en el nivel del viṣṇu-tattva, tal como lo hacían algunos de los hombres poco inteligentes). Para evitar la innecesaria matanza de sus parientes, Rukmiṇī sugirió que le sería lo más fácil raptarla mientras ella estuviera yendo del palacio al templo o mientras estuviera regresando al hogar.


También le explicó a Kṛṣṇa por qué estaba tan ansiosa por casarse con Él, a pesar de que su matrimonio debía tener lugar con Śiśupāla, quien también estaba calificado, siendo el hijo de un gran rey. Rukmiṇī dijo que no pensaba que nadie fuera mejor que Kṛṣṇa, ni siquiera el Señor Śiva, a quien se le conoce como Mahādeva, el más grande de todos los semidioses. El Señor Śiva también busca la gracia del Señor Kṛṣṇa para liberarse de su enredo en la cualidad de la ignorancia dentro del mundo material. A pesar del hecho de que el Señor Śiva es la más grande de todas las grandes almas, mahātmās, él mantiene en su cabeza el agua purificante del Ganges, la cual emana de un orificio de este universo material hecho por el dedo del pie del Señor Viṣṇu. El Señor Śiva está a cargo de la cualidad material de la ignorancia, y para mantenerse en una posición trascendental, siempre medita en el Señor Viṣṇu. Por lo tanto, Rukmiṇī sabía muy bien que obtener la gracia de Kṛṣṇa no era una tarea fácil. Si aun el Señor Śiva debe purificarse para llevar a cabo este propósito, ciertamente le sería difícil a Rukmiṇī, que solamente era la hija de un rey kṣatriya. De esta manera, deseó dedicar su vida a observar severas austeridades y penitencias, tales como ayunar y vivir sin comodidades corporales. Si no le fuere posible obtener la gracia de Kṛṣṇa en esta vida por ejecutar estas actividades, estaba dispuesta a hacer lo mismo vida tras vida. En el Bhagavad-gītā se dice que los devotos puros del Señor ejecutan servicio devocional con gran determinación. Tal determinación, como la que exhibió Rukmiṇī-devī es el único precio que se debe pagar para adquirir la gracia de Kṛṣṇa, y es la vía al máximo éxito en el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa.


Después de explicar la declaración de Rukmiṇī-devī a Kṛṣṇa, el brāhmaṇa dijo: «Mi querido Kṛṣṇa, principal de la dinastía Yadu, le he traído este mensaje confidencial de Rukmiṇī; ahora se le presenta a Usted para Su consideración. Después de la debida deliberación, puede actuar como le guste, pero si quiere hacer algo, debe hacerlo inmediatamente. No queda mucho tiempo para actuar».


Así termina el significado de Bhaktivedanta del capítulo quincuagésimo segundo del libro Kṛṣṇa, titulado: «Kṛṣṇa, el Ranchor».

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