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Capítulo 69

El gran sabio Nārada visita los diferentes hogares del Señor Kṛṣṇa


El gran sabio Nārada oyó que el Señor Kṛṣṇa se había casado con dieciséis mil princesas luego de haber matado al demonio Narakāsura, llamado algunas veces Bhaumāsura. Nārada se asombró de que el Señor Kṛṣṇa se hubiera expandido en dieciséis mil formas y se hubiera casado con esas princesas, simultáneamente, en diferentes palacios. Intrigado por saber cómo Kṛṣṇa estaba manejando Sus asuntos hogareños con tantas esposas, Nārada deseó ver esos pasatiempos y, por ello, partió a hacer una visita a los diferentes hogares de Kṛṣṇa. Cuando Nārada llegó a Dvārakā, vio que los jardines y parques estaban llenos de flores de loto azules y rojas, y algunos de estos parajes estaban llenos de diversas flores de diferentes colores, y que los huertos estaban sobrecargados de diferentes variedades de frutas. Hermosos pájaros gorjeaban, y los pavos reales cantaban deleitosamente. Había estanques y lagunas llenos de flores de loto azules y rojas, y algunos de estos parajes estaban llenos de diversas variedades de lirios. Los lagos estaban llenos de hermosos cisnes y grullas cuyas voces resonaban por doquier. En la ciudad había hasta novecientos mil palacios grandes, construidos de mármol de primera clase, con portones y puertas hechas de plata. Los pilares de las casas y palacios estaban adornados con joyas tales como piedra de toque, zafiros y esmeraldas, y los pisos despedían un hermoso lustre. Las carreteras, las callejuelas, calles, cruces y mercados se encontraban todos hermosamente decorados. Toda la ciudad estaba llena de casas residenciales, casas de asamblea y templos, todos de diferente belleza arquitectónica. Todo esto hacía de Dvārakā una ciudad resplandeciente. Las grandes avenidas, cruces, callejuelas, calles, y también los umbrales de todas las casas residenciales, estaban muy limpios. A ambos lados de todos los senderos había arbustos, y a intervalos regulares había grandes árboles que daban sombra a las avenidas, de manera que la luz del Sol no molestara a los transeúntes.


En esta grandemente hermosa ciudad de Dvārakā, el Señor Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, tenía muchos lugares de residencia. Los grandes reyes y príncipes del mundo solían visitar esos palacios solo para adorarlo a Él. Viśvakarmā, el ingeniero de los semidioses, hizo personalmente los proyectos de arquitectura, y exhibió todo su talento e ingenio en la construcción de los palacios. Estas residencias sumaban en total más de dieciséis mil, y en cada una de ellas vivía una reina del Señor Kṛṣṇa distinta. El gran sabio Nārada entró en una de esas casas y vio que los pilares estaban hechos de coral y los techos estaban adornados con joyas. Las paredes, así como los arcos que se encontraban entre los pilares, resplandecían por estar decoradas con diferentes clases de zafiros. A todo lo largo del palacio había muchos pabellones, hechos por Viśvakarmā, que estaban decorados con collares de perlas. Las sillas y otros muebles estaban hechos de marfil, adornados con oro y diamantes, y lámparas enjoyadas disipaban la oscuridad del palacio. Estaba quemándose tanto incienso y goma perfumada, que el humo perfumado salía por las ventanas. Los pavos reales que se encontraban posados en los escalones, fueron engañados por el humo, que tomaron por nubes, y comenzaron a bailar jubilosamente. Había muchas sirvientas, las cuales estaban todas adornadas con collares de oro, pulseras y hermosos sārīs. También había muchos sirvientes varones, hermosamente vestidos con capas y turbantes y aretes enjoyados. Tan hermosos como se encontraban, los sirvientes estaban todos dedicados a diferentes deberes domésticos.


Nārada vio que el Señor Kṛṣṇa estaba sentado con Rukmiṇī-devī, la señora de ese palacio particular, la cual sostenía el mango de un cāmara de cola de yak. A pesar de que había muchos miles de sirvientas igualmente hermosas, capacitadas y de la misma edad, Rukmiṇī-devī estaba personalmente dedicada a abanicar al Señor Kṛṣṇa. Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios, adorado incluso por Nārada, pero aun así, tan pronto como vio que Nārada entraba en el palacio, Kṛṣṇa se bajó de inmediato de la cama de Rukmiṇī, y se puso de pie para honrarlo. El Señor Kṛṣṇa es el maestro del mundo entero, y para dar instrucciones a todos en cuanto a cómo respetar a una persona santa como Nārada Muni, Kṛṣṇa se postró tocando el piso con Su yelmo. Kṛṣṇa no solo se postró, sino que también tocó los pies de Nārada, y con las manos juntas le pidió que se sentara en Su silla. El Señor Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad que todos los devotos adoran. Él es el muy adorado maestro espiritual de todos. El agua del Ganges que emana de Sus pies, santifica los tres mundos. Todos los brāhmaṇas calificados lo adoran a Él, y por ello es llamado brahmaṇya-deva.


Brahmaṇya significa aquel que posee plenamente cualidades brahmínicas, que son las siguientes: veracidad, autocontrol, pureza, dominio de los sentidos, sencillez, conocimiento pleno adquirido por la aplicación práctica, y dedicación al servicio devocional. El Señor Kṛṣṇa posee personalmente todas esas cualidades, y Él es adorado por personas que también poseen esas cualidades. Existen miles y millones de nombres del Señor Kṛṣṇa —viṣṇu-sahasra-nāma— y todos ellos le son dados a Él en virtud de Sus cualidades trascendentales.


En Dvārakā, el Señor Kṛṣṇa disfrutó de los pasatiempos de un ser humano perfecto. Por lo tanto, cuando lavó los pies del sabio Nārada y derramó el agua en Su cabeza, Nārada no puso objeciones, sabiendo bien que el Señor lo hacía para enseñarles a todos cómo debían ofrecer respetos a las personas santas. La Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, quien es el Nārāyaṇa original y el amigo eterno de toda entidad viviente, adoró así al sabio Nārada, de acuerdo con los principios regulativos védicos. Dándole la bienvenida con dulces palabras nectáreas, Él se dirigió a Nārada como bhagavān, o aquel que es autosuficiente y que posee toda clase de conocimiento, renunciación, fuerza, fama, belleza, y otras opulencias similares. Él le preguntó a Nārada en particular: «¿Qué puedo hacer para servirte?».


Nārada respondió: «Mi querido Señor, este tipo de comportamiento que manifiesta Vuestra Señoría no es sorprendente en absoluto, debido a que Tú eres la Suprema Personalidad de Dios y el amo de todas las especies de entidades vivientes. Tú eres el amigo supremo de toda entidad viviente, pero al mismo tiempo eres el castigador supremo de los herejes y de los envidiosos. Yo sé que Vuestra Señoría ha descendido a esta Tierra para el mantenimiento apropiado de todo el universo. Por lo tanto, Tu aparición no es forzada por ningún otro agente. Solo por tu dulce voluntad, Tú accedes a aparecer y desaparecer. Constituye para mí una gran fortuna el haber podido ver hoy Tus pies de loto. Todo aquel que se apega a Tus pies de loto es elevado a la posición suprema de neutralidad, y se encuentra incontaminado por las modalidades materiales de la naturaleza. Mi Señor, Tú eres ilimitado; no existe límite a Tus opulencias. Grandes semidioses como el Señor Brahmā y el Señor Śiva, se encuentran siempre ocupados colocándote a Ti en sus corazones y meditando en Ti. Las almas condicionadas que ahora han sido puestas en el pozo ciego de la existencia material, pueden salir de este cautiverio eterno solo si aceptan Tus pies de loto. Así pues, Tú eres el único refugio de toda alma condicionada. Mi querido Señor, me has preguntado muy bondadosamente qué puedes hacer por mí. En respuesta a ello, simplemente pido que yo no olvide Tus pies de loto en ningún momento. No me importa dónde pueda encontrarme, yo solo imploro que se me permita recordar constantemente Tus pies de loto».


La bendición que el sabio Nārada le pidió al Señor, es la oración ideal de todo devoto puro. Un devoto puro nunca le pide al Señor ningún tipo de bendición material ni espiritual, sino que su única súplica es que no pueda olvidar los pies de loto del Señor en ninguna condición de vida. A un devoto puro no le importa ser colocado en el cielo o en el infierno, él se encuentra satisfecho en cualquier lugar, con tal de que pueda recordar constantemente los pies de loto del Señor. El Señor Caitanya también enseñó este mismo proceso de oración en Su Śikṣāṣṭaka, en el que afirmó claramente que todo lo que Él quería era servicio devocional nacimiento tras nacimiento. Un devoto puro ni siquiera quiere detener la repetición del nacimiento y la muerte. A un devoto puro no le importa tener que nacer de nuevo en las diversas especies de vida. Su única aspiración es que no pueda olvidar los pies de loto del Señor en ninguna condición de vida.


Después de partir del palacio de Rukmiṇī, Nāradajī quiso ver las actividades de la potencia interna del Señor Kṛṣṇa, yogamāyā; así que entró al palacio de otra reina. Ahí vio al Señor Kṛṣṇa dedicado a jugar al ajedrez, juntamente con Su querida esposa y Uddhava. El Señor de inmediato se levantó de Su asiento e invitó a Nārada Muni a que se sentara en Su asiento personal. El Señor de nuevo lo adoró con tantos enseres de recepción como los que había usado en el palacio de Rukmiṇī. Después de adorarlo apropiadamente, el Señor Kṛṣṇa actuó como si no supiera lo que había ocurrido en el palacio de Rukmiṇī. Por lo tanto, Él le dijo a Nārada: «Mi querido sabio, cuando su santidad viene aquí, está lleno en sí mismo. Si bien nosotros somos personas casadas y tenemos siempre necesidades, tú no necesitas de la ayuda de nadie pues te encuentras autosatisfecho. Bajo tales circunstancias, ¿qué recepción podemos ofrecerte, y qué pudiéramos darte? Aun así, como su santidad es un brāhmaṇa, es deber nuestro ofrecerte algo, tanto como nos sea posible. Por lo tanto, te suplico que Me des órdenes como gustes. ¿Qué puedo hacer por ti?».


Nāradajī sabía todo acerca de los pasatiempos del Señor, así que sin más discusión, simplemente abandonó el palacio en silencio, muy atónito ante las actividades del Señor. Él entró luego en otro palacio. Esta vez, Nāradajī vio que el Señor Kṛṣṇa estaba dedicado a ser un padre afectuoso que mimaba a Sus hijos pequeños. De ahí entró en otro palacio, y vio que el Señor Kṛṣṇa se estaba preparando para bañarse. De esa forma, San Nārada entró en todos y cada uno de los dieciséis mil palacios residenciales de las reinas del Señor Kṛṣṇa, y en cada uno de ellos encontró a Kṛṣṇa ocupado de diferentes maneras.


En un lugar encontró a Kṛṣṇa ofreciendo oblaciones al fuego de sacrificio, y realizando las ceremonias rituales de los Vedas, tal como se prescribe para los hombres de familia. En otro palacio encontró a Kṛṣṇa realizando el sacrificio Pañca-yajña, que es obligatorio para un hombre de familia. Ese yajña también es conocido como Pañca-śūna. Consciente o inconscientemente, todo el mundo, especialmente el hombre de familia, comete cinco clases de actividades pecaminosas. Cuando recibimos agua de una jarra, matamos muchos gérmenes que se encuentran en ella. De forma similar, cuando usamos una máquina de moler o cuando comemos alimentos, matamos muchos gérmenes. Cuando barremos un piso o encendemos un fuego, matamos muchos gérmenes, y cuando caminamos por la calle matamos muchas hormigas y otros insectos. Consciente o inconscientemente, en todas nuestras diferentes actividades, estamos matando. Por lo tanto, es obligación de todo hombre de familia realizar el sacrificio Pañca-śūna, para desembarazarse de las reacciones de dichas actividades pecaminosas.


En un palacio, el Señor Kṛṣṇa se encontraba dedicado a alimentar brāhmaṇas después de realizar yajñas rituales. En otro palacio, Nārada encontró a Kṛṣṇa dedicado a cantar silenciosamente el mantra Gāyatrī, y en un tercer palacio, lo encontró practicando lucha con una espada y un escudo. En algunos palacios, el Señor Kṛṣṇa se encontraba montando caballos o elefantes o cuadrigas, y moviéndose por todas partes. En otra parte, Él se encontraba acostado en Su cama, descansando, y en otra parte se encontraba sentado en Su silla, y estaba siendo alabado por las oraciones de Sus diferentes devotos. En algunos de los palacios se encontraba consultando a ministros como Uddhava y otros, acerca de importantes asuntos de negocios. En un palacio, Él se encontraba rodeado de muchas jóvenes cortesanas, disfrutando en una piscina. En otro palacio, Él se encontraba dedicado a darles a los brāhmaṇas como caridad vacas bien decoradas; y en otro palacio Él se encontraba escuchando las narraciones de los Purāṇas o las historias, tales como El Mahābhārata, que son Escrituras suplementarias para diseminar el conocimiento védico entre la gente común, mediante la narración de hechos importantes de la historia del universo. En otra parte, el Señor Kṛṣṇa se encontraba disfrutando de la compañía de una esposa particular, mediante el intercambio con ella de palabras jocosas. En otro sitio, Él se encontraba dedicado, juntamente con Su esposa, a la ejecución de religiosas funciones rituales. Como es necesario que los hombres de familia aumenten sus bienes financieros para cubrir diversos gastos, Kṛṣṇa se encontraba en otra parte dedicado a asuntos de desarrollo económico. En otro lugar, Él se encontraba disfrutando de la vida familiar de acuerdo con los principios regulativos de los śāstras.


En un palacio, Él se encontraba sentado, meditando, como si estuviera concentrando Su mente en la Suprema Personalidad de Dios, que se encuentra más allá de estos universos materiales. La meditación, tal como se recomienda en Escrituras autorizadas, tiene como propósito el que uno concentre su mente en la Suprema Personalidad de Dios, Viṣṇu. El Señor Kṛṣṇa es, en Sí Mismo, el Viṣṇu original, pero debido a que él desempeñaba el papel de un ser humano, nos enseñó de forma definitiva, mediante Su comportamiento personal, qué significa la meditación. En un lugar se observó que el Señor Kṛṣṇa se encontraba satisfaciendo a superiores ancianos, mediante el suministro de las cosas que necesitaban. En otra parte, Nāradajī observó que el Señor Kṛṣṇa estaba dedicado a discutir temas de lucha, y en otro lugar, a hacer las paces con los enemigos. En un lugar, el Señor Kṛṣṇa se encontraba discutiendo con Su hermano mayor, el Señor Balarāma, acerca de la máxima actividad auspiciosa para toda la sociedad humana. Nārada vio al Señor Kṛṣṇa dedicado a casar, a su debido tiempo, a Sus hijos e hijas con novias y novios adecuadas, y las ceremonias de matrimonio se estaban realizando con gran pompa. En un palacio, Él se encontraba despidiendo a Sus hijas, y en otro, Él se encontraba recibiendo a una nuera. A través de toda la ciudad, la gente estaba asombrada de ver pompa y ceremonias así como estas.


En un lugar se observó que el Señor se encontraba dedicado a realizar diferentes tipos de sacrificios para complacer a los semidioses, que tan solo son Sus expansiones cualitativas. En otro lugar se observó que Él se encontraba dedicado a actividades de beneficencia pública, abriendo profundos pozos de suministro de agua, casas y jardines de descanso para invitados desconocidos, y grandes monasterios y templos para las personas santas. Esos son algunos de los deberes que se encuentran prescritos en los Vedas para los hombres de familia, para el cumplimiento de sus deseos materiales. En una parte, Kṛṣṇa se encontraba dedicado, como rey kṣatriya, a cazar animales en el bosque, y a montar caballos sindhi, que eran muy hermosos. De acuerdo con las regulaciones védicas, a los kṣatriyas se les permitía matar en ciertas ocasiones animales prescritos, bien sea para mantener la paz de los bosques o para ofrecer los animales en el fuego de sacrificio. A los kṣatriyas se les permite practicar este arte de matar, debido a que tienen que matar a sus enemigos, sin misericordia alguna, para mantener la paz en la sociedad. En una ocasión, el gran sabio Nārada vio al Señor Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios y el amo de los poderes místicos, actuando como espía mediante el cambio de Su atuendo usual, para conocer las motivaciones de los diferentes habitantes de la ciudad y de los palacios.


San Nārada vio todas esas actividades del Señor, quien es la Superalma de todas las entidades vivientes, pero que desempeñó el papel de un ser humano ordinario, con objeto de manifestar las actividades de Su potencia interna. Él sonreía para sus adentros, y comenzó a dirigirse al Señor de la siguiente manera: «Mi querido Señor de todos los poderes místicos, objeto de la meditación de grandes místicos, la extensión de Tu poder místico es ciertamente inconcebible, aun para místicos como el Señor Brahmā y el Señor Śiva. Pero por Tu misericordia, debido a que siempre me encuentro dedicado al amoroso servicio trascendental de Tus pies de loto, Vuestra Señoría me ha revelado muy bondadosamente las acciones de Su potencia interna. Mi querido Señor, Tú eres digno de la adoración de todos, y semidioses y deidades regentes de todos los catorce sistemas planetarios, están completamente conscientes de Tu fama trascendental. Ahora bien, por favor dame Tus bendiciones para que pueda viajar por todas partes de los universos, cantando las glorias de Tus actividades trascendentales».


La Suprema Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa, le respondió a Nārada de la siguiente manera: «Mi querido Nārada, ¡oh, sabio entre los semidioses!, tú sabes que soy el instructor supremo y el perfecto seguidor de todos los principios religiosos, así como la suprema persona que hace cumplir esos principios. Por lo tanto, Me encuentro ejecutando personalmente esos principios religiosos, con objeto de enseñarle a todo el mundo cómo actuar. Mi querido hijo, es Mi deseo que no seas confundido por esas demostraciones de Mi energía interna».


La Suprema Personalidad de Dios estaba dedicado a Sus supuestos asuntos hogareños, para enseñarle a la gente cómo puede santificar su vida doméstica a pesar de que pueda encontrarse apegada al encarcelamiento de la existencia material. En realidad, a causa de la vida familiar, uno está obligado a continuar la permanencia en la existencia material. Pero el Señor, siendo muy bondadoso con las personas casadas, enseñó cuál era el sendero de santificación de la vida familiar ordinaria. La vida de una persona casada que es consciente de Kṛṣṇa, es trascendental a las normas védicas, y automáticamente está santificada, debido a que Kṛṣṇa es el centro de todas las actividades.


Así pues, Nārada vio a un solo Kṛṣṇa que vivía en dieciséis mil palacios mediante Sus expansiones plenarias. Debido a Su energía inconcebible, Él se encontraba visible en el palacio que tenía cada reina individual. El Señor Kṛṣṇa tiene poder ilimitado, y el asombro de Nārada no tenía límites, al observar una y otra vez las demostraciones de la energía interna del Señor Kṛṣṇa. El Señor Kṛṣṇa se comportó, mediante Su ejemplo personal, como si estuviera muy apegado a los cuatro principios de la vida civilizada, es decir, religiosidad, desarrollo económico, complacencia sensual y salvación. Estos cuatro principios de existencia material son necesarios para el avance espiritual de la sociedad humana, y si bien el Señor Kṛṣṇa no lo hizo por necesidad, Él exhibió Sus actividades familiares para que la gente pudiera seguir Sus pasos por su propio bien. El Señor Kṛṣṇa satisfizo al sabio Nārada en todos los aspectos. Nārada estaba muy complacido de ver las actividades que el Señor tenía en Dvārakā, y así pues, partió.


Al narrar las actividades que el Señor Kṛṣṇa ejecutara en Dvārakā, Śukadeva Gosvāmī le explicó al rey Parīkṣit cómo el Señor Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, desciende a este universo material mediante la agencia de Su potencia interna, y exhibe personalmente los principios que, si son seguidos, pueden conducirlo a uno al logro de la meta última de la vida. Todas las reinas de Dvārakā, que sumaban más de dieciséis mil, dedicaron sus atractivas características femeninas al servicio trascendental del Señor, mediante el sonreír y el servir; y el Señor sintió el agrado de comportarse con ellas tal como un esposo perfecto que disfruta de la vida familiar. Uno debe saber de forma definitiva, que esos pasatiempos no pueden ser realizados por nadie a excepción del Señor Śrī Kṛṣṇa. El Señor Śrī Kṛṣṇa es la causa original de la creación, manutención y disolución de toda la manifestación cósmica. Todo aquel que escuche atentamente las narraciones de los pasatiempos que tuvo el Señor en Dvārakā, o que apoye a un predicador del movimiento de conciencia de Kṛṣṇa, conseguirá atravesar muy fácilmente el sendero de la liberación, y saborear el néctar de los pies de loto del Señor Kṛṣṇa. Y así se encontrará dedicado a Su servicio devocional.


Así termina el significado de Bhaktivedanta del capítulo sexagésimo noveno del libro Kṛṣṇa, titulado: «El gran sabio Nārada visita los diferentes hogares del Señor Kṛṣṇa».

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