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Ilustración 38


Para conservar el agua después de la estación lluviosa, los campesinos comienzan a reconstruir los setos de los campos de arroz, tal como los yogīs tratan de utilizar la energía acumulada para la autorrealización.


El ser viviente es la energía marginal de la Absoluta Personalidad de Dios y puede utilizar Sus reservas de energía ya sea externa o internamente. Cuando es utilizada internamente la energía se identifica con la energía interna de la Personalidad de Dios; pero, cuando la misma reserva de energía es utilizada en Su energía externa, se identifica con tal energía externa. Todas las energías interna, externa y marginal son emanaciones de Él - el Supremo - y actúa diferentemente para probar la diversidad en la unidad. La unidad es el Señor y las energías representan la diversidad. El Señor es tan poderoso que Él puede hacer cualquier cosa simplemente por Su dulce deseo. Como se mencionó anteriormente, todo es hecho por Sus energías en una forma natural, con pleno conocimiento y completa perfección. Esta es la información que tenemos de las literaturas Védicas.


La energía interna y la energía marginal son de la misma calidad superior y la energía externa es de calidad inferior. Esta es la información que tenemos en el Bhagavad-gītā. Debido a que la entidad viviente pertenece a la energía marginal y es de la misma calidad que la energía interna, le es completamente natural cooperar con ella. Pero cuando la entidad viviente prefiere cooperar con la energía externa, se pone en dificultades. Por el proceso llamado pratyāhāra (desviación) el yoga desvía nuestras energías de lo externo a lo interno.


La energía de nuestros sentidos no debe ser reprimida, sino desviada. Los sentidos deben purificarse, de tal manera que sirvan al Señor en lugar de perturbar Su armonía establecida. Toda la armonía cósmica es un hecho establecido por el deseo del Supremo. Así que tenemos que ver el deseo supremo en cada acto de la situación cósmica. Esa es la instrucción del Īśopaniṣad. La vida humana es una oportunidad para entender esta armonía cósmica y, por lo tanto, nuestra reserva de energía, que es comparada al agua conservada en el arrozal, debe utilizarse únicamente para éste propósito.


Así como no existe posibilidad de lluvia en el otoño, nosotros no tendremos la posibilidad inmediata de obtener nuevamente un cuerpo humano si utilizamos nuestras reservas de energía para el placer de los sentidos. Los sentidos pueden utilizarse para el servicio del Señor. Si se los usa apropiadamente, pueden alcanzar la perfección más elevada al estar ocupados directamente en el servicio del Señor, en Su presencia personal. Cuando la entidad viviente regresa así al hogar, de vuelta al Supremo y se ocupa en el servicio personal del Señor, se dice que ha alcanzado saṁsiddhi paramāḥ, la perfección más elevada, esto se confirma en el Bhagavad-gītā.*

mām upetya punar janma
duḥkhālayam aśāśvatam

nāpnuvanti mahātmānaḥ
saṁsiddhiṁ paramāṁ gatāḥ

Después de llegar a Mí, las grandes almas, que son yogīs en estado de devoción, jamás regresan a este mundo temporal, el cual está lleno de sufrimientos, ya que han logrado la máxima perfección. 
(Bg. 8.15)
 

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