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Text 22

andhaḥ puraiva vadhiro
manda-prajñāś ca sāmprataṁ
viśīrṇa-danto mandāgniḥ
sarāgaḥ kapham udvahan

andhaḥ—ciego; purā—desde el comienzo; eva—indudablemente; vadhiraḥ—duro de oído; manda-prajñāḥ—memoria reducida; ca—y; sāmpratam—recientemente; viśīrṇa—aflojado; dantaḥ—dientes; manda-agniḥ—reducida la actividad del hígado; sa-rāgaḥ—con sonido; kapham—tosiendo con mucho moco; udvahan—saliendo.

Tú has estado ciego desde el mismo día en que naciste, y últimamente has empezado a perder el oído. La memoria se te ha reducido y tienes perturbada la inteligencia. Tienes los dientes flojos, el hígado defectuoso, y expectoras moco.

SIGNIFICADO: Los síntomas de la vejez, que ya se habían manifestado en Dhṛtarāṣṭra, le fueron señalados uno tras otro, como advertencia de que la muerte se le acercaba con mucha rapidez, y aun así, por necedad, se mostraba despreocupado de su futuro. Las señales que Vidura observó en el cuerpo de Dhṛtarāṣṭra, eran signos de apakṣaya, o de la decadencia del cuerpo material antes del golpe de gracia de la muerte. El cuerpo nace, se desarrolla, permanece, crea otros cuerpos, decae y luego desaparece. Pero hombres necios quieren buscarle una situación permanente al cuerpo perecedero, y piensan que su Estado, hijos, sociedad, país, etc., les brindarán protección. Con esas ideas tontas, esa clase de ocupaciones temporales se apoderan de ellos, y se olvidan por completo que deben abandonar este cuerpo temporal y adquirir uno nuevo, para organizar una vez más otro período de sociedad, amistad y amor, y para una vez más perecer al final. Ellos olvidan su identidad permanente y se vuelven neciamente activos en ocupaciones transitorias, olvidando por completo su deber primordial. Santos y sabios tales como Vidura se acercan a esa clase de hombres necios para despertarlos y mostrarles la verdadera situación, pero estos consideran que esos sādhus y santos son parásitos de la sociedad, y casi todos ellos se niegan a oír sus palabras, aunque les dan la bienvenida a sādhus exhibicionistas y a supuestos santos que pueden satisfacerles los sentidos. Vidura no era un sādhu que fuera a satisfacer el mal habido sentimiento de Dhṛtarāṣṭra. Él estaba señalando muy bien la verdadera situación de la vida, y la manera en que uno puede salvarse de esas catástrofes.

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