Text 34
yayāharad bhuvo bhāraṁ
tāṁ tanuṁ vijahāv ajaḥ
kaṇṭakaṁ kaṇṭakeneva
dvayaṁ cāpīśituḥ samam
yayā—aquello por lo cual; aharat—se llevó; bhuvaḥ—del mundo; bhāram—carga; tām—ese; tanum—cuerpo; vijahau—despojó; ajaḥ—el innaciente; kaṇṭakam—espina; kaṇṭakena—por la espina; iva—como eso; dvayam—ambos; ca—también; api—aunque; īśituḥ—controlando; samam—igual.
El Innaciente Supremo, el Señor Śrī Kṛṣṇa, hizo que los miembros de la dinastía Yadu abandonasen sus cuerpos, y de ese modo quitó la carga del mundo. Esta acción fue como sacar una espina con otra, aunque ambas son iguales para el controlador.
SIGNIFICADO: Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura sugiere que ṛṣis como Śaunaka y otros, que estaban oyendo a Sūta Gosvāmī narrar el Śrīmad-Bhāgavatam en Naimiṣāraṇya, no se sintieron felices al oír que los Yadus habían muerto en medio de la locura de la embriaguez. Para liberarlos de esa agonía mental, Sūta Gosvāmī les aseguró que el Señor hizo que los miembros de la dinastía Yadu abandonaran sus cuerpos, con lo cual tenían que llevarse la carga del mundo. El Señor y Sus asociados eternos aparecen en la Tierra para ayudar a los semidioses administradores a erradicar la carga del mundo. Por consiguiente, Él mandó llamar a algunos de los semidioses confidentes, para que aparecieran en la familia Yadu y le prestaran servicio a Él en Su gran misión. Después de que la misión se hubo cumplido, los semidioses, por la voluntad del Señor, se deshicieron de sus cuerpos físicos, peleando entre sí en medio de la locura causada por la embriaguez. Los semidioses están acostumbrados a tomar la bebida soma-rasa, y, por lo tanto, el beber vino y embriagarse no son cosas desconocidas para ellos. En algunas ocasiones se vieron en dificultades por entregarse a la bebida. Una vez, los hijos de Kuvera fueron objeto de la ira de Nārada por estar ebrios, pero luego recobraron sus formas originales por la gracia del Señor Śrī Kṛṣṇa. Esta historia la encontraremos en el Décimo Canto. Para el Señor Supremo tanto los asuras como los semidioses son iguales, pero los semidioses obedecen al Señor, mientras que los asuras no lo hacen. Así pues, el ejemplo de sacar una espina con otra es muy idóneo. Una espina, que le causa al Señor molestias en la pierna, es sin duda una perturbación para Él, y la otra espina, que saca a los elementos perturbadores, sin duda que le presta servicio a Él. De modo que, aunque cada ser viviente es una parte integral del Señor, aun así aquel que es una molestia para el Señor recibe el nombre de asura, y aquel que es un servidor voluntario del Señor recibe el nombre de devatā, o semidiós. En el mundo material, los devatās y los asuras siempre se están enfrentando, y el Señor siempre salva a los devatās de las manos de los asuras. Ambos grupos se hallan bajo el control del Señor. El mundo está lleno de dos clases de seres vivientes, y la misión del Señor es siempre la de proteger a los devatās y destruir a los asuras —cuando quiera que haya esa necesidad en el mundo—, y hacerles bien a ambos grupos.