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Text 9

mandasya manda-prajñasya
vayo mandāyuṣaś ca vai
nidrayā hriyate naktaṁ
divā ca vyartha-karmabhiḥ


mandasya—de los perezosos; manda—escasos; prajñasya—de inteligencia; vayaḥ—edad; manda—corta; āyuṣaḥ—de la duración de la vida; ca—y; vai—exactamente; nidrayā—durmiendo; hriyate—va pasando; naktam—noche; divā—día; ca—también; vyartha—para nada; karmabhiḥ—mediante actividades.


Los seres humanos perezosos y de escasa inteligencia y una vida de corta duración, pasan la noche durmiendo, y el día, realizando actividades que no sirven para nada.​​​​​​​


SIGNIFICADO: Los poco inteligentes no conocen el verdadero valor de la forma de vida humana. La forma humana es un don especial que la naturaleza material da mientras le impone al ser viviente las estrictas leyes de los sufrimientos. Dicha forma es una oportunidad de obtener el máximo beneficio de la vida, es decir, el salirse del enredo de los reiterados nacimientos y muertes. Los inteligentes cuidan este importante don, esforzándose tenazmente por salir del enredo. Pero los poco inteligentes son perezosos e incapaces de valorar el don que representa el cuerpo humano para lograr la liberación del cautiverio material. Ellos se interesan más en el mal llamado desarrollo económico, y trabajan muy arduamente durante toda la vida, tan solo en aras del disfrute de los sentidos del cuerpo temporal. El disfrute de los sentidos también se los permite la ley de la naturaleza a los animales inferiores, y, así pues, el ser humano tiene destinada al igual una cierta cantidad de disfrute de los sentidos, según su vida pasada o presente. Pero uno debe tratar de entender claramente, que el disfrute de los sentidos no es la meta última de la vida humana. Aquí se dice que durante el día uno trabaja «para nada», porque el objetivo no es más que el disfrute de los sentidos. En las grandes ciudades y pueblos industriales, podemos observar en particular cómo el ser humano trabaja para nada. Hay muchísimas cosas que fabrica la energía humana, pero todas ellas son para el disfrute de los sentidos, y no para salir del cautiverio material. Y después de trabajar arduamente durante todo el día, por la noche, el hombre cansado, o bien duerme, o se dedica a hábitos sexuales. Ese es el programa que la vida civilizada materialista tiene para los poco inteligentes. Por eso se les designa aquí como perezosos, desafortunados y de una vida corta.

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