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Text 32

etat saṁsūcitaṁ brahmaṁs
tāpa-traya-cikitsitam
yad īśvare bhagavati
karma brahmaṇi bhāvitam

etat—este tanto; saṁsūcitam—decidido por los eruditos; brahman—¡oh, brāhmaṇa Vyāsa!; tāpa-traya—tres clases de sufrimientos; cikitsitam—remedios; yat—que; īśvare—el supremo controlador; bhagavati—a la Personalidad de Dios; karma—nuestras actividades prescritas; brahmaṇi—al gran; bhāvitam—dedicadas.

¡Oh, Brāhmaṇa Vyāsadeva!, los eruditos han decidido que el mejor remedio para eliminar todos los problemas y sufrimientos, consiste en dedicar al servicio del Señor Supremo, la Personalidad de Dios [Śrī Kṛṣṇa], todas las actividades de uno.

SIGNIFICADO: Śrī Nārada Muni experimentó personalmente que la manera más práctica y factible de abrir el sendero de la salvación o liberarse de todos los sufrimientos de la vida, consiste en oír sumisamente a las fuentes idóneas y genuinas hablar de las trascendentales actividades del Señor. Ese es el único proceso remediador. La existencia material por entero está llena de sufrimientos. La gente necia ha fabricado con su diminuta inteligencia muchos remedios, para eliminar el triple sufrimiento relacionado con el cuerpo y la mente, con los disturbios de la naturaleza y con otros seres vivientes. El mundo entero está luchando muy duro por existir fuera del ámbito de esos sufrimientos, pero los hombres no saben que, sin la sanción del Señor, ningún plan ni remedio puede verdaderamente hacer que aparezcan la paz y la tranquilidad deseadas. El remedio para curar a un paciente mediante tratamiento médico, es inútil si el Señor no lo sanciona. Cruzar el río o el océano en un bote adecuado, no es un remedio si el Señor no lo sanciona. Hemos de saber, con toda certeza, que el Señor es el máximo oficial sancionador, y, en consecuencia, debemos dedicarle nuestros esfuerzos al Señor y depender de Su misericordia para lograr el éxito final o para librarnos de los obstáculos que hay en la senda del éxito. El Señor está dentro y fuera de todo, es todopoderoso, omnisciente y omnipresente. Él es el máximo agente sancionador de todos los efectos buenos o malos. Por consiguiente, debemos aprender a dedicarle nuestras actividades al Señor y depender de Su misericordia, y aceptarlo a Él ya sea como impersonal, como Paramātmā localizado o como la Suprema Personalidad de Dios. No importa lo que uno sea; se debe dedicar todo al servicio del Señor. Si uno es un docto erudito, un científico, un filósofo, un poeta, etc., debe entonces emplear sus conocimientos en establecer la supremacía del Señor. Trate de estudiar la energía del Señor en cada esfera de la vida. No lo censure ni trate de volverse como Él o de tomar Su posición simplemente mediante la acumulación fragmentaria de conocimiento. Si uno es un administrador, estadista, guerrero, político, etc., entonces debe tratar de establecer la supremacía del Señor en el arte de gobernar. Pelee por la causa del Señor como hizo Śrī Arjuna. Al comienzo, Śrī Arjuna, el gran guerrero, rehusó pelear, pero cuando el Señor lo convenció de que la pelea era necesaria, Śrī Arjuna cambió su decisión y peleó por la causa de Él. De modo similar, si uno es un hombre de negocios, un industrial, un agricultor, etc., debe entonces gastar en la causa del Señor su dinero arduamente acumulado. Piense siempre que el dinero que se gana es la riqueza del Señor. Se considera que la riqueza es la diosa de la fortuna (Lakṣmī), y el Señor es Nārāyaṇa, o el esposo de Lakṣmī. Trate de ocupar a Lakṣmī en el servicio del Señor Nārāyaṇa y sea feliz. Esa es la manera de percibir al Señor plenamente en cada esfera de la vida. Al fin y al cabo, lo mejor es liberarse de todas las actividades materiales y dedicarse por completo a oír las narraciones de los pasatiempos trascendentales del Señor. Mas, en el caso de que no exista una oportunidad tal, uno debe tratar de ocupar en el servicio del Señor todo aquello por lo que tenga una atracción específica, y ese es el camino de la paz y la prosperidad. La palabra saṁsūcitam de esta estrofa también es significativa. Uno no debe creer ni por un momento que la vivencia de Nārada era únicamente un producto de la imaginación infantil. No es así. Eso mismo experimentan los expertos y sabios eruditos, y ese es el verdadero significado de la palabra saṁsūcitam.

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