Text 25
vipadaḥ santu tāḥ śaśvat
tatra tatra jagad-guro
bhavato darśanaṁ yat syād
apunar bhava-darśanam
vipadaḥ—calamidades; santu—que ocurran; tāḥ—todas; śaśvat—una y otra vez; tatra—allí; tatra—y allí; jagat-guro—¡oh, Señor del universo!; bhavataḥ—Tu; darśanam—encuentro; yat—aquello que; syāt—es; apunaḥ—nunca más; bhava-darśanam—viendo la repetición del nacimiento y la muerte.
Yo quiero que todas esas calamidades ocurran una y otra vez, de modo que podamos verte una y otra vez, pues verte a Ti significa que ya no veremos más los reiterados nacimientos y muertes.
SIGNIFICADO: Por lo general, los afligidos, los necesitados, los inteligentes y los indagadores, que hayan realizado algunas actividades piadosas, adoran al Señor o lo comienzan a adorar. Otros, prósperos tan solo en fechorías, sin importar su posición, no pueden acercarse al Supremo, debido a que la energía ilusoria los desencamina. En consecuencia, si a una persona piadosa le ocurre alguna calamidad, no tiene más recurso que refugiarse en los pies de loto del Señor. Recordar constantemente los pies de loto del Señor significa irse preparando para liberarse del nacimiento y la muerte. Por lo tanto, aunque haya supuestas calamidades, son bien recibidas, porque nos dan la oportunidad de recordar al Señor, lo cual significa la liberación.
Aquel que se ha refugiado en los pies de loto del Señor, que se considera que son el bote más apropiado para cruzar el océano de la nesciencia, puede alcanzar la liberación tan fácilmente como uno salta por sobre los hoyos que hacen las pezuñas de un ternero. Esta clase de personas están destinadas a residir en la morada del Señor, y no tienen nada que ver con un lugar en el que hay peligro a cada paso.
El Señor certifica en el Bhagavad-gītā que este mundo material es un lugar peligroso y lleno de calamidades. Gente poco inteligente elabora planes para adaptarse a esas calamidades, sin saber que de por sí la naturaleza de este lugar es la de estar lleno de ellas. Esa gente no tienen ninguna información acerca de la morada del Señor, la cual está llena de bienaventuranza y en la que no hay ninguna traza de calamidades. Es deber de una persona cuerda, por lo tanto, permanecer imperturbable ante las calamidades mundanas, que ocurrirán sin falta en todas las circunstancias. Mientras se sufre toda clase de infortunios inevitables, uno debe progresar en lo referente a la comprensión espiritual, debido a que esa es la misión de la vida humana. El alma espiritual es trascendental a todas las calamidades materiales; en consecuencia, las supuestas calamidades se designan como falsas. Puede que un hombre tenga un sueño en el que un tigre lo devora, y puede que él llore por esa calamidad. En realidad, no hay ningún tigre ni ningún sufrimiento; se trata simplemente de un sueño. De la misma manera, todas las calamidades de la vida se dice que son sueños. Si alguien es lo suficientemente afortunado como para ponerse en contacto con el Señor por medio del servicio devocional, todo es ganancia. El contacto con el Señor mediante cualquiera de los nueve servicios devocionales, siempre es un paso hacia adelante en la senda que va de vuelta a Dios.