Text 23
bhaktyāveśya mano yasmin
vācā yan-nāma kīrtayan
tyajan kalevaraṁ yogī
mucyate kāma-karmabhiḥ
bhaktyā—con una atención ferviente; āveśya—meditando; manaḥ—mente; yasmin—en cuya; vācā—mediante palabras; yat—Kṛṣṇa; nāma—santo nombre; kīrtayan—mediante el canto; tyajan—dejando; kalevaram—este cuerpo material; yogī—el devoto; mucyate—se libera; kāma-karmabhiḥ—de las actividades fruitivas.
La Personalidad de Dios, que aparece en la mente del devoto mediante la meditación y la devoción atenta y mediante el canto del santo nombre, libera al devoto del cautiverio de las actividades fruitivas en el momento en que este deja el cuerpo material.
SIGNIFICADO: Yoga significa concentrar la mente que está desligada de cualquier otra cosa. Y, de hecho, semejante concentración es samādhi, o estar dedicado al servicio del Señor en un cien por ciento. Y aquel que concentra su atención de esa manera, recibe el nombre de yogī. Esa clase de yogī devoto del Señor se dedica las veinticuatro horas del día al servicio del Señor, de modo que toda su atención esté absorta en pensamientos acerca del Señor en el servicio devocional de nueve aspectos, es decir, oír, cantar, recordar, adorar, orar, volverse un sirviente voluntario, ejecutar órdenes, establecer una relación amistosa u ofrecer todo lo que uno posea en el servicio del Señor. Mediante esa práctica de yoga, o de vincularse mediante el servicio del Señor, uno es reconocido por el propio Señor, tal como se explica en el Bhagavad-gītā en relación con la más alta y perfecta etapa del samādhi. A un devoto como ese, tan difícil de conseguir, el Señor lo llama el mejor de todos los yogīs. A semejante yogī perfecto lo habilita la divina gracia del Señor, para concentrar la mente en el Señor con un sentido perfecto de conciencia; así pues, por el hecho de cantar Su santo nombre antes de dejar el cuerpo, el yogī es de inmediato trasladado, por la energía interna del Señor, a uno de los planetas eternos en el que no hay ninguna posibilidad de vida material y sus factores concomitantes. En la existencia material, el ser viviente tiene que soportar las condiciones materiales de las tres clases de sufrimientos, vida tras vida, conforme a su trabajo fruitivo. Esa vida material la producen únicamente los deseos materiales. El servicio devocional que se le presta al Señor no mata los deseos naturales del ser viviente, sino que estos se aplican en la causa correcta: el servicio devocional. Esto capacita al deseo para ser trasladado al cielo espiritual. El general Bhīṣmadeva se está refiriendo a un tipo particular de yoga, denominado bhakti-yoga, y él fue lo suficientemente afortunado como pare tener al Señor directamente en su presencia antes de dejar el cuerpo material. Por lo tanto, en los versos siguientes él expresa su deseo de que el Señor permanezca ante él.