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Text 37

keyaṁ vā kuta āyātā
daivī vā nāry utāsurī
prāyo māyāstu me bhartur
nānyā me ’pi vimohinī


kā—quién; iyam—esto; vā—o; kutaḥ—de dónde; āyātā—ha venido; daivī—si semidiosa; vā—o; nārī—mujer; uta—o; āsurī—demonio;prāyaḥ—en la mayoría de los casos; māyā—energía ilusoria; astu—ella debe de ser; me—Mío; bhartuḥ—del amo, el Señor Kṛṣṇa; na—no; anyā—ningún otro; me—a Mí; api—ciertamente; vimohinī—confundiente.


¿Quién es este poder místico, y de dónde ha venido? ¿Es una semidiosa o una demonio? Debe de ser la energía ilusoria de Mi amo, el Señor Kṛṣṇa, pues ¿quién sino ella podría confundirme?


SIGNIFICADO: Balarāma estaba sorprendido. Aquella extraordinaria manifestación de cariño, pensó, era algo místico, obra de los semidioses o de algún hombre maravilloso. De lo contrario, ¿cómo podía haberse producido aquel maravilloso cambio? «Esta māyā podría tratarse de alguna rākṣasī-māyā —pensó—, pero ¿qué rākṣasī-māyā podría tener influencia sobre Mí? Eso es imposible. Por lo tanto, tiene que ser la māyā de Kṛṣṇa». De ese modo llegó a la conclusión de que aquel cambio místico tenía que ser obra de Kṛṣṇa, a quien Balarāma consideraba Su adorable Personalidad de Dios. Balarāma pensó: «Kṛṣṇa lo dispuso así, y ni siquiera Yo he podido sustraerme a su poder místico». Balarāma comprendió así que todos los niños y terneros no eran otra cosa que expansiones de Kṛṣṇa.

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