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Text 42

śrī-śuka uvāca
ity abhiṣṭūya puruṣaṁ
yad-rūpam anidaṁ yathā
brahmeśānau purodhāya
devāḥ pratiyayur divam


śrī-śukaḥ uvāca—Śrī Śukadeva Gosvāmī dijo; iti—de este modo; abhiṣṭūya—ofreciendo oraciones; puruṣam—a la Personalidad Suprema; yat-rūpam—cuya forma; anidam—trascendental; yathā—como; brahma—el Señor Brahmā; īśānau—y el Señor Śiva; purodhāya—con ellos al frente; devāḥ—todos los semidioses; pratiyayuḥ—regresaron; divam—a sus hogares celestiales.


Después de ofrecer estas oraciones a la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Viṣṇu, la Realidad Trascendental, todos los semidioses, con el Señor Brahmā y el Señor Śiva al frente, regresaron a sus hogares en los planetas celestiales.


SIGNIFICADO:

adyāpiha caitanya ei saba līlā kare
yāṅ’ra bhāgye thāke, se dekhaye nirantare

(Caitanya-bhāgavata, Madhya 23.513)


Las encarnaciones de la Suprema Personalidad de Dios advienen continuamente, como las olas de un río o del mar. Las encarnaciones del Señor no tienen límite, pero pueden ser percibidas solo por los devotos afortunados. Los devatās, los semidioses, tuvieron la fortuna de entender que la Suprema Personalidad de Dios había encarnado, y Le ofrecieron oraciones. Luego, el Señor Śiva y el Señor Brahmā guiaron a los semidioses de regreso a sus hogares.


Jīva Gosvāmī, en su comentario Krama-sandarbha, comenta la palabra kukṣi-gataḥ, que significa «dentro del vientre de Devakī». Si al principio se dijo que Kṛṣṇa, que estaba en el corazón de Vasudeva, pasó al corazón de Devakī, Śrī Jīva Gosvāmī se pregunta: ¿Cómo es que ahora Se encontraba en el vientre? Su respuesta es que no hay contradicción. El Señor puede ir desde el corazón al vientre, y, desde el vientre, al corazón. En verdad, Él puede ir donde quiera, o estar donde quiera. Como se confirma en la Brahma-saṁhitā (5.35): aṇḍāntara-stha-paramāṇu-cayāntara-sthaṁ govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi. El Señor puede estar donde desee. Devakī, por lo tanto, conforme al deseo de su vida pasada, había recibido ahora la oportunidad de buscar la bendición de tener por hijo a la Suprema Personalidad de Dios, Devakī-nandana.

Thus end the Bhaktivedanta purports of the Tenth Canto, Second Chapter, of the Śrīmad-Bhāgavatam, entitled “Prayers by the Demigods for Lord Kṛṣṇa in the Womb.”

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