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Texts 15-17

yatheme ’vikṛtā bhāvās
tathā te vikṛtaiḥ saha
nānā-vīryāḥ pṛthag-bhūtā
virājaṁ janayanti hi

sannipatya samutpādya
dṛśyante ’nugatā iva
prāg eva vidyamānatvān
na teṣām iha sambhavaḥ

evaṁ bhavān buddhy-anumeya-lakṣaṇair
grāhyair guṇaiḥ sann api tad-guṇāgrahaḥ
anāvṛtatvād bahir antaraṁ na te
sarvasya sarvātmana ātma-vastunaḥ


yathā—como; ime—estas creaciones materiales, hechas de energía material; avikṛtāḥ—que en realidad no se desintegra; bhāvāḥ—con ese concepto; tathā—del mismo modo; te—ellos; vikṛtaiḥ saha—contacto con esos elementos, que vienen de la energía material total; nānā-vīryāḥ—cada elemento está lleno de diversas energías; pṛthak—separado; bhūtāḥ—volverse; virājam—toda la manifestación cósmica; janayanti—crea; hi—en verdad; sannipatya—debido al contacto con la energía espiritual; samutpādya—después de ser creados; dṛśyante—aparecen; anugatāḥ—que han entrado en él; iva—como si; prāk—desde el mismo principio, antes de la creación de la manifestación cósmica; eva—en verdad; vidyamānatvāt—debido a la existencia de la Suprema Personalidad de Dios; na—no; teṣām—de esos elementos materiales; iha—en cuanto a esta creación; sambhavaḥ—habría sido posible entrar; evam—de ese modo; bhavān—¡oh, mi Señor!; buddhi-anumeya-lakṣaṇaiḥ—con verdadera inteligencia y con esas características; grāhyaiḥ—con los objetos de los sentidos; guṇaiḥ—con las modalidades de la naturaleza material; san api—aunque en contacto; tat-guṇa-agrahaḥ—no eres tocado por las cualidades materiales; anāvṛtatvāt—por estar situado en todas partes; bahiḥ antaram—en lo externo y en lo interno; na te—para Ti no existe nada semejante; sarvasya—de todo; sarva-ātmanaḥ—Tú eres la raíz de todo;ātma-vastunaḥ—todo Te pertenece a Ti, pero Tú estás fuera y dentro de todo.


En la energía material total, el mahat-tattva, no hay divisiones, pero, debido a las modalidades materiales de la naturaleza, parece dividirse en tierra, agua, fuego, aire y éter. Por la acción de la energía viviente [jīva-bhūta], esas energías separadas se combinan para hacer visible la manifestación cósmica, pero, de hecho, la energía total ya existe antes de la creación del cosmos. Por lo tanto, la energía material total nunca entra realmente en la creación. Del mismo modo, Tú, aunque manifiestas Tu presencia y nuestros sentidos Te perciben, en realidad los sentidos no pueden percibirte, y la mente y las palabras no pueden tener experiencia alguna de Ti[avāṅ-manāsa-gocara]. Con los sentidos podemos percibir algunas cosas, pero no todo; con los ojos, por ejemplo, podemos ver, pero no podemos probar los sabores. Por esa razón, Tú estás fuera del alcance de la percepción de los sentidos. Aunque estás en contacto con las modalidades de la naturaleza material, no Te ves afectado por ellas. Tú eres el factor primordial en todo, la Superalma omnipresente e indivisa. Para Ti, por lo tanto, no existe ni lo interno ni lo externo. Tú nunca has entrado en el vientre de Devakī; en verdad, Tú ya existías en él.


SIGNIFICADO: El Señor explica personalmente esta misma idea en el Bhagavad-gītā (9.4):

mayā tatam idaṁ sarvaṁ
jagad-avyakta-mūrtinā
mat-sthāni sarva-bhūtāni
na cāhaṁ teṣv avasthitaḥ


«Yo, en Mi forma no manifestada, estoy presente en todo el universo. Todos los seres están en Mí, pero Yo no estoy en ellos».


No es posible percibir a la Suprema Personalidad de Dios mediante los sentidos materiales densos. Dicen las Escrituras que el nombre, la fama, los pasatiempos, etc., de Śrī Kṛṣṇa, no se pueden entender con los sentidos materiales. Él solo Se revela a quien se ocupa en servicio devocional puro siguiendo la guía apropiada. Como se afirma en la Brahma-saṁhitā (5.38):

premāñjana-cchurita-bhakti-vilocanena
santaḥ sadaiva hṛdayeṣu vilokayanti


Para poder ver siempre a la Suprema Personalidad de Dios, Govinda, dentro y fuera de uno mismo, es necesario tener una actitud de amor trascendental por Él. Esa es la razón de que la gente no pueda verle. En el verso del Bhagavad-gītā que hemos citado, se dice que Él, aunque es omnipresente y está en todas partes, no puede ser concebido con los sentidos materiales. Pero, en realidad, aunque no Le podemos ver, todo descansa en Él. Como se explica en el capítulo siete delBhagavad-gītā, toda la manifestación cósmica no es más que la combinación de Sus dos energías, la energía superior o espiritual, y la energía inferior, la energía material. Del mismo modo que la luz del Sol se difunde por todo el universo, la energía del Señor se difunde por toda la creación, y todo reposa en esa energía.


No hay que concluir, sin embargo, que el Señor, al haberse difundido por todas partes, ha perdido Su existencia personal. Para refutar ese argumento, el Señor dice: «Yo estoy en todas partes, y todo está en Mí, pero Yo permanezco aparte». El rey, por ejemplo, preside el gobierno, y este no es más que la manifestación de la energía del rey; los diversos ministerios son las energías del rey, y cada uno de ellos depende del poder del rey. Sin embargo, no debemos esperar que el rey esté en persona en cada uno de los ministerios. Es un ejemplo un tanto tosco, pero, de la misma forma, todas las manifestaciones que vemos, y todo lo que existe, tanto en el mundo material como en el mundo espiritual, reposa en la energía de la Suprema Personalidad de Dios. La creación es resultado de la difusión de Sus diversas energías y, como se afirma en el Bhagavad-gītā, Él está en todas partes manifestado en Su representación personal, la difusión de Sus diversas energías.


Podría argumentarse que no es posible que la Suprema Personalidad de Dios, que crea toda la manifestación cósmica con solo Su mirada, entrase en el vientre de Devakī, la esposa de Vasudeva. Para anular ese argumento, Vasudeva dijo: «Mi querido Señor, nada tiene de asombroso que Tú Te hayas manifestado en el vientre de Devakī, pues fue así también como se produjo la creación. Tú yacías en el océano Causal en la forma de Mahā-Viṣṇu, y de Tu respiración se generaron innumerables universos. Entonces, Tú entraste en cada uno de esos universos en la forma de Garbhodakaśāyī Viṣṇu, y volviste a expandirte como Kṣīrodakaśāyī Viṣṇu para entrar en el corazón de todas las entidades vivientes, e incluso dentro de los átomos. Por lo tanto, el hecho de que hayas entrado en el vientre de Devakī también puede entenderse de la misma forma. Pareces haber entrado en ella, pero, al mismo tiempo, sigues siendo omnipresente. El hecho de que hayas entrado y no hayas entrado se puede entender con ejemplos materiales. La energía material total permanece intacta incluso después de dividirse en dieciséis elementos. El cuerpo material no es otra cosa que la combinación de los cinco elementos densos, a saber: tierra, agua, fuego, aire y éter. Esos elementos parecen haber sido creados con cada cuerpo material, pero, en realidad, existen siempre fuera del cuerpo. Del mismo modo, Tú, aunque apareces en forma de niño en el vientre de Devakī, también existes fuera. Tú estás siempre en Tu morada, pero, al mismo tiempo, puedes expandirte en millones de formas.


«Tu advenimiento debe entenderse con gran inteligencia, pues la energía material también emana de Ti. Tú eres la fuente original de la energía material, del mismo modo que el Sol es la fuente de la luz solar. Ni la luz solar puede cubrir al globo solar, ni Tu energía material, que es una emanación de Ti, puede cubrirte a Ti. Aunque pareces estar en las tres modalidades de la energía material, en realidad las tres modalidades de la energía material no pueden cubrirte. Así lo entienden los filósofos de alto nivel intelectual. En otras palabras, Tú, aunque pareces estar dentro de la energía material, nunca eres cubierto por ella».


La sabiduría védica nos informa de que, como consecuencia de la manifestación de la refulgencia del Brahman Supremo, todo se ilumina. La Brahma-saṁhitā, además, nos indica que el brahmajyoti, la refulgencia del Brahman, emana del cuerpo del Señor Supremo. Y de la refulgencia del Brahman parte toda la creación. ElBhagavad-gītā afirma, además, que el Señor es el sostén de la refulgencia del Brahman. Él es la raíz y la causa original de todo. Pero las personas sin inteligencia creen que la Suprema Personalidad de Dios adquiere cualidades materiales cuando viene al mundo material. Semejantes conclusiones no reflejan madurez, y son propias de personas poco inteligentes.

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