Text 23
vastuno mṛdu-kāṭhinya-
laghu-gurv-oṣṇa-śītatām
jighṛkṣatas tvaṅ nirbhinnā
tasyāṁ roma-mahī-ruhāḥ
tatra cāntar bahir vātas
tvacā labdha-guṇo vṛtaḥ
vastunaḥ—de toda la materia; mṛdu—suavidad; kāṭhinya—dureza; laghu—liviandad; guru—pesadez; oṣṇa—calor; śītatām—frío; jighṛkṣataḥ—deseando percibir; tvak—la sensación del tacto; nirbhinnā—distribuidos; tasyām—en la piel; roma—vellos del cuerpo; mahī-ruhāḥ—así como los árboles; tatra—ahí; ca—también; antaḥ—dentro; bahiḥ—fuera; vātaḥ tvacā—el sentido del tacto o la piel; labdha—habiendo sido percibidos; guṇaḥ—objetos de la percepción de los sentidos; vṛtaḥ—generados.
Cuando apareció un deseo de percibir las características físicas de la materia, tales como la suavidad, la dureza, el calor, el frío, la liviandad y la pesadez, se generaron el trasfondo de la sensación, la piel, los poros cutáneos, los vellos del cuerpo y sus deidades controladoras (los árboles). Por dentro y por fuera de la piel se encuentra una cobertura de aire a través de la cual se hizo patente la percepción de los sentidos.
SIGNIFICADO: Las características físicas de la materia, tales como la suavidad, son objetos de la percepción de los sentidos, y, así pues, el conocimiento físico es el objeto de la sensación del tacto. Uno puede medir la temperatura de la materia si la toca con la mano, y uno puede medir el peso de un objeto si lo levanta con la mano, y, con ello, puede estimar su pesadez o liviandad. La piel, los poros cutáneos y los vellos del cuerpo son todos interdependientes con la sensación del tacto. El aire que sopla dentro y fuera de la piel es también un objeto de la percepción de los sentidos. Esa percepción de los sentidos es también una fuente de conocimiento, y, por lo tanto, aquí se sugiere que el conocimiento físico o fisiológico se encuentra subordinado al conocimiento del Yo, tal como se mencionó anteriormente. El conocimiento del Yo puede expandirse para incluir conocimiento de los fenómenos, pero el conocimiento físico no puede conducir al conocimiento del Yo.
Sin embargo, existe una íntima relación entre los vellos del cuerpo y la vegetación del cuerpo de la Tierra. Los vegetales son un nutrimento para la piel, tanto en la forma de comida como de medicina, tal como se afirma en el Tercer Canto: tvacam asya vinirbhinnāṁ viviśur dhiṣṇyam osādhīh.