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Text 19

sa eṣa ātmātmavatām adhīśvaras
trayīmayo dharmamayas tapomayaḥ
gata-vyalīkair aja-śaṅkarādibhir
vitarkya-liṅgo bhagavān prasīdatām

saḥ—Él; eṣaḥ—es; ātmā—la Superalma; ātmavatām—de las almas autorrealizadas; adhīśvaraḥ—el Señor Supremo; trayī-mayaḥ—los Vedas personificados; dharma-mayaḥ—la Escritura religiosa personificada; tapaḥ-mayaḥ—la austeridad personificada; gata-vyalīkaiḥ—por aquellos que están por encima de todas las pretensiones; aja—Brahmājī; śaṅkara-ādibhiḥ—por el Señor Śiva y otros; vitarkya-liṅgaḥ—aquel que es observado con respeto y veneración; bhagavān—la Personalidad de Dios; prasīdatām—sea bondadoso conmigo.

Él es la Superalma y el Señor Supremo de todas las almas autorrealizadas. Él es la personificación de los Vedas, de las Escrituras religiosas y de las austeridades. Él es adorado por el Señor Brahmā y por Śiva, y por todos aquellos que han trascendido todas las pretensiones. Siendo así reverenciado con respeto y veneración, que ese Absoluto Supremo se complazca conmigo.

SIGNIFICADO: Aunque el Señor Supremo, la Personalidad de Dios, es el Señor de todos los seguidores de los diferentes senderos de la autorrealización, a Él lo pueden conocer únicamente aquellos que están por encima de todas las pretensiones. Todo el mundo está buscando la paz eterna o la vida eterna, y con miras a llegar a ese destino todo el mundo está estudiando, o bien las Escrituras védicas, u otras Escrituras religiosas, o sometiéndose a una severa austeridad como filósofo empírico, como yogī místico o como devoto puro, etc. Pero al Señor Supremo solo lo comprenden a la perfección los devotos, porque ellos se encuentran por encima de todas las pretensiones. A aquellos que se encuentran en la senda de la autorrealización, por lo general se los clasifica como karmīs, jñānīs, yogīs o devotos del Señor. Los karmīs, que se sienten muy atraídos por las actividades fruitivas de los rituales védicos, reciben el nombre de bhukti-kāmī, o aquellos que desean disfrute material. Los jñānīs, que tratan de volverse uno con el Supremo mediante la especulación mental, reciben el nombre de mukti-kāmī, o aquellos que desean liberarse de la existencia material. Los yogīs místicos, que practican diferentes tipos de austeridades para lograr ocho clases de perfecciones materiales, y que, finalmente, se encuentran con la Superalma (Paramātmā) mediante el trance, reciben el nombre de siddhi-kāmī, o aquellos que desean la perfección de volverse más finos que lo más fino, más pesados que lo más pesado, obtener todo lo que se desee, poder controlar a todo el mundo, crear todo lo que se quiera, etc. Todas estas son habilidades de un yogī poderoso. Pero los devotos del Señor no quieren nada de esa índole para su satisfacción personal. Ellos solo quieren servir al Señor porque el Señor es grande, y ellos, como entidades vivientes que son, son eternamente partes integrales subordinadas del Señor. Esta perfecta comprensión del ser que tiene el devoto, lo ayuda a no tener deseos, a no desear nada para sí mismo, y, en consecuencia, los devotos reciben el nombre de niṣkāmī, o aquellos que no tienen ningún deseo. Una entidad viviente, debido a su posición constitucional, no puede estar desprovista de toda clase de deseos (el bhukti-kāmī, el mukti-kāmī y el siddhi-kāmī, todos desean algo para la satisfacción personal), pero los devotos niṣkāmīs del Señor desean todo para la satisfacción del Señor. Ellos se encuentran completamente dependientes de las órdenes del Señor, y siempre están dispuestos a desempeñar su deber en aras de la satisfacción del Señor.

Al principio, Arjuna se puso en una posición tal como la de aquellos que desean la satisfacción personal, ya que no deseaba pelear en la batalla de Kurukṣetra; pero para librarlo de los deseos el Señor le predicó el Bhagavad-gītā, en el cual se explican los métodos del karma-yoga, jñāna-yoga, haṭha-yoga, y también el bhakti-yoga. Como Arjuna no tenía ninguna pretensión, cambió su decisión y satisfizo al Señor accediendo a pelear (kariṣye vacanaṁ tava), y de esa manera se convirtió en una persona libre de deseos.

Aquí se citan específicamente los ejemplos de Brahmā, y el Señor Śiva, porque Brahmājī, el Señor Śiva, Śrīmatī Lakṣmījī y los cuatro Kumāras (Sanaka, Sanātana, etc.) son líderes de las cuatro sampradāyas vaiṣṇavas que están libres de deseos. Todos ellos están libres de toda clase de pretensiones. Śrīla Jīva Gosvāmī interpreta la palabra gata-vyalīkaiḥ como projjhita-kaitavaiḥ, o aquellos que están libres de todas las pretensiones (únicamente los devotos puros). En el Caitanya-caritāmṛta (Madhya 19.149) se dice:

kṛṣṇa-bhakta — niṣkāma, ata eva ‘śānta’
bhukti-mukti-siddhi-kāmī, sakali ‘aśānta’

Aquellos que buscan resultados fruitivos con sus actividades piadosas, aquellos que desean la salvación y la identidad con el Supremo, y aquellos que desean las perfecciones materiales del poder místico, son todos inquietos porque quieren algo para sí, pero el devoto es totalmente apacible, porque no exige nada para sí y siempre está dispuesto a prestarle servicio al deseo del Señor. La conclusión que se saca de esto es, por consiguiente, que el Señor es para todo el mundo, porque nadie puede conseguir el resultado de sus respectivos deseos sin la sanción de Él, pero como lo afirma el Señor en el Bhagavad-gītā (8.9), todos esos resultados únicamente los otorga Él, pues el Señor es adhīśvara (el controlador original) de todo el mundo, es decir, de los vedantistas, de los grandes karma-kāṇḍīyas, de los grandes líderes religiosos, de los grandes ejecutores de austeridades y de todos los que se esfuerzan por el adelanto espiritual. Pero en fin de cuentas, a Él lo comprenden únicamente los devotos que están libres de pretensiones. Por eso Śrīla Śukadeva Gosvāmī hace especial énfasis en el servicio devocional del Señor.

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