Text 18
sattvaṁ rajas tama iti
nirguṇasya guṇās trayaḥ
sthiti-sarga-nirodheṣu
gṛhītā māyayā vibhoḥ
sattvam—la modalidad de la bondad; rajaḥ—la modalidad de la pasión; tamaḥ—la modalidad de la ignorancia; iti—todas estas; nirguṇasya—de la Trascendencia; guṇāḥ trayaḥ—son tres cualidades; sthiti—manutención; sarga—creación; nirodheṣu—en la destrucción; gṛhītāḥ—aceptadas; māyayā—mediante la energía externa; vibhoḥ—del Supremo.
El Señor Supremo es una forma pura y espiritual, trascendental a todas las cualidades materiales; sin embargo, con objeto de crear el mundo material, y para su manutención y aniquilación, Él adopta a través de Su energía externa las modalidades materiales de la naturaleza, denominadas bondad, pasión e ignorancia.
SIGNIFICADO: El Señor Supremo es el amo de la energía externa manifestada por las tres modalidades materiales, a saber, bondad, pasión e ignorancia; y como amo de esa energía, Él nunca es afectado por la influencia de esa energía que confunde. Las entidades vivientes, los jīvas, sin embargo, son afectadas por dichas modalidades de la naturaleza material, o son susceptibles de ser influenciadas por ellas —esa es la diferencia entre el Señor y las entidades vivientes—. Las entidades vivientes están sujetas por esas cualidades, si bien original y cualitativamente son uno con el Señor. En otras palabras, las modalidades materiales de la naturaleza, siendo producto de la energía del Señor, están indudablemente conectadas con el Señor, pero la conexión es tal como la que hay entre el amo y el sirviente. El Señor Supremo es el controlador de la energía material, mientras que las entidades vivientes, que están enredadas en el mundo material, no son ni amos ni controladores de esa energía. Por el contrario, ellas se vuelven subordinadas a esa energía, es decir, quedan controladas por ellas. De hecho, el Señor se encuentra eternamente manifestado por Su potencia interna o energía espiritual, tal como ocurre con el Sol y sus rayos en el claro cielo, pero en ocasiones Él crea la energía material, tal como el Sol crea una nube en el cielo claro. Así como el Sol nunca es afectado en absoluto por una insignificante nube, así mismo el ilimitado Señor no es afectado por la insignificante energía material que en ocasiones se manifiesta en la ilimitada extensión de los rayos de Su brahmajyoti.