Text 35
so ’haṁ samāmnāyamayas tapomayaḥ
prajāpatīnām abhivanditaḥ patiḥ
āsthāya yogaṁ nipuṇaṁ samāhitas
taṁ nādhyagacchaṁ yata ātma-sambhavaḥ
saḥ aham—yo (el gran Brahmā); samāmnāya-mayaḥ—en la cadena de sucesión discipular de la sabiduría védica; tapaḥ-mayaḥ—sometido exitosamente a todas las austeridades; prajā-patīnām—de todos los antepasados de las entidades vivientes; abhivanditaḥ—digno de adoración; patiḥ—amo; āsthāya—practicados exitosamente; yogam—poderes místicos; nipuṇam—muy experto; samāhitaḥ—autorrealizado; tam—el Señor Supremo; na—no; adhyagaccham—entendido correctamente; yataḥ—de quien; ātma—por sí mismo; sambhavaḥ—generado.
Si bien yo soy conocido como el gran Brahmā, perfecto en cuanto a la sabiduría védica que presenta la sucesión discipular, y si bien me he sometido a todas las austeridades y soy un experto en cuanto a los poderes místicos y la autorrealización, y si bien soy reconocido como tal por los grandes antepasados de las entidades vivientes, los cuales me ofrecen respetuosas reverencias, aún así yo no puedo entenderlo a Él, el Señor, la propia fuente de mi nacimiento.
SIGNIFICADO: Brahmā, la más grandiosa de todas las criaturas vivientes del universo, está admitiendo su incapacidad de conocer al Señor Supremo, a pesar de su vasto conocimiento de la sabiduría védica, a pesar de su austeridad, penitencias, poderes místicos y autorrealización, y a pesar de ser adorado por los grandes prajāpatis, los antepasados de las entidades vivientes. Así que esas cualidades no son suficientes para conocer al Señor Supremo. Brahmājī podía entender al Señor en una pequeña medida, solo cuando trataba de servirle con el ansia de su corazón (hṛdautkaṇṭhyavatā), que constituye la actitud propia del servicio devocional. Por lo tanto, al Señor puede conocérsele solo mediante la sincera actitud de ansia de servicio, y no mediante cierta cantidad de capacitación material, como científico o filósofo especulativo, y mediante el logro de poderes místicos. Este hecho se encuentra claramente corroborado en el Bhagavad-gītā (18.54–55):
brahma-bhūtaḥ prasannātmā
na śocati na kāṅkṣati
samaḥ sarveṣu bhūteṣu
mad-bhaktiṁ labhate parām
bhaktyā mām abhijānāti
yāvān yaś cāsmi tattvataḥ
tato māṁ tattvato jñātvā
viśate tad anantaram
Solo la autorrealización, mediante la adquisición de las altas cualidades anteriormente mencionadas de sabiduría védica, austeridades, etc., puede ayudarlo a uno en el sendero del servicio devocional. Pero si se fracasa en el servicio devocional, uno sigue siendo imperfecto, debido a que, incluso en esa posición de autorrealización, no puede conocer de hecho al Señor Supremo. Mediante la autorrealización, uno se capacita para volverse devoto, y el devoto, solo mediante la actitud de servicio (bhaktyā), puede conocer gradualmente a la Personalidad de Dios. Sin embargo, uno no debe interpretar erróneamente el significado de viśate («entra en») como si se refiriera al hecho de fundirse en la existencia del Supremo. Incluso en la existencia material, uno se encuentra fundido en la existencia del Señor. Ningún materialista puede desenredar el yo de la materia, pues el yo está fundido en la energía externa del Señor. Así como ningún hombre común puede separar la mantequilla de la leche, al yo fusionado nadie lo puede desenredar de la materia mediante la adquisición de alguna cualidad material. Ese viśate por devoción (bhaktyā) significa poder participar de la compañía del Señor en persona. El bhakti, o el servicio devocional que se le presta al Señor, significa liberarse del enredo material y luego entrar en el Reino de Dios, volviéndose alguien como Él. La pérdida de la individualidad de uno no es el objetivo del bhakti-yoga ni de los devotos del Señor. Existen cinco clases de liberación, y una de ellas se denomina sāyujya-mukti, o el fusionarse con la existencia o con el cuerpo del Señor. Las otras formas de liberación mantienen la individualidad del alma-partícula, e implican estar dedicados siempre al trascendental servicio amoroso del Señor. La palabra viśate, que se usa en los versos del Bhagavad-gītā, es, pues, para los devotos que no se encuentran ansiosos en absoluto de conseguir ninguna clase de liberación. Los devotos se satisfacen tan solo con estar dedicados al servicio del Señor, sin importarles en qué situación se encuentren.
El Señor Brahmā es el primer ser viviente, y él aprendió directamente del Señor la sabiduría védica (tene brahma hṛdā ya ādi-kavaye). Por lo tanto, ¿quién puede ser un vedantista más erudito que el Señor Brahmā? Él admite que a pesar de su conocimiento perfecto de los Vedas, era incapaz de conocer las glorias del Señor. Como nadie puede ser más que el Señor Brahmā ¿cómo puede un supuesto vedantista ser un conocedor perfecto de la Verdad Absoluta? El supuesto vedantista, por lo tanto, no puede penetrar la existencia del Señor, sin ser entrenado en la materia de bhakti-vedānta, o vedānta más bhakti. Vedānta significa autorrealización, y bhakti significa comprensión de la Personalidad de Dios en cierta medida. Nadie puede conocer a la Personalidad de Dios plenamente, pero al menos uno puede conocer a la Verdad Absoluta, la personalidad de Dios, hasta cierto punto, mediante su entrega y una actitud devocional, y con nada más. También en la Brahma-saṁhitā se dice vedeṣu durlabham, o que con solo el estudio del Vedānta, difícilmente puede uno llegar a conocer la existencia de la Personalidad de Dios, pero el Señor es adurlabhan ātma-bhaktau, con mucha facilidad, se encuentra a disposición de Su devoto. Por consiguiente, Śrila Vyāsadeva no estuvo satisfecho con tan solo recopilar los Vedānta-sūtras, sino que, además, por recomendación de su maestro espiritual Nārada, recopiló el Śrīmad-Bhāgavatam con objeto de entender el verdadero significado del Vedānta. El Śrīmad-Bhāgavatam es, entonces, el medio absoluto por el cual se puede entender la Verdad Absoluta.